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Fundación Cepsa colabora en el desarrollo de una moto eléctrica de competición

La iniciativa, llevada a cabo por un grupo multidisciplinar de estudiantes y profesores de la Universidad de La Laguna, promueve la aplicación de los conocimientos adquiridos y la innovación científica y tecnológica
Fundación Cepsa colabora en el desarrollo de una moto eléctrica de competición
Parte del equipo R-8 Island ULL en una acción de divulgación en la que participaron de la mano de Fundación Cepsa. DA

Un grupo multidisciplinar de cerca de 15 estudiantes y profesores de la Universidad de La Laguna, trabajan en el proyecto R-8 Island ULL, centrado en el desarrollo del segundo prototipo de una moto 100% eléctrica con la que competirán en el campeonato MotoStudent 2023. Para llevarlo a cabo, cuentan con el apoyo de Fundación Cepsa a través de la Cátedra que esta entidad mantiene con la ULL.

Una experiencia, con la que, explica el jefe del equipo R-8 Island ULL, Yared Pestana, repiten la desarrollada en 2021, en la que hicieron su primera incursión en dicha prueba deportiva, y que en esta ocasión lo harán con un modelo mejorado en el que están trabajando a partir de la experiencia resultante del primer prototipo.

Una oportunidad, añade, que les permite poner a prueba los conocimientos teóricos logrados en la universidad mediante la creación de un prototipo real, evaluado y probado en el Circuito FIM de Motorland Aragón, y que competirá en la categoría MotoStudent Electric, para sistemas de propulsión 100% eléctricos.
El proyecto se enmarca dentro de las acciones en las que colabora la Cátedra Fundación Cepsa de Transición Ecológica e Innovación de la Universidad de La Laguna, en línea con su apuesta por promover iniciativas que favorezcan el desarrollo científico, además de dar a conocer el papel de la ciencia y la tecnología como elemento transformador de la vida de las personas.

Yared Pestana explica que en esta iniciativa participan alumnos y doctorados de las ramas de Ingeniería, Informática, Periodismo y ADE, además de tutores encargados de supervisar, orientar y acompañar al equipo. Un equipo repleto de esfuerzo, pasión y ganas.

Con esta acción, afirma, se apuesta por la creación de un vehículo sostenible y respetuoso con el medio ambiente, incidiendo en la formación en este tipo de sistemas de cara a promover el desarrollo de vehículos eléctricos. En esta línea, se pretende fomentar la reducción del consumo de combustibles fósiles y de las emisiones de CO2, además de suponer un paso importante en innovación en el ámbito educativo de las Islas.

El alumnado participante en el proyecto lo considera un “privilegio”, ya que les permite aplicar a la realidad los conocimientos adquiridos durante su formación académica, así como investigar, contando con el apoyo técnico y material de la Universidad. Asimismo, destacan que la experiencia representa un aprendizaje global que va más allá de la propia formación individual, al compartir el trabajo y experiencias con estudiantes de otras disciplinas.

Avanzando respecto al primer prototipo

Con la construcción del primer prototipo, tras el estudio previo de las normas y reglamento de competición, el equipo hizo una apuesta clara por la diferenciación respecto a los materiales convencionales, centrándose en los sistemas de propulsión eléctricos como una de las tecnologías en auge, que cuenta con un gran potencial y que de cara al futuro tendrá un papel protagonista en la industria del motor.

El prototipo cuenta con 700 pequeñas baterías, más de 1.400 soldaduras y miles de pequeños elementos que tuvieron que construir y montar uno a uno. La mayoría de elementos estructurales, como el chasis, el subchasis y el basculante, se ha realizado en fibra de carbono, por su ligereza y alta resistencia. Otros, como la caja de la batería, se han fabricado empleando Kevlar, material que se caracteriza por tener propiedades aislantes eléctricas y una gran resistencia a la abrasión.

Por otro lado, emplearon impresoras 3D para la realización de los soportes de las baterías y los moldes de piezas, como, por ejemplo, el guardabarros trasero de la moto, que posteriormente se laminó en fibra de carbono.

Para el carenado o carrocería de la moto se realizó un molde con bloques de espuma a la que dieron forma y, posteriormente, se endureció con fibra de vidrio para, a partir de ahí, poder realizar la pieza entera de fibra de carbono.
Asimismo, explica Yared Pestana, se acometieron otros elementos claves como el cableado o la telemetría de la moto. Añade que este prototipo está siendo objeto de mejora para la próxima competición, implementado distintos tipos de estructura de fibra de carbono, al tiempo que están acometiendo cambios para incrementar su rendimiento y cubrir las deficiencias detectadas en el primer modelo.

Pioneros en la categoría eléctrica

R-8 Island ULL es el primer equipo canario en competir en la categoría eléctrica de la competición internacional MotoStudent, impulsada por Moto Engineering Foundation y Technopark Motorland, donde equipos formados por estudiantes de todo el mundo aplican sus conocimientos para diseñar, desarrollar y construir una motocicleta de competición en base a un proyecto industrial real.
El encuentro, en el que participan más de cien universidades, se celebra cada dos años en el circuito de Motorland Aragón y contempla la categoría Petrol, para motocicletas con motores de combustión interna de 250 centímetros cúbicos, y Electric, para motocicletas que emplean sistemas de propulsión 100% eléctricos, categoría en la que participa R-8 Island ULL.

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