No sé si tiene mucho valor lo que yo pueda decir, una vez más, de Juan-Manuel García Ramos, porque es mi amigo. La introducción la despacho con cuatro datos, porque todo el mundo sabe quién es. Catedrático emérito de la Universidad de La Laguna, hasta mayo de 2023 será diputado regional del Grupo Parlamentario Nacionalista. En febrero va a ver la luz lo último que ha escrito: Cultura y Literatura. El Narrador y otros textos, en Mercurio Editorial. Ha sido consejero de Educación del Gobierno de Canarias, es autor de veinte libros sobre temas de su especialidad, la literatura, y tiene publicadas seis novelas, una de ellas premiada con el Benito Pérez Armas. Se le concedió el premio internacional José Vasconcelos otorgado en México por su trabajo en la fundación y dirección de la Biblioteca Básica Canaria. Es premio de Investigaciones Americanistas del Instituto de Estudios Hispánicos por una obra en la que defendió tempranamente el concepto de Atlanticidad. En 2006 le fue concedido el Premio Canarias de Literatura, tras ser presentada su candidatura por el Ateneo de La Laguna, Canal 7 del Atlántico, la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife, los ayuntamientos del Puerto de la Cruz y de El Rosario, el Cabildo de El Hierro y por personalidades ya poseedoras de ese galardón. Ahora, con el ex rector Gómez Soliño, dirige un gran proyecto editorial: la Biblioteca Atlántica. Como pueden deducir por lo escrito, tenía que cerrar el año con él. Por cierto, es autor del prólogo de mis Memorias ligeras, con algún que otro mosqueo de la intelectualidad, y sigue tan campante, jugando al tenis cada semana y convirtiendo así su vida en un revés.
-Te vas. No es el título de una canción, sino que te mandas a mudar de la política. ¿Mucho lanzamiento de puñales por parte de Coalición Canaria?
“Bueno, no, no sé… las razones son de muchas índoles, desde personales estrictas a cierto cansancio después de compatibilizar tantas actividades”.
-También dejaste la presidencia del Partido Nacionalista Canario (PNC). Y ni una sola declaración desde entonces.
“He dedicado más de veinte años al PNC y a propiciar una unidad nacionalista, cada vez más lejana; la edad te va diciendo hasta dónde puedes llegar, en todas las derivas de la vida”.
-Pero en tu estertor político has intentado, vía parlamentaria, salvar a las universidades canarias.
“Entre 2010 y 2017 los cincuenta centros universitarios públicos españoles dejaron de recibir 9.500 millones de euros. El gasto de España en educación superior, el 1,28% del PIB, es el más bajo de los 34 países de la OCDE que ofrecen información. ¿Te respondo con esto?”.
-Bueno, sí, pero háblame de Canarias. De sus universidades.
“En un informe de CCOO se ha comprobado que nuestras universidades del archipiélago perdieron un 12,5% de sus fondos entre 2010 y 2016, al pasar de gestionar 306,96 millones de euros a 268,55 millones en 2016”.
-Así, ni investigación, ni nada. Una pura mierda.
“Ni el viejo contrato-programa, ni los actuales planes de financiación plurianual han paliado el grado de precariedad presupuestaria con el que se manejan nuestras universidades. Desde mi condición de parlamentario del Grupo Nacionalista he intentado, mediante enmiendas, reparar un poco la situación de nuestros dos centros superiores”.
-Siempre que se cita a Canarias, en cultura me refiero, se le pone en el vagón de cola. A mí me cansa.
“No estoy de acuerdo contigo en que Canarias se encuentre en el vagón de cola de creatividad y de actividad cultural. Pienso que se ha dado un gran avance en ambos quehaceres. Es verdad que la cultura oficial pagó muy cara la crisis económica de 2008-2014 y hoy nos hallamos en un proceso de recuperación”.
-¿Y en cuanto a la cultura no oficial?
“La “civil”, como me gusta llamar a la que se hace fuera de los circuitos gubernativos, también presenta un buen aspecto. Se publica como nunca, acaso en demasía y sin mucho criterio. Ese es otro problema”.
(Nos llega entonces la noticia de la muerte de un amigo de ambos, Carlos Gaviño de Franchy, excelente poeta y renombrado editor. Juan-Manuel y yo lo sentimos mucho. Carlos era una persona muy querida por los dos y su recuerdo no va a ser fácil que se nos vaya del cuerpo y del alma. Compartimos el dolor de la familia y amigos).
-La Biblioteca Atlántica, que diriges junto al ex rector Gómez Soliño, ¿es una válvula de escape para los poetas y escritores olvidados?
“En nuestras islas existe una cultura canaria interior y una cultura canaria extramuros, alojada en el Atlántico, y en ese océano se dan una serie de reciprocidades entre las literaturas hispanoamericana –área del Caribe, principalmente— y la literatura de nuestro archipiélago y de la Macaronesia”.
(Añade Juan-Manuel: “Ya John Elliot, en una conferencia dictada en la Casa de Colón de Las Palmas de Gran Canaria el 16 de octubre de 2000, nos dijo que “la historia atlántica es, en esencia, una historia de interacciones e influencias recíprocas”).
-Al rescate tocan.
“Con Gómez Soliño y otros compañeros de la Universidad de La Laguna, como Nieves María Concepción Lorenzo, nos hemos impuesto, sí, rescatar esa literatura que se ha hecho fuera de Canarias con la recuperación de autores como Silvestre de Balboa, José Antonio Rial, Mercedes Pinto, Josefina Plá, o autores de los archipiélagos de la Macaronesia que tanto tienen que ver con nosotros, como Urbano Bettencourt, Joao Carlos Abreu, Vera Duarte, Pedro da Silveira. Y en ese proyecto seguimos, con la colaboración de profesores de la Universidad de La Laguna, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de otras universidades. Se trata de un proyecto serio al que se han incorporado firmas como la de Carlos Brito Díaz, Javier Rivero Grandoso, Alicia Llarena y Álvaro Santana-Acuña como responsables de esas ediciones”.
-¿Tú no crees que en esta tierra “lo intelectual” y “lo cultural” son siempre cosas de cuatro? Tengo la sensación de que siempre son los mismos los que aparecen en los periódicos.
“Se ve que no estás al tanto de lo que sucede. Hoy en día la labor cultural e intelectual se encuentra muy repartida”.
-Si tú lo dices…
“Pues sí, lo digo”.
-Es polémica la futura apertura de un museo dedicado a exhibir réplicas de Rodin, aquí, en Santa Cruz. ¿Te seduce la idea?
“Existe una respuesta a ese museo por parte de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La laguna; la he leído y me parece que ahí se dicen cosas muy coherentes. Seguiré al tanto de lo que suceda”.
-¿Estamos viviendo una buena época de producción literaria aquí, en Canarias?
“Le falta proyección. Nuestro mercado editorial es muy angosto. Necesitamos proyectar nuestras creaciones en el inmenso mercado de la lengua española, que ya llega a los 490 millones de hablantes”.
-Pero se sigue hablando en Canarias, por regla general, muy mal. ¿Por qué despreciamos la sintaxis? ¿Por qué se lee tan poco en estas islas? ¿Por falta de motivación desde la escuela?
“Los nuevos sistemas de comunicación, las redes, han bastardeado la lengua, nos han hecho perder concentración y rigor y nos han puesto a los pies de los caballos con las modas. Hoy en día no se lee ni se escribe con concentración ni con sosiego. Ahí puedes tener respuesta a tu triple pregunta”.
-Quiero volver brevemente a la política. Tú siempre has defendido nuestra autonomía territorial y la de nuestras aguas marítimas. Pero parece que esto no le interesa a casi nadie. La preocupación que se debería tener por nuestro futuro no se tiene.
“Siempre he mantenido que si el nacionalismo tiene algún contenido este es la defensa de un territorio, de una sociedad y de una cultura”.
-¿Entonces?
“Pues que si no nos preocupamos de preservar nuestro territorio, sobre todo el marítimo que se encuentra hoy en grave peligro, poco estamos haciendo por esta nación que conformamos y por el futuro que le espera”.
-Y volviendo a las universidades canarias, una pregunta que haría en una entrevista a su profesor un joven de dieciocho años, ¿qué les sobra y qué les falta para que funcionen correctamente?
“Las universidades siguen enfrentando viejos y nuevos retos. Por ejemplo, la renovación y rejuvenecimiento de las plantillas, los incrementos retributivos, los gastos energéticos, la inflación generalizada. Sin olvidar la necesaria mejora y reposición de infraestructura, la actualización de planes digitales, el fomento y la excelencia en la investigación. Son, como ves, muchas cosas”.
-Parece como si no hubiera fundamento parlamentario, en el sentido canario de “fundamento”, para aportar soluciones.
“Parlamentario y en el ámbito estatal también. Con las precariedades denunciadas y razonadas por los gerentes respectivos de las dos universidades canarias, no cabe hablar de campus atlánticos tricontinentales, ni de estrategias de especialización inteligentes, ni tampoco de I+D+i que nos acerque a Europa, ni de pacto por la ciencia, ni de una Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible…”.
-Joder, vaya panorama.
“Es que en el REF económico se reconoce, en el artículo 22 bis, el papel de nuestras universidades como centros impulsores de la educación superior en Canarias. ¿Por qué no obedecemos ese mandato? Sólo hay que cumplir lo que estamos obligados a hacer”.
(Luego la tertulia deriva en una serie de cuestiones ya tratadas, o no. Juan-Manuel García Ramos no es muy aficionado a que yo le haga entrevistas para el periódico, porque sostiene que no valen, por las razones expuestas al principio. Pero esta vez lo he trincado con la guardia baja y yo creo que le he sacado respuestas sustanciosas. Se va en mayo de la política, no sé si lo asimilará, con la raqueta a veces en las pistas y con las zapatillas de cuadritos otras veces en su húmeda y coqueta casa de La Laguna. Muy de vez en vez nos vemos para comer, sobre todo para analizar la jerga de Artenara de Carlos Díaz-Bertrana, al que cada día se le entiende menos, pero que cada tarde dice cosas más brillantes para gozo de nosotros, sus amigos. Y eso).