En apenas dos meses de funcionamiento de la Unidad de Servicios Psicológicos y Logopédicos de la Universidad de La Laguna unos 60 alumnos han demandado asistencia psicológica, lo que ha puesto de manifiesto la importancia de un necesario apoyo emocional.
El catedrático de Psicología Clínica y director del nuevo servicio, Wenceslao Peñate, afirmó a DIARIO DE AVISOS que “el comienzo ha sido un poco complicado, porque había una gran demanda y lista de espera, pero la hemos ido atendiendo y esperamos que la próxima semana se elimine”. Esto demuestra que era “un servicio muy esperado y necesario. Cuando empezamos a ver toda la gran demanda de alumnos que se acercaban nos sorprendido y nos abrumó”.
La Unidad de Servicios Psicológicos y Logopédicos ha puesto en marcha diez servicios atendidos por unas cincuenta personas, seis servicios de psicología y cuatro de logopedia. Entre ellos se incluyen psicología educativa, psicología forense, psicología psicosocial, la atención neuropsicológica y la salud mental. “Sabíamos que la comunidad demandaba un servicio de salud mental, como quedó demostrado en el apoyo a los afectados por el volcán de La Palma, y hasta ahora hemos atendido alrededor de 60 personas, casi todos estudiantes, que han acudido al servicio mayoritariamente con problemas emocionales: de ansiedad y depresión, bastantes con afecciones de estrés, nerviosismo, intranquilidad e inseguridad, así como algún problema relacionado con los trastornos de alimentación (anorexia)”.
La COVID ha aflorado la problemática de la salud mental y emocional de gran parte de la población, aumentando los miedos e inseguridades, intranquilizando a los jóvenes que están en pleno proceso de construcción de su identidad y, en el caso de los universitarios, complicando la adaptación de los nuevos alumnos. “El efecto de la pandemia ha tenido su impacto en la salud mental como todos sabemos, pero ahora una vez que estamos en la normalización, lo que está apareciendo en la población universitaria es lo que se conoce como periodo de transición, un período crítico donde los chicos y chicas están definiendo su futuro, y de alguna manera se modifican esas expectativas que tenían cuando estaban en el Bachillerato, se angustian y se preguntan ¿habré elegido bien?, ¿seré capaz?…”.
Sin duda, la adaptación no es fácil, pierden la tutela docente que han tenido en la enseñanza no universitaria, y se suma el desarraigo de compañeros o familia, si se desplazan desde otra Isla, por tanto es un momento crítico al afrontar una nueva realidad vital y académica. “Es el cóctel perfecto. Tenemos un grupo de chicos y chicas, algunos que han dejado a su familia, que deben acomodarse a un ambiente nuevo que, en algunos casos, no es protector como el que se encontraban en su casa o entorno. Además, en la enseñanza universitaria tienes que tomar tus propias decisiones, comienzas a afrontar la vida y empiezan a generarse las dudas”, destacó Peñate.
Un informe del Ministerio de Universidades señala que el 21% del estudiantado en España abandona los estudios durante el primer año de carrera, un 9% decide cambiarlos por otros, y hay grados que llegan al 15% de abandonos en Navidad. “Básicamente, no es por falta de conocimientos o capacidad intelectual, sino por la falta de adaptación y la presión. Son personas con potencial y valiosos que podrían haber seguido si hubieran recibido apoyo psicológico para superar las dudas sobre su elección. Pero además de la incertidumbre y la ansiedad inicial, también se aborda un momento de ansiedad al final de la carrera, un periodo donde empiezan a definir el futuro laboral y profesional, que genera inseguridades y llega el vértigo de pensar ¿y ahora, qué?. Hay un pequeño porcentaje que necesita ayuda”.
La puesta en marcha del servicio servirá a muchas personas que no se hubieran acercado a una consulta profesional. “Casi todos los que nos piden ayuda carecen de recursos económicos para afrontar un tratamiento privado o no se planteaban solicitar ayuda. En la sanidad pública es muy difícil lograr consulta psicológica al estar saturada por la alta demanda y la falta de profesionales. Nosotros abordamos un tratamiento psicológico con sesiones semanales, o cada 15 días en algunos casos, y es poco probable que pueda hacerlo la sanidad pública”.
Además, Peñate reitera que están tratando “problemas muy abordables”. La psicología tiene técnicas en las que se pide a los pacientes que participen activamente y, al mismo tiempo, empiezan a autoprotegerse para ese problema y para el futuro. “Evitamos el sufrimiento que padecen”, su agravamiento y la toma de fármacos. Se estima que el servicio atenderá a unos 400 miembros del colectivo de ansiedad, estrés, depresión…, incluso pensamientos suicidas.
“El compromiso es importante porque estamos mejorando su salud”
La importancia de este servicio chocó con el rechazo del Colegio Oficial de Psicología de la provincia. Cuestionado en este sentido, el director del servicio, Wenceslao Peñate, afirmó que “creo que han habido malos entendidos y de verdad que es una pena que haya sido el único de todo el Estado que se ha opuesto a la creación de un servicio psicológico y logopédico en su universidad de turno, incluso hemos recibido el apoyo del Colegio de Las Palmas. Somos casi la última con la universidad con Facultad de Psicología y Logopedia que ha puesto este servicio en funcionamiento; hay centros que llevan 30 años funcionando y nunca había pasado nada, se ha visto como algo normal. Sin embargo, la decana del colegio profesional de la provincia mostró sus dudas sobre su pertinencia en el Consejo Social de la ULL. Yo no entiendo esa oposición, porque, además, es doblemente rentable, en primer lugar para los alumnos que sufren estos problemas y en segundo lugar para la sociedad es una buena inversión para que se recuperen de sus problemas y puedan finalizar sus estudios. Hay que destacar que no es un servicio que se presta gratuitamente, sino que los profesionales que trabajan cobran por ello, como los que están en la práctica privada, con unas tarifas que están marcadas por el Consejo de Gobierno y el Consejo Social”.
“Estamos muy contentos y el compromiso es importante porque estamos hablando de mejorar la salud”, destacó Peñate.