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Miles de tejineros hacen latir de nuevo sus ‘corazones’ dos años después

La localidad lagunera, tras dos años de pandemia, volvió a celebrar su fiesta más conocida con el sano ‘pique’ del derrame de los vecinos de las calles El Pico, Arriba y Abajo
Miles de tejineros hacen latir de nuevo sus 'corazones' dos años después
Miles de tejineros hacen latir de nuevo sus 'corazones' dos años después. | Fran Pallero

Tejina se distingue en agosto por tener en su seno tres de las fiestas más singulares de Tenerife, todas ellas en honor a su patrón, San Bartolomé. Dos años después, tras superar las restricciones por la COVID-19, esta localidad lagunera -algunos todavía insisten en la segragación- ha podido disfrutar de la verbena del agua, de la original fiesta de la pamela y, ayer, el inicio de la fiesta de los Corazones, donde vecinos de tres calles se esfuerzan en engalanar con fruta de todo tipo unas estructuras metálicas que muestran la vitalidad del pueblo.

Pese a las inclemencias del calor -bien podría servir para la fiesta de la pamela-, miles de tejineros y visitantes se agolparon desde primera hora de la mañana, al menos aquellos que madrugaron tras una noche larga de fuegos artificiales, para montar y elevar las tres grandes estructuras con el relleno de corazones con frutas y flores en la plaza de la iglesia y la correspondiente ofrenda a San Bartolomé, mientras por la noche se celebraba el XXXII Festival de Exaltación de los Corazones. Cada una de las tres calles (El Pico, Arriba y Abajo) levantaron su corazones, ante el entusiasmo de sus paisanos, mientras que esta tarde se descolgarán la fruta y las tortas de harina para mañana proceder al tradicional pique de las parrandas de los corazones y el posterior descuelgue y la retirada de las estructuras que elaboran con esmero los vecinos de las tres calles enfrentadas sanamente.

Más de 100 años

La fiesta de los Corazones de Tejina tiene como base tres estructuras en forma de cruz con dos corazones de madera en cada una, uno más grande que el otro; sirven de base sobre la que coser flores, frutas y tortas de harina. Con un peso de hasta 900 kilos y 12 metros de alto, los hombres los cargan hasta la plaza de la iglesia. Los colocan allí y comienza un divertido ritual en el que cada uno critica con picardía los otros corazones. Es una fiesta declarada Bien de Interés Cultural y cuenta con más de 100 años de antigüedad. Hay quien apunta que esta fiesta y, por ende, los corazones tienen que ver con el “apego al terruño” de los tejineros, al contrario de lo que ocurre con los pueblos cercanos de Valle de Guerra y Tegueste, donde la presencia de carretas-barcos recuerda la emigración a Venezuela.

El alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, resaltó el valor de estas fiestas de agosto en Tejina “para difundir y preservar la historia del pueblo tejinero” destacando que desde el Ayuntamiento “continuaremos apoyando iniciativas como esta, porque, sin duda, contribuyen a mantener y transmitir nuestro patrimonio y cultura”.

Mientras el concejal de Fiestas, Badel Albelo, señalaba que “las fiestas han regresado con todo su esplendor; estamos extremadamente felices por volver a encontrarnos en un pueblo como Tejina”, destacando el buen comportamiento ayer de todos los vecinos, algo que contrasta con algunos hechos vandálicos durante la noche con quemas de contenedores.

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