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Santa Cruz recibe con entusiasmo al Juan Sebastián de Elcano

El buque escuela congregó ayer a gran cantidad de personas que formaron cola para poder subir y visitar el barco, que llega a la capital en el marco de su 95º crucero de Instrucción
Juan Sebastián de Elcano
Cola para poder subir y visitar el buque escuela, ayer. Fran Pallero

La visita del emblemático buque escuela de la Armada española Juan Sebastián de Elcano al puerto de Santa Cruz de Tenerife ha sido acogida con muchas ganas y expectación por parte de chicharreros y visitantes, que desde las 11.00 horas de ayer, inicio del primer tramo del día para visitarlo, ya formaban cola para poder subir al barco y ver de cerca este impresionante buque que llegó el pasado viernes al puerto, tras partir del de Cádiz el pasado día 14, en el marco de su 95º Crucero de Instrucción.

Una cola que iba creciendo según avanzaba la mañana, a pesar de que incluso cayó alguna gota de lluvia, y que sorprendió a más de uno de los que se acercaron al puerto con la intención de visitar el buque. “Creo recordar que es la primera vez que vengo, de niño me trajeron a ver el Dédalo, hace como 40 años, y la verdad es que no contaba con que hubiese tanta cola, pero merece la pena, es muy bonito, se ve esbelto y, además, es nuestro buque escuela, tenemos que sentirnos orgullosos de ello”, afirmaba Víctor, que esperaba en la cola junto con su mujer Luzma, quien apuntaba que merecía la pena la espera.

También había muchas familias, como la de Alberto Aguiar, que acudía junto con su mujer, su hija y su padre. Este, en los años 60 del pasado siglo, pasó dos años de instrucción en Juan Sebastián de Elcano. “Venimos porque mi padre estuvo en el barco dos años viviendo y él quería recordar sus vivencias, y en familia. La verdad es que no esperábamos tanta cola, pero hay paciencia y ganas de verlo”, señalaba Alberto. “Yo estuve en la época en la que hicimos una regata con barcos de todo el mundo, salimos desde Lisboa a las Bermudas y de ahí a Nueva York. Lo recuerdo bien, tenía cerca de 20 años y estuvimos por todo el mundo, lo que pasa es que el mar es un poco sacrificado. He vuelto a visitar el buque alguna que otra vez, son recuerdos, amigos, vivencias, que son importantes”, rememoraba Alberto padre.

Pero no fue el único que ayer se acercó al puerto para revivir recuerdos de una experiencia única, como Antonio Sánchez, quien fue acompañado de su hija Elisa y estuvo formándose en el buque hace 60 años: “Solemos venir a visitarlo porque siempre trae cierta alegría, y envidia de no poder volver a salir con él. Es emocionante, la época en la que yo navegué fue maravillosa y una experiencia única y muy bonita, recorrimos muchos lugares. Hoy a la gente joven ya no le interesa el sacrificio que supone, estando igual 40 días en el mar sin ver tierra y trabajando siempre. Es un sacrificio, pero la alegría es tan grande que merece la pena”. Elisa contaba como había sido “un lujo recorrer el barco con él, con todos los recuerdos y anécdotas que tiene de cómo funciona, para qué sirven las cosas, sus vivencias de dónde se cayó, a dónde se iba a pasar el ratito para escapar de los oficiales, y esas anécdotas del día a día, de la rutina del barco, pues ha sido emocionante y muy bonito”.

Juan Sebastián de Elcano pudo visitarse también ayer por la tarde y ya parte hoy para continuar su ruta hacia Río de Janeiro (Brasil), “coincidiendo con la exploración de hace medio siglo, cuando Elcano y Magallanes también pasaron por esa zona”, explicaba el comandante del navío, Manuel García, el pasado viernes, recogía Efe, cuando el buque arribó a primera hora a la Dársena de Los Llanos del puerto capitalino, donde fue recibido con salvas de bienvenida por parte de la Asociación Histórico Cultural Gesta del 25 de Julio de 1797. El comandante destacó que hacía años que no podían hacer escala en la capital tinerfeña a causa de la pandemia, por lo que regresaban a la ciudad “con muchas ganas”.

Tras llegar a Río de Janeiro, pasarán por Buenos Aires (Argentina), Punta Arenas (Chile), El Callao (Perú), cruzarán el Canal de Panamá y atravesarán Cartagena de Indias (Colombia) y Puerto Limón (Costa Rica), para finalmente visitar dos puertos norteamericanos: Pensacola y Nueva York. Y desde allí volverán a España, donde atracarán en la Escuela Naval Militar, en Marín, en que los guardiamarinas darán por concluido el crucero de instrucción. El buque rendirá viaje tras su tránsito desde Marín a Cádiz, donde se prevé llegar el 21 de julio de este año.

La visita del buque al puerto chicharrero ha coincidido, además, con el atraque del patrullero Meteoro, que también se pudo visitar ayer.

Formación marinera

El propósito de un Crucero de Instrucción a bordo del buque escuela es contribuir a la formación marinera, militar, social y humana de los alumnos embarcados, mediante la instrucción y el adiestramiento en la mar y en puerto. Asimismo, se apoya la acción exterior del Estado, mediante la presencia naval en diversos puertos.

Construido en los astilleros Echevarrieta y Larrinaga de Cádiz, el buque escuela fue botado el día 5 de marzo de 1927 y entregado a la Armada el 17 de agosto de 1928. Lleva 95 años en la mar con casi dos millones de millas náuticas navegadas por todos los mares del mundo.

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