Tras dos años en los que la pandemia canceló o restringió muchos de los actos de las Fiestas del Cristo de La Laguna, la santa imagen volvió por fin a reencontrarse ayer con sus fieles, con la tradicional ceremonia del Descendimiento y Besapié y su regreso a las calles con la procesión del traslado del Cristo, que ayer fue hasta el convento de las monjas clarisas por primera vez, con motivo del 475 aniversario de la fundación de la comunidad en la ciudad, y donde permanece hasta esta tarde, cuando volverá en procesión a la Catedral.
Así, los actos religiosos arrancaron ayer por la mañana con la eucaristía en el real santuario, que presidió el obispo nivariense Bernardo Álvarez y que contó con la presencia de rector del santuario, Víctor Álvarez; el alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez; el esclavo mayor, Francisco José Doblas, así como una representación de la Corporación municipal, autoridades civiles y militares, un nutrido grupo de esclavos del Cristo y miembros de hermandades y cofradías.
En su homilía, el obispo destacó algunas ideas que este año ha recogido en la carta Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, según informó el Obispado a través de Nivariense Digital. Álvarez señaló que quien no reconoce que es pecador, bien por ignorancia o por la dureza de su corazón, es como quien tiene una enfermedad corporal y no lo sabe. “Pero, no por eso deja de afectarle a la salud. Así es el pecado, aunque no lo reconozcamos, nos hace daño espiritualmente. Por eso nos debemos preguntar si nuestra vida está, o no, conforme a lo que Dios quiere”, indicó.
En este sentido, el prelado Nivariense recalcó la importancia de vivir en sintonía con Cristo: “Si él es el cordero de Dios que ha venido a quitar el pecado del mundo, aprovechemos el perdón y la misericordia que nos ofrece”.
Por último, monseñor Álvarez expresó que celebrar las Fiestas del Cristo debe ser algo profundo para un creyente: “No nos quedemos en la decoración, en la vistosidad de las cosas, en lo pasajero. Las Fiestas del Cristo han de dejar huella en nuestra vida. Tenemos que aprovechar la celebración del misterio de Cristo crucificado que nos trae la salvación. Solo así daremos buenos frutos. Por lo tanto, aprovechemos la benevolencia de Dios para poder ser recatados, renovados y fortalecidos”.
Tras la homilía, se bendijeron e impusieron las medallas a los nuevos esclavos. Posteriormente, el obispo impartió la bendición final y se procedió a la tan esperada ceremonia del Descendimiento del Cristo, momento en el que se empezaron a escuchar las salvas.
Procesión
Ya por la tarde tuvo lugar la procesión del Santísimo Cristo de La Laguna hasta el convento de San Juan Bautista, de las monjas clarisas, tratándose de una visita extraordinaria por la conmemoración del 475 aniversario de la fundación de la comunidad de hermanas clarisas en la ciudad de Aguere. La imagen permanece en el convento hasta esta tarde, desde donde volverá a salir en procesión, a las 18.30 horas, hasta la Catedral.