En la madrugada del sábado falleció, en su domicilio de Barranco Hondo, Ciro Ucelay Sabina, hermano del que fuera presidente de la Junta de Canarias, Francisco Ucelay Sabina, y miembro de una conocida familia, muy apreciada en la isla. Ciro Ucelay, que había sido un experto piloto de aviación, compartía su afición a los aviones con su pasión por el mar. Era capitán de yate y poseía uno de los barcos más hermosos surtos en las islas. Durante años alternó sus estancias en Tenerife con otras en los Estados Unidos, un país que le apasionaba.
Ciro Ucelay deja dos hijas, Carmen y Cira Ucelay Cabral, que residen fuera de España y que se trasladan a Tenerife en el día de hoy para asistir a las honras fúnebres de su padre. Ciro Ucelay formaba parte de una generación con mucho potencial humano, la generación de la Transición. La familia Ucelay ha significado mucho en la vida social y económica de la isla de Tenerife y era, por tanto, muy conocida en los ambientes económicos y políticos de las islas. Varios de los miembros de la familia han desaparecido prematuramente. Su padre había sido militar y participó activamente en la industria del tabaco, del turismo y en otras actividades económicas.
Ciro era uno de los hermanos menores de la amplia saga. Su pasión por el aire y por el mar, por la aventura, le alejó muchas veces de Canarias, pero siempre regresaba a las islas, que eran para él su pasión. Deja atrás a una legión de amigos. Era también un apasionado de los coches de competición, pero sobre todo dejó su impronta en el mundo de la náutica y de la aviación. Pasaba por algunos problemas de salud, que él disimulaba con un optimismo perpetuo. Le afectó muchísimo la muerte de su gran amigo, el doctor Rigoberto Díaz, fallecido al comienzo de la epidemia de covid y médico que fue de la ciudad de Güímar. A partir de ese momento ya Ciro no era el mismo. Descanse en paz el apreciado amigo. La noticia de su muerte cayó ayer como una losa sobre el amplísimo círculo de sus amistades, sobre todo por lo repentino del triste acontecimiento. A sus hijas, Carmen y Cira, nuestro más sentido pésame, así como al resto de su familia. Descanse en paz.