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El derbi canario se baila al son de Marcelinho Huertas (70-86)

El brasileño Marcelinho Huertas conduce a los aurinegros a una victoria de mérito en Gran Canaria tras un partido competido y gracias a una sensacional segunda mitad
El derbi canario se baila al son de Marcelinho Huertas (70-86)

Marcelinho dueño y señor del partido. El derbi canario cayó del lado del Lenovo Tenerife en Gran Canaria (70-86) gracias a un sensacional encuentro del brasileño, autor de 22 puntos y tres asistencias. Huertas es un jugador para este tipo de duelos, cuando están trabados, cuando no se ve la salida, aparece él, moviendo la bola, anotando, decidiendo. Tenerlo en Tenerife es una suerte enorme.

En medio de un ensordecedor ambiente Gran Canaria y Lenovo Tenerife saltaron a la pista con la tensión propia de un derbi. Esa tensión quedó clara en el equipo canarista, que en menos de dos minutos había visto como le habían señalado tres personales (8-4). Cook, con dos, tuvo que irse al banquillo.

La marcha de Cook al banquillo provocó la entrada de Tim Abromatis, que dejó a Doornekamp como alero. Con el canadiense como protagonista, los de Vidorreta firmaron un 0-6 par empatar a 10. Cuando Aaron está bien el Lenovo Tenerife está bien.

La mala actuación, hasta el momento, de Marcelinho propició la entrada de Fitipaldo, pero eran los amarillos los que se mostraban más acertados, pero sin disponer de ventajas muy importantes (15-11). Fran Guerra reapareció, demostrando que desde el banquillo visitante buscaban más poderío físico ante los interiores del Granca.

Los amarillos aprovecharon el atasco aurinegro (23-13) ante un Lenovo Tenerife que cerraba el primer cuarto con 23-15.

Intercambio de canastas para darle la bienvenida a la segunda manga (27-19). Cuando el conjunto grancanario se volvió a poner diez tantos arriba (34-24), Vidorreta tuvo que parar el compromiso con un tiempo muerto. Los locales tenían una marcha más, compartían mejor el balón y eran muy verticales de cara al aro rival.

El tiempo muerto del entrenador del Lenovo Tenerife surtió efecto, con un parcial de 3-12 gracias a una mejor circulación de balón. Con el Canarias encontrando un pase extra el que sufría era el Gran Canaria (37-36) cuando quedaban dos minutos para el descanso.

Una técnica al banquillo visitante no impidió que el Canarias, agarrado al carácter de Moussa Diagne bajo los aros, empatara el duelo (38-38). El africano se fajaba bajo el aro, reboteaba y espoleaba a los suyos. Precisamente, desde el tiro libre, el de Senegal volvió a poner por delante a los tinerfeños (38-40). Con 39-40 se llegaba al descanso.

Volvió el intercambio de canastas tras el paso por los vestuarios (45-44). El duelo (o pique) entre Huertas y Bassas levantó a los aficionados de sus asientos (50-46).

El intercambio de canastas, con el Gran Canaria siempre por delante, acabó con un 3+1 de Fitipaldo (52-52) para, en una jugada casi posterior, Moussa Diagne sumar un 2+1 (52-55). El africano es ese tipo de jugador necesario cuando las cosas van mal: no se arruga falle o no.

Era una manga con muchos errores en el tiro, con pérdidas de balón, personales y juego espeso. Por eso el 15-15, para el 54-55, no sorprendía a nadie.

Regresó la máxima diferencia canarista (54-57) al comienzo del cuarto definitivo antes de que Marcelinho, con una de sus características suspensiones, obligara a Lakovic a parar el duelo. El parcial era de 2-11 (54-59). Los de Vidorreta volvían a presumir de defensa.

Esa defensa, y el liderazgo de Huertas, continuarían creciendo en los minutos posteriores. Nueva canasta del carioca (56-61) y buena puerta atrás de Salin para una nueva máxima diferencia visitante (56-63).

El Gran Canaria poco podía hacer más que bailar al son de lo que tocaba Huertas (58-67), que a falta de seis minutos había metido ya 20 tantos. El movimiento de balón de los de Vidorreta servía para que la defensa amarilla llegara tarde, como había sucedido al contrario en la primera manga consiguiendo. De esa circulación de la bola salió el triple de Doornekamp (58-71) , que provocó un nuevo tiempo muerto de Lakovic. Al Granca se le complicaban las cosas, más cuando Shermadini, sin piedad, anotó bajo el aro (58-73).

Hasta el final, el Lenovo Tenerife no aflojó un ápice mientras el Granca esperaba con ansía el final, al que se llegó con 70-86.

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