Una mujer murió ayer en un crimen relacionado con la violencia machista en Armeñime (Adeje) pese a los intentos de uno de sus hijos (que resultó igualmente herido) por impedirlo en una lacra que no cesa, ante la impotencia de las autoridades y lo imposible que supone para los cuerpos y fuerzas de seguridad actuar de puertas para adentro en un domicilio. La espiral de violencia registrada exige, una vez más, la colaboración de los vecinos, que, históricamente, evitaron inmiscuirse en muchos de los casos.
Datos
Lo cierto es que la mujer que murió en la noche del pasado domingo en Ameñime, presuntamente apuñalada por su expareja, eleva a nada menos que a 85 las víctimas mortales de la violencia machista en Canarias desde que hay registros (2003): 79 mujeres, a las que se suman seis de sus hijos, asesinados para hacerlas sufrir, con casos absolutamente espeluznantes como el de las recordadas Anna y Olivia y el acaecido en El Médano en 2004, cuando un varón asesinó a su propia hija de siete años de edad para vengarse de una mujer que sencillamente solo aspiraba a no proseguir con la relación sentimental que los unió pese a una veintena de años de malos tratos, como se consideró probado en su día durante el juicio celebrado por esta causa en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
Esas 85 víctimas no aparentan ser más que el frío reflejo de unos datos oficiales recogidos por el portal estadístico de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, que también revela que los feminicidios machistas han dejado hasta la fecha huérfanos de madre a 26 menores (incluyendo a los cuatro hijos de la mujer apuñalada este domingo en Tenerife).
Asimismo, refleja dicha estadística que el año más trágico en el balance de víctimas de violencia machista en Canarias es 2019, con 10 personas (nueve mujeres y uno de sus hijos); seguido de 2010, con siete mujeres; y 2003, 2005 y 2007, con cinco mujeres en cada ejercicio.
Los que no
Pero lo que no cuenta (y ni siquiera registra) son las muertes de Tindaya (11 años) y Joseba (5 años), a quienes asesinaron sus padres en 2003 en el domicilio familiar de Vistabella (Santa Cruz de Tenerife), porque, por aquel entonces, la legislación española ni siquiera respetaba el derecho preferente de los menores recogido en la Declaración de los Derechos de los niños, promulgada por las Naciones Unidas en 1959 y sancionada por España pese a su evidente incumplimiento en el caso de la ley integral sobre la violencia machista, felizmente corregido hace pocos años.
En Canarias, lamentablemente, se han producido crímenes como la mujer que fue quemada viva en La Laguna en 2019, de modo idéntica a la otra mujer al año siguiente en el mismo término municipal,una desgracia reiterada e incomprensible, al tratarse de crímenes semejantes que no pudieran evitarse pese a que no faltan fondos ni determinación para combatir estos hechos.
La tragedia de Adeje provocó ayer una conmoción a nivel nacional tras la fatal racha en 24 horas de un comienzo de año adverso en la peor de las lacras, la violencia de género.