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El calor extremo y la sequía, riesgos climáticos para Santa Cruz de Tenerife

El Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible de la capital tiene como objetivo reducir emisiones y mitigar las amenazas
El calor extremo y la sequía, riesgos climáticos para Santa Cruz de Tenerife

El Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible de Santa Cruz de Tenerife (Paces) hace un amplio diagnóstico sobre la situación del municipio frente al cambio climático y propone una serie de líneas prioritarias a la hora de actuar para paliar los riesgos que conllevan de cara al 2030. El documento, aprobado inicialmente y que se encuentra en fase de alegaciones, en lo referente al análisis de la vulnerabilidad y riesgos locales del municipio, establece que las dos líneas prioritarias en la toma de decisiones son las referente a la adaptación a las temperaturas altas en el periodo estival y al déficit hídrico.

El estudio, en general, presenta un escenario en el cual, además de estos dos riesgos, las principales consecuencias del cambio climático a los que se enfrenta Santa Cruz tiene que ver con fenómenos de lluvias torrenciales, cambios en los ecosistemas, el polvo sahariano y la prolongación de las olas de calor.

Los datos para Canarias, y, por tanto, para la capital, señalan que, asociado al incremento de temperaturas, se espera un incremento en la duración frecuencia e intensidad de las olas de calor llegando a temperaturas máximas de 42 grados centígrados, lo que previsiblemente ocasionará un aumento en la demanda energética vinculada a la refrigeración, y aumento del riesgo de incendios en las zonas forestales y especialmente en los límites entre lo urbano y lo rural.

Riesgo específico

Apunta el Paces que se esperan episodios de precipitaciones con carácter torrencial en todo el municipio, lo que conlleva una exposición alta de las infraestructuras, principalmente carreteras, puntos de distribución de energía, determinadas áreas cercanas a los barrancos y, en particular, la zona costera fuertemente modificada como el frente litoral ocupado por el Puerto de Santa Cruz de Tenerife e infraestructuras y construcciones que han quedado por debajo del nivel de dicho frente. Este es un riesgo específico de Santa Cruz que afecta de manera particular a San Andrés, a la zona antiguamente conocida como Llanos de Regla, entre las desembocaduras de los barrancos de Santos y de El Hierro, y a la ensenada sobre la que confluyen y desembocan los barrancos de Ancheta y La Leña.

El análisis detalla que la disminución de las reservas en los embalses expondrá al municipio a una alta vulnerabilidad, a la degradación progresiva de los ecosistemas y a la reducción de la disponibilidad de agua para abastecimiento humano y agrario Las lluvias torrenciales ocasionarán un aumento del poder destructivo de las inundaciones.

El cambio hacia un clima semiárido supondrá un aumento de la pérdida de suelo asociado a la erosión producida por las lluvias torrenciales o el viento, lo que favorecerá los procesos causantes de la desertificación. Al tiempo, estos condicionantes llevan aparejados una mayor exposición a los incendios forestales, dado que algunas de las entidades municipales están dentro de ZARI (zona de alto riesgo de incendios), en particular las que se encuentran dentro del Parque Rural de Anaga o en sus inmediaciones.

Medidas

El Paces propone una serie de acciones para reducir los riesgos descritos. Así, entre ellas, se propone un plan de mejora de la envolvente de edificios municipales; la instalación de cubiertas verdes en edificios, instalaciones y espacios públicos; renaturalización del parque periurbano de Las Mesas; crear una red de zonas verdes municipales; uso de especies locales en los espacios verdes públicos; apoyo a la agricultura y ganadería sostenible local; recuperación de terrenos no productivos; o crear una red municipal de compostaje comunitario, o la recogida y aprovechamiento de aguas pluviales.

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