En otras ocasiones, hemos hablado de alternativas saludables a la harina refinada de trigo, como por ejemplo la de teff. En esta ocasión, volvemos a la carga con la harina de amaranto que, entre otras características, destaca por no contener gluten. Aunque lo pueda parecer, el amaranto no es un cereal, sino una planta herbácea que puede alcanzar hasta los casi tres metros de altura.
El nombre de amaranto proviene del griego para “inmortal” o “eterno”. Este nombre le fue dado por la resistencia de sus semillas contra cualquier adversidad. Conocida desde hace varios milenios en las Américas, siempre ha sido muy popular. Las civilizaciones precolombinas, como la azteca y la inca, ya la incluían en su dieta. Su harina se produce moliendo las semillas hasta obtener un polvo fino, similar a otras harinas, aunque destaca por su color beige.
El amaranto no solo proporciona proteínas de alta calidad, sino que también contiene muchos otros nutrientes saludables. Además de una buena proporción de calcio, el aminoácido lisina ayuda a absorberlo adecuadamente del tracto digestivo. También es rica en ácidos grasos e incluye tocotrienol, una forma potente de vitamina E, y tiene aproximadamente cinco veces más hierro y tres veces más fibra que la harina de trigo. No podemos olvidar que también contiene otros micronutrientes, como potasio, fósforo y vitaminas A y C.
Con todos estos nutrientes, no es extraño que la harina de amaranto pueda aportar interesantes propiedades para mantener nuestro organismo en buen estado.
Contra los radicales libres
La harina de amaranto incluye los compuestos fenólicos, que son un tipo de fitoquímicos que se encuentran en las plantas. Poseen unas potentes propiedades antioxidantes que ayudan al cuerpo a combatir contra los radicales libres, sustancias que reaccionan con las células del cuerpo. Ahí causan daños que pueden aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer y enfermedades del corazón.
Mejora la presión arterial
La presión arterial alta es una de las lacras que azotan a las sociedades contemporáneas. En el caso concreto de España, más del 40% de los adultos la sufren. El principal problema de no mantener a raya la tensión arterial es que se incrementa el riesgo de sufrir enfermedades del corazón.
La harina de amaranto es una excelente fuente de proteínas de alta calidad, fibra dietética y minerales. Todos ellos muy útiles para luchar contra la hipertensión. Entre ellos destacan los péptidos, una proteína compuesta por una cadena corta de aminoácidos que tienen actividad antihipertensiva.
Bueno para la digestión
La mayor parte de la fibra en este grano antiguo es fibra insoluble. Acelera el movimiento de los alimentos a través del tracto digestivo y agrega volumen a las heces. Una de las consecuencias de estos dos efectos que produce la harina de amaranto y otros alimentos ricos en fibra es que se consigue mejorar la digestión y la salud en general y ayuda a prevenir el estreñimiento.
Dieta sin gluten
Según algunas estimaciones, En España hay entre medio millón y un millón de personas que sufren celiaquía. A esa cantidad, se les unen otras muchas que sufren alergia o sensibilidad a este tipo de proteínas. Por ello, deben cuidar bien la dieta y asegurarse de tomar alimentos gluten free, entre ellos los elaborados con harinas, como pastas, panes o bollería. Una excelente opción es apostar por productos elaborados con harina de amaranto.
Proteína completa para veganos
Una de las cualidades nutricionales únicas del amaranto es su contenido de proteínas. A diferencia de otros cereales, y aunque no alcanza el nivel del tofu o de las legumbres, el amaranto aporta todos los aminoácidos esenciales, por lo que es una proteína completa. Por eso, para aquellas personas que siguen una dieta vegana, la harina de amaranto es una excelente opción.