De norte a sur de Tenerife, los Reyes Magos volvieron a desplegar su magia por todos los pueblos de la Isla. A bordo de helicópteros, coches descapotables, microbus o camellos, Sus Majestades de Oriente se reencontraron con unos niños que han sufrido como nadie la pandemia, sin poder salir a la calle a jugar, y sin conocer de verdad la magia de unos Reyes a los que han visto de lejos, a todo correr sobre una carroza o un coche, y que este año, por primera vez, muchos de ellos han podido comprobar que de verdad existen.
Ayer en Santa Cruz se batieron muchos récords, el del estadio, el primero, con 17.500 personas deseosas de ver a Melchor, Gaspar y Baltasar. Una cifra que es la mejor en la historia del tradicional acto en el recinto capitalino. La cabalgata, que recuperó su recorrido por el centro de la ciudad, también superó las cifras prepandemia, con cerca de 100.000 personas en las calles, según los datos del Ayuntamiento santacrucero.
La fiebre por ver a los Reyes desbordó la capital y llegó al vecino municipio de La Laguna, donde unas 25.000 personas se sumaron a presenciar en directo la vuelta de la cabalgata a las calles del casco. Unos Reyes que quisieron hacer al menos un pequeño trayecto en camello, desde el Ayuntamiento hasta la plaza del Cristo, que hizo las delicias de los más pequeños. En El Rosario, además del desfile multitudinario, el Consistorio tuvo a bien repartir más de 1.500 vasos de chocolate para combatir el frío esperancero.
En el Norte, La Orotava y el Puerto de la Cruz también ofrecieron desfiles reales con miles de personas, municipios que este año incorporaron espacios silenciosos para los niños con Trastornos del Espectro Autista. En el resto de pueblos del Norte tinerfeño los paseos reales, cabalgatas y multitud de actos con los Reyes como protagonistas también congregaron a numeroso público, deseoso de palpar la normalidad de la fiesta que más ilusión desborda.
En el sur de la Isla, la expectación no fue menos. Candelaria, que recuperó la Noche de los Sueños, congregó a 20.000 personas en torno a los distintas actividades organizadas por el Ayuntamiento, y que concluyeron con la gran cabalgata.
En Adeje, unas 4.000 personas se acercaron al estadio municipal parar recibir a Melchor, Gaspar y Baltasar, que llegaron en helicóptero, y a los que el alcalde, José Miguel Rodríguez Fraga, hizo entrega de la llave mágica que abría todas las puertas del pueblo.
En el vecino municipio de Arona, los Reyes Magos quisieron acordarse de los más mayores, visitando la residencia de Los Cristianos, antes de iniciar su recorrido por las calles del casco aronero, que, como en el resto de la Isla, reunió a miles de personas.