conversaciones en los limoneros

“El colapso de las autopistas tinerfeñas está matando al sector del transporte”

Antonio Amaro Hernández creó, dentro de la agencia de aduanas Herrera, la primera empresa de grupaje de Canarias; y hoy, con Herasa, es líder en el sector
“El colapso de las autopistas tinerfeñas está matando al sector del transporte”

Hay personas, como Antonio Amaro Hernández, gomero de Hermigua, nacido en 1944, que triunfan estudiando en la Universidad de la Vida. Quiero decir que Antonio terminó bachillerato superior y quiso seguir una carrera universitaria, la de magisterio, pero no tuvo tiempo: se vio obligado a trabajar para poder comer. Incluso lo intentó como técnico del Servicio de Correos y su trabajo tampoco le permitió ingresar en el Cuerpo. Otra historia como la de tantos personajes anónimos de estas Islas Canarias, tan llenas de sorpresas. Con Antonio todo el mundo sabe que basta un apretón de manos para firmar un negocio. Creó, dentro de la agencia de aduanas Herrera, la primera empresa de grupaje de Canarias; y hoy, con Herasa, es líder en el sector, con seis cabezas tractoras de arrastre de contenedores que los trasladan a su depósito o al cliente; 29 plataformas de 40 y 20 pies; y una flota de veinte camiones que transportan hasta sus destinatarios todo tipo de mercancías.

Durante muchos años no ha hecho otra cosa que trabajar, le encanta viajar por el mundo y ver cosas nuevas y todo empezó en la ventita que su padre tenía en Hermigua para sacar adelante a una familia compuesta por sus padres, el único varón, Antonio, y cuatro hermanas. Esta es una historia más de canarios emprendedores y comprometidos con su tierra, de personas que lo han pasado muy mal antes de alcanzar metas que parecían imposibles. Porque en esta serie de Los Limoneros estamos descubriendo a mucha gente interesante que casi nunca aparecía en los periódicos.


-¿Qué es Herasa, exactamente?
“Un grupo empresarial, compuesto por tres empresas; la propia Herasa, que es la matriz, Eurotener y Transamaro”.
-¿Y sus cometidos?
“Pues Herasa se dedica al grupaje; Eurotener al despacho de aduanas de cargas completas; y Transamaro al arrastre de contenedores”.
-¿Tienes mucha gente que te ayuda en todo esto?
“Bueno, doy trabajo a cincuenta personas y los cargos de mayor responsabilidad los ocupan dos de mis hijos y un sobrino. Tengo otro hijo que trabaja en Iberia”.
-¿Cuál es el secreto de una empresa de despacho y transporte de mercancías?
“La rapidez y la seriedad en las entregas. Nosotros no le fallamos jamás a los clientes”.
-¿Es difícil la organización de una empresa de grupaje?
“Fíjate que yo empecé con mi pariente Alberto Herrera en el 61, el año que ascendió el Tenerife, que es otra de mis pasiones. Empecé de cobrador, despaché aduanas, fui liquidador, cajero, hice de todo pero también aprendí a eso tan importante que es dominar todos los campos”.
–La agencia de aduanas Herrera fue todo un referente.
“Sí que lo fue. Incluso compró compañías navieras, como Lagos, Pinillos, etcétera. Hizo una gran labor. Pero cuando llegó el momento me tuve que marchar a montar mi propio negocio. Y ello trajo como consecuencia la compra de Herasa, que era del grupo Ibérica. Yo no tenía un duro, no me preguntes cómo la compré, en 1987. Será porque me regalaron el 50%. Literalmente, me vi con los huevos en la garganta”.
-¿No te animas a una expansión por todas las islas?
“Estamos en todas ellas, a través de corresponsales y empresas colaboradoras. Este sistema de colaboración es mejor que abarcar demasiado”.
-¿Por qué saliste de La Gomera?
“Mira, yo ya estaba viendo que allí no tenía futuro. Con muy pocos años me vine para Tenerife. Si no me hubiese decidido habría acabado conduciendo un camión, que por cierto es una profesión difícil y no se encuentran conductores”.


(Antonio Amaro es un viajero empedernido y siempre viaja con un pequeño grupo de amigos en el que nunca falta José Juan, el gran delantero centro que fue del C.D. Tenerife y de la U. D. Las Palmas. Me lo pasa al teléfono y le pregunto: “Oye, José Juan, cuando juegan el Tete y Las Palmas, ¿tú con quién vas?”. Y José Juan, que me parece que ya tiene 80 años, me responde: “En Las Palmas siempre me han tratado muy bien, pero yo siempre quiero que gane el Tenerife”. Lo digo aquí para su conocimiento y efectos oportunos, como se decía en los saludas de los organismos oficiales de la oprobiosa. José Juan es una gran persona, además).


-Supongo que, como tantos gomeros, te trajiste a tu familia.
“Sí, claro, en cuanto empecé a ganar dinero me traje a mis padres y a dos de mis hermanas. Y es verdad que estas historias se repiten, porque el canario siempre quiere lo mejor para su familia”.
-Hemos hablado de la recepción de contenedores. ¿Cuántos, de media, reciben ustedes a la semana?
“Unos treinta contenedores de 12 metros recibimos cada semana. En esta época de pre Navidad y Navidad, con el turismo como está, la cosa se dispara. Los abrimos en nuestros depósitos del polígono industrial de La Campana, una vez transportados desde los muelles en nuestros propios sistemas, y los distribuimos a los destinatarios en nuestros camiones. Ya se me han quedado pequeños estos almacenes, que están totalmente informatizados”.
-¿Y entonces?
“Estoy buscando 6.000 metros cuadrados de terreno industrial para construir unos nuevos, pero hasta el momento barajo varias ubicaciones. Me gusta mucho la zona de Los Majuelos”.
-Eres una persona agradecida con la gente que te ha ayudado, ¿no?
“Por supuesto. Alberto Herrera fue como mi segundo padre. Nunca le agradeceré lo suficiente lo que hizo por mí. Y sería un ingrato si no recordara a Pedro Hernández Castejón, propietario de Transportes El Mosca, que fue otra persona que apostó por mí y que puso a mi disposición seis millones de las pesetas de entonces para iniciar mi andadura. No firmamos ni un solo papel. Yo no puedo, ni por nada, olvidar a estas personas y a otras muchas con las que he tratado en mi camino, ya largo por otra parte”.
-¿Y tu afición por los viajes?
“No sé, me encantan. En vida de mi mujer inventábamos viajes increíbles. He conducido en un país difícil para los europeos, como Nueva Zelanda, he navegado por el Mar Rojo, me agrada mucho visitar otros lugares de España. Disfruto mucho viajando y viendo cosas por ahí”.
-¿Qué es lo que echas de menos en empresas como las tuyas?
“No, las empresas funcionan perfectamente. Pero, amigo, cuando te topas con la burocracia, apaga y vámonos”.
-¿Por ejemplo?
“El Cabildo de Tenerife es un auténtico desastre en este sentido. Falta estructura en el Departamento de Movilidad. Dos funcionarios trabajan allí para expedir las tarjetas de transportes. Tengo camiones nuevos parados, con un costo de cientos de miles de euros, por falta de tarjetas. Si uno de los funcionarios coge sus vacaciones, el otro se ve con una carga de trabajo insoportable. Y no se soluciona. Nos hemos quejado, pero hasta el momento sin suerte. Y esto afecta también a la creación de empleo, es una cadena. Yo sé que no hay mala intención, pero hago un ruego, y lo hago públicamente, para que estas dilaciones en la expedición de la documentación se subsanen”.
-¿Cuándo empezaron las empresas integrales de grupaje en las islas?
“En el 72-73, en la agencia de aduanas Herrera. Yo fui quien inicié esta actividad y, por eso, cuando me fui de Herrera, me animé a montar mi propia empresa. Pero la pionera fue la agencia de aduanas Herrera, a través de Teisa, que era una compañía de Bilbao”.
-También te dedicas a depósitos de mercancías vamos a llamarlas curiosas.
“Quizá lo dices porque guardamos, en unas naves alquiladas, la publicidad de Coca-Cola, toda la cartelería, todos los grandes elementos publicitarios de la marca, que distribuyo también a los puntos de venta de Coca-Cola”.
-En Tenerife tenemos un problema gordo con las autopistas colapsadas.
“No me hables de ese tema. Las dos autopistas, la TF-1 y la TF-5, pero sobre todo en la segunda, se encuentran a menudo intransitables. Hay momentos en que tenemos la flota detenida en las colas que se forman y eso que procuramos que las entregas de mercancías y los arrastres de contenedores se hagan en horas adecuadas. Pero para nosotros es importantísima la puntualidad. Una mercancía entregada en Madrid la ponemos en Canarias en dos días y en muchas ocasiones estamos dos horas o más parados en las autopistas. Son precisas soluciones urgentes, porque los costos son enormes”.
-Has hecho popular un elogio a la rapidez en las entregas, sin embargo.
“Sí, nuestra publicidad dice: “Casi tan rápido como el avión”. Y es rigurosamente cierto. Disponemos también de un servicio exprés, con 3 o 4 contenedores en cada servicio. La verdad es que lo hacemos francamente bien”.
-Antonio, el consumidor se queja de los precios. ¿Cuáles han sido las subidas reales de los costes del transporte entre la península y Canarias?
“Te pondré un ejemplo. Un contenedor que viene de la península ha subido una media de 2.500 euros. Antes costaba 1.300 euros y ahora ya está en 3.800. Y esto no sé si Canarias podrá soportarlo porque imagina la repercusión que los costos tienen para el cliente, que es finalmente quien lo acaba pagando todo”.
-¿El despacho de mercancías funciona bien en Canarias?
“Muy bien, sobre todo con las empresas solventes que tenemos avales presentados, lo que hace mucho más rápida la tramitación en los puertos. Y mantenemos relación con todos los países del mundo. Es decir, que a través de nuestras empresas colaboradoras operamos con los principales recintos portuarios, en tiempos verdaderamente asombrosos”.
-Llegan las fiestas navideñas y se ha recuperado el turismo. ¿Cuántos contenedores están ustedes despachando?
“Ya te dije antes la media; ahora, en estos meses, sube hasta los 35 y 40 contenedores semanales, que transportan miles y miles de toneladas de mercancías. Esto es constante y recibimos de Barcelona, de Valencia, de Alicante, de Huelva, de los principales puertos españoles y extranjeros”.
-¿Con los años, has bajado la actividad?
“Bueno, quizá algo. Pero mis empresas están bien dirigidas, tengo en ellas a gente de confianza y todo funciona, aunque yo no esté. Desde luego, cuando me encuentro fuera de Canarias no pierdo de vista la actividad de mi gente, hoy no hay problema para controlarlo todo a distancia. Pero ya mis hijos y mi sobrino están muy metidos en la empresa y esto me da mucha confianza”.


(Todo comenzó en una ventita en La Gomera. Y con un hombre emprendedor que supo asimilar todo lo que le enseñaron. Antonio Amaro no tiene ningún problema cuando quiere hablar claro, para que le entienda todo el mundo y, sobre todo, las instituciones. Forma parte Herasa y sus empresas asociadas de un conglomerado esencial para la vida en las islas. Quizá ha llegado la hora de diversificar actividades y de trazarse nuevas metas. Nada se le escapa a este hombre valiente, que fue capaz de invertir en su tierra y de crear puestos de trabajo en una actividad tan interesante –y esencial— como es que los consumidores reciban lo que necesitan. Charlamos de muchas cosas más en los Limoneros, pero pasa lo de siempre, que el espacio es limitado y yo me tengo que ceñir a unas reglas que son inamovibles. Supongo que habrá tiempo otro día para seguir hablando.)

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