Las denuncias por pinchazos en España se han elevado a 60, incluyendo una registrada en la isla de Lanzarote. La afectada aseguró haber sufrido este tipo de agresión durante el pasado mes de julio, si bien el informe toxicológico dio negativo, según la investigación de la Guardia Civil, que continúa trabajando en esclarecer los hechos. Esta sería la primera demanda por esta práctica delictiva en Canarias, que se viene registrando desde comienzos de verano.
Las autoridades del país trabajan en dilucidar el objetivo que motiva los pinchazos a mujeres, en su mayoría sucedidos en los locales de ocio nocturno. A este respecto, el máximo responsable del Ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska, no solo baraja la posible sumisión química, que busca anular la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos o drogas, sino “amedrentar” a las mujeres con el propósito de expulsarlas de los espacios públicos.
“Hay que concretar si hay sumisión química tradicional con el fin de someter la voluntad de una persona dirigida a la comisión de un delito, o si hay otra voluntad detrás, como la de intentar trasladar una situación de inseguridad para tratar de sacar a las mujeres del espacio público”, declaró la semana pasada.
El debate queda patente redes sociales, donde chicas jóvenes -en ocasiones, tras el anonimato- manifiestan haber sido víctimas de la agresión en discotecas y encuentros multitudinarios. Entre los efectos que causa la administración de sustancias estupefacientes se encuentran los mareos, los vómitos e incluso la pérdida del conocimiento. La oleada de pinchazos aflora tanto el miedo como los protocolos que deben seguir las afectadas para evitar una desgracia: avisar a las personas del entorno, contactar con la Policía y acudir cuanto antes a un centro hospitalario.
La Consejería de Sanidad del Gobierno autonómico elaboró en el año 2020 un protocolo contra las agresiones sexuales, donde incluía un apartado dedicado a los abusos por sumisión química. Y es que, según confirman fuentes oficiales a DIARIO DE AVISOS, “las cifras de delitos contra la libertad sexual son preocupantes en Canarias”. El histórico demuestra que estas agresiones van en aumento, ya sea por la intensificación de la violencia de género en la sociedad o por la pérdida del miedo y la vergüenza de la víctima y el apoyo familiar que recibe.
Desde Sanidad inciden en la importancia de informar a la damnificada y alentarla a que, a la mínima sospecha, acuda cuanto antes a un servicio de urgencias porque “es difícil detectar ciertas sustancias en el organismo”. Asimismo, preparan al personal sanitario para que identifique cualquier señal que denote un posible abuso: síntomas de desorientación, ropa rota, restos de fluidos, heridas… “Los profesionales son los que tienen que dar la voz de alarma”, agregan.
Medidas contra los pinchazos
Otros mecanismos preventivos, como no perder de vista la bebida en fiestas y espacios privados o tomar consciencia del problema, podrían ayudar a evitar este tipo de violencia contra las mujeres jóvenes, quienes estas últimas semanas soportan el temor a convertirse en víctimas. Pero, ¿ha tomado medidas de precaución el sector del ocio nocturno en las Islas? Desde la Asociación de Restauración y Ocio de Santa Cruz de Tenerife (AERO) admiten no haberse enterado de ningún episodio de pinchazo ocurrido en discotecas o festivales celebrados en Tenerife. Su vicepresidente, Carlos Quintero, explica a este periódico que en Canarias “siempre hemos sido una comunidad tranquila porque los aforos son menores y los establecimientos cuentan con garantías de seguridad”.
Al ser preguntado por posibles restricciones para evitar que se produzcan casos de sumisión química, el portavoz tinerfeño manifiesta que “aquí somos ajenos a esa clima” porque “la clientela que tiene la Península es diferente a la del Archipiélago”. “El detector de metales nunca ha hecho falta en los locales de ocio nocturno, ya que no se han producido reyertas con arma blanca dentro de los mismos”, indica.
Quintero afirma que, a día de hoy, los eventos multitudinarios de la Isla cuentan con puntos violetas -espacios de atención, información y ayuda a víctimas de cualquier tipo de agresión sexista-, así como el personal sanitario y policial pertinente. Aunque reconoce que “apenas se utilizan; tan solo alguna vez alguien ha venido a pedir información” a los también conocidos como puntos morados. El portavoz de AERO concluye que “no nos podemos enfrentar a algo que aquí no tenemos; estamos atentos por si pasa algo, pero tampoco queremos generar alarma”.
Algunos territorios españoles, como Andalucía, Galicia o Cataluña, han anunciado un refuerzo de las medidas de seguridad en el ocio nocturno con el fin de combatir los pinchazos. Entre ellas, destacan la mayor contratación de vigilantes, los cacheos en ciertas ocasiones y el control ante cualquier movimiento sospechoso. La sanidad canaria, por su parte, se mantiene a la espera de que el Ejecutivo central comunique directrices orientadas a la prevención y la asistencia de afectadas por sumisión química para “adaptarlas a nuestra comunidad”.