La situación de alerta máxima vigente en Canarias desde el pasado sábado por la cercanía de la que fuera tormenta tropical Hermine, posteriormente degradada a depresión post-tropical, finalizó a las 12.00 horas de ayer, aunque hasta hoy permanecían vigentes alertas de menor intensidad, dado que en islas como El Hierro continuaron unas lluvias torrenciales que no dejaron de causar problemas, como la inundación del gimnasio municipal de Valverde, pero también en Tenerife, donde una gigantesca roca estuvo a punto de causar una desgracia en Radazul, al caer sobre un vehículo junto al cual se encontraba una mujer, felizmente ilesa.
No en balde, todas las islas continuaron durante la tarde de ayer en alerta, menos Lanzarote y Fuerteventura, donde solo hubo prealerta (un aviso para que los servicios de emergencias se encuentren en disposición de actuar si así fuera necesario), ya que la situación prevista para las mismas era mejor que en las demás.
De la gravedad de los hechos acaecidos a cuenta de Hermine y pese a que este fenómeno natural ni siquiera impactó directamente sobre el Archipiélago, da cuenta el dato facilitado anoche a DIARIO DE AVISOS desde el Centro de Coordinación de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 1-1-2 del Gobierno de Canarias por el cual se cifra en unas 2.050 las incidencias acaecidas, mientras que desde Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) se estiman en 761 vuelos afectados a cuenta de tales inclemencias meteorológicas.
Histórico
No es de extrañar, habida cuenta esas cifras, de que el propio presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, destacase ayer que se trata de un fenómeno meteorológico “histórico” por las lluvias registras en las islas en un mes de septiembre, por cuanto, como confirman los registros oficiales llevados a cabo desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), se han superado los 300 litros por metro cuadrado en La Palma, mientras que las mayores incidencias sufridas están relacionadas por los cortes de electricidad, que a primeras horas de la tarde de ayer seguían afectando a unas 3.000 personas. Por el contrario, la ausencia de problemas respecto al estado de la mar ha permitido que la normalidad imperase en los puertos de las Islas.
Sobre las aproximadamente 2.050 incidencias referidas desde el Cecoes 1-1-2 del Gobierno de Canarias, la inmensa mayoría están relacionadas con los citados problemas de cortes de suministro eléctrico ya mencionados, así como inundaciones varias (por lo general leves), desprendimientos diversos (con especial afección en la red de carreteras insulares), abundando los cortes parciales en las mismas, así como caída de cascotes y de árboles al firme, entre otros sucesos propios de unas lluvias torrenciales como las registradas.
Por supuesto, no faltaron las escorrentías, que convirtieron en impracticable el disfrute de espacios tan señeros en el Archipiélago como la Playa de Las Canteras (Las Palmas de Gran Canaria).
Sobre la repercusión en el tráfico aéreo, ha sido enorme, sobre todo respecto al pasado domingo (más de 500), pero también ayer (cerca de 150).
El aeropuerto que más se ha visto perjudicado ha sido el de Tenerife Norte (Los Rodeos, La Laguna), donde una niebla particularmente espesa incluso para una zona donde este fenómeno natural es más que conocido, multiplicó los desvíos y cancelaciones, que ayer obligó a 61 cancelaciones y diez desvíos, mientras que en Gran Canaria fueron 20 y uno, respectivamente, por seis y uno en El Hierro, ocho cancelaciones en La Gomera, siete en Lanzarote y cuatro más en Fuerteventura. En La Palma fueron 36 cancelaciones y cuatro desvíos.