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Francisco García: “Venimos a servir con humildad. En la ULL no solo impartimos docencia, se investiga y estamos en la vanguardia del conocimiento”

El nuevo rector lagunero demanda una defensa cerrada de la educación superior pública en el Archipiélago y reclama un pacto social con todas las Administraciones
Francisco Javier García Rodríguez, rector de la Universidad de La Laguna
Francisco Javier García Rodríguez, rector de la Universidad de La Laguna. / Fran Pallero

El catedrático de Organización de Empresas, Francisco García (Tijarafe, 1971), nuevo rector de la Universidad de La Laguna, demanda una defensa cerrada de la educación superior pública en el Archipiélago y reclama un pacto social con todas las Administraciones, ya que, a su juicio, no se debe limitar la misión de la universidad pública a la empleabilidad, sino también debe cumplir su función investigadora, generadora de I+D+i, y ha de cumplir un papel como ascensor social, de mayor bienestar e igualdad. “La Universidad es la solución a muchos de los problemas actuales y futuros que tenemos”, resume en esta entrevista con DIARIO DE AVISOS.

-Afronta grandes retos en su mandato. ¿Qué prioridades se propone atender con urgencia?
“Queremos avanzar en un gran pacto social por la Educación Superior Pública en Canarias. Para eso es fundamental cerrar con el Gobierno de Canarias un acuerdo de contrato programa de financiación a medio plazo. Hay sobre la mesa una propuesta para el periodo 2023-30, que es una buena base de partida, pero que hay que perfilar, y es importante que lo hagamos pronto, para que en el presupuesto del curso 2023-24 ya esté cubierto por ese mecanismo de financiación estable que nos permita mirar al medio y largo plazo con sosiego y con tranquilidad, porque la Universidad es una cosa muy seria y nos va la vida y nuestro futuro como sociedad. Luego, tenemos actuaciones urgentes y este marco de financiación como elemento necesario e imprescindible es la base y raíz que sustentará los muchos retos que tenemos. En el curso académico 2024-25 ya tienen que ser de plena aplicación muchos de los ámbitos de la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), algunos son los más complejos de interiorizar, como puede ser la adaptación de la carga de créditos de las distintas figuras laborales. Y vamos a tener que hacer un esfuerzo de contratación laboral en el ámbito del Personal Docente e Investigador (PDI). Nos exigen un mayor número de profesorado porque se van a limitar los créditos docentes, especialmente en ayudantes doctores, y esto implica que por cada tres profesores de ese tipo vamos a necesitar uno más. Además, somos la Universidad que tiene un mayor porcentaje de profesorado mayor de 50 años, el 70%; por tanto, vamos a tener que ser mucho más ágiles en la incorporación de profesorado y vamos a necesitar recursos para contratarlos. Tenemos el reto también de la simplificación de algunos procesos, entre ellos el reglamento de evaluación y calificación. Debemos sentarnos al finalizar el curso con toda la comunidad universitaria y simplificar ese reglamento que está generando problemas e inquietud. Otro reto también muy a corto plazo es el nuevo marco de regulación de las prácticas de los estudiantes, que van a tener que darse de alta en la Seguridad Social fruto del nuevo marco legislativo, y eso va a implicar un cambio que tenemos que interiorizar. Y, entre otras cuestiones de actuación está la de reforzar muchas de las políticas asistenciales”.

-¿La participación y la escucha interna deberán ser eficaces para evitar disfunciones?
“Si queremos avanzar en un plan de modernización que nos permita ser más ágiles, que nos permita ahorrar tiempo en tareas que son prescindibles para funcionar de manera más transparente, más rápida y adaptar nuestras estructuras también a esas nuevas exigencias que nos pide este mundo tan complejo y cambiante y donde la flexibilidad debe ser el denominador  común de lo que hagamos, entonces efectivamente debemos hacerlo de manera participada. Queremos plantear un proceso de escucha para hacerlo entre todos y todas, un reto que se va a liderar desde la gerencia para concentrarnos en lo importante. También necesitamos que nos escuche todo el Personal de Administración y Servicio (PAS), el Personal Docente Investigador (PDI) y el alumnado, y que sientan que es un reto clave que tenemos por delante y hay que poner en marcha cuanto antes”.

-Usted es un defensor de la Universidad Pública y su puesta en valor como ascensor social…
“El servicio público de educación superior está en riesgo, está en peligro, por un lado, por razones externas. Hay una creciente competencia por parte de las Universidades privadas con una cierta permisibilidad institucional y, por otra parte, tenemos graves problemas de gestión interna y estamos siendo demasiado rígidos en los procesos por la carga burocrática, que nos distrae de nuestras misiones fundamentales. No gestionar bien también pone en riesgo la Universidad. Estoy convencido de que hay que poner en valor la educación superior pública porque mejora la economía y los niveles de empleo de la sociedad. En Canarias tenemos una tasa de paro del 14,5%, la tercera más alta del país, mientras que en los titulados superiores se reduce al 10%, es decir 4,5 puntos menos. Es decir, cuanto más elevado es el nivel educativo de la población, menor es la tasa de paro. Es una diferencia de empleabilidad indiscutible, así como más estabilidad del empleo, mejores condiciones laborales, nivel de ingresos, etc. El porcentaje de población con formación universitaria en una región está correlacionado con su nivel de desarrollo, y cuanto mayor es el peso de la formación superior, mayor es su nivel de desarrollo. Las comunidades donde hay mayor PIB per cápita, País Vasco, Madrid y Navarra, son las que tienen mayor tasa de personas con cualificación universitaria. Y luego, efectivamente, está la otra dimensión de la educación superior como ascensor social, como herramienta de equidad e igualación social, y es evidente que cuanto mayor es la tasa de escolarización universitaria, mayor nivel de igualdad hay en una sociedad y mayor posibilidad de movilidad social. Eso es clave, que exista la posibilidad de que personas que nacen con unas circunstancias y condiciones socioeconómicas puedan moverse hacia una clase superior en la medida de su crecimiento individual y colectivo. La educación superior es la mejor pasarela para subir de un nivel social más bajo a uno superior, y ha sucedido durante décadas en España. Es importante mantener y cuidar ese ascensor, hay que revitalizarlo y mimarlo, porque una sociedad equitativa es una sociedad más sana, donde hay menos conflictos porque hay más bienestar”.

Francisco Javier García Rodríguez, rector de la Universidad de La Laguna
Francisco Javier García Rodríguez, rector de la Universidad de La Laguna. / Fran Pallero

-¿Cómo hacer atractiva la ULL a las nuevas generaciones?
“Para valorar algo hay que conocerlo. Tenemos que hacer un esfuerzo para difundir todos los aspectos positivos que tiene la Universidad. Reforzar que se nos conozca tal y como somos, en ese sentido, la Universidad es mucho más que lo que estudiamos en los distintos grados y postgrados, tiene muchísimos valores transversales, mucha oferta cultural, actividad asociativa, actividad de participación en órganos de gobierno, mucha actividad reivindicativa y, más allá de las aulas hay mucha vida en los campus. Además, hay que poner en valor la riqueza de la oferta educativa que ofrecemos y que se vincula a mayores oportunidades de empleo y, por tanto, de bienestar. Pero no solo impartimos docencia, en la Universidad de La Laguna se investiga y estamos en la vanguardia del conocimiento. Buena parte de nuestra actividad está basada en la investigación de frontera; entonces, es importante que ese conocimiento e investigación se transfieran a la sociedad. La ULL es una institución que está más de moda que nunca y es la solución a muchos de los problemas que tenemos en la actualidad y en el futuro como sociedad”.

-La LOSU defiende que debe dar respuesta a las necesidades de formación de una persona durante toda su vida…
“La universidad tiene que mirar a todos los ámbitos de población. Comenzando por el quienes hasta ahora han sido su núcleo fundamental, que son los jóvenes con formación preuniversitaria. Todavía tenemos mucho potencial de crecimiento. El porcentaje de población de 18 a 24 años que cursa estudios universitarios en Canarias es tan solo del 18,1% (uno de cada cinco) por el 32% del conjunto del país (uno de cada tres). Por tanto, cuantos más jóvenes se incorporen a la ULL, mejor para ellos, desde el punto de vista del empleo y también mejor para la sociedad en general, porque ganamos bienestar, renta, conocimiento, etcétera. Pero también hay que mirar a las personas que están en el mundo laboral y que necesitan reciclarse profesionalmente y actualizar conocimientos. La LOSU permite y fomenta microtitulaciones, grados abiertos, dobles titulaciones, microcredenciales, programas de corta duración que tendrán reconocimiento académico, etc. Y ahí tenemos que mirar en los próximos años para también innovar y captar esta población. Además, los valores universitarios son fundamentales y, en un mundo como el actual, donde desde el punto de vista laboral cada vez se priman más las habilidades blandas, que están muy vinculadas con el pensamiento crítico, la libertad de pensamiento, la capacidad de trabajar con personas, gestionar las propias emociones, resolver problemas y gestionar conflictos”.

-La LOSU le mandata por seis años de manera improrrogable. ¿Qué le parece?
“Creo que es un aspecto positivo, cuatro años se pueden quedar cortos para un proyecto de transformación universitaria y generaría en el caso de que se quiera repetir en determinados momentos un comportamiento utilitarista, para tratar de buscar ese nuevo periodo no digamos con un afán de continuar en el poder, sino simplemente de poder materializar el proyecto. En cambio, seis años creo que es un tiempo suficiente. La imposibilidad de repetir creo que también dará más transparencia, claridad y solidez a la acción que podamos desplegar”.

-¿Con qué sentimiento o anhelo llega al cargo?
“Llego con el sentimiento de que tenemos mucho trabajo por hacer, y que uno de los principales retos que debemos afrontar es la sostenibilidad en todos los sentidos, comenzando por la económico-financiera. Cuando se produce un cambio de gobierno es una oportunidad de dar un salto hacia adelante, dejamos el periodo electoral y ya no hay candidaturas, todos militamos en la misma, la de la Universidad de La Laguna. En ese sentido, siempre que he tenido la oportunidad he agradecido a la profesora Rosa Aguilar y a su equipo el trabajo que han realizado en estos últimos años por nuestra Universidad y su entrega. Ahora toca una nueva época, un nuevo periodo y creo que estos cambios son una oportunidad para dar un salto, tomar aceleración y para reilusionarnos. En ese sentido, yo quiero que todas las personas y grupos que forman parte de la comunidad universitaria, alumnado, personal docente investigador (PDI) y personal de administración y servicios, tengan la oportunidad de reilusionarse para seguir construyendo el futuro de nuestra universidad, una institución tan necesaria para los canarios. El rector y su equipo vamos a darlo todo, estamos aquí para servir con humildad a la ULL, ese es nuestro fundamento, no olvidaremos quiénes somos, somos servidores públicos, servidores de nuestra comunidad, servidores de la sociedad a la que pertenecemos y la que sostiene nuestra Universidad, por tanto, con humildad vamos a hacer todo lo posible por desempeñar el mejor papel posible y dar lo mejor”.

-Ha planteado que le gustaría contar con todos los rectores de la ULL ¿Será como un ‘gabinete’ asesor?
“Creo que es una iniciativa positiva, lo dije públicamente y se lo he expresado también en privado a cada uno. Me gustaría que estuviéramos cercanos, vernos de vez en cuando, con cierta periodicidad y también cuando lo requieran las circunstancias y temas con una especial trascendencia para nuestra institución para escucharnos y aprender de su experiencia. Es una gran riqueza que tenemos en la ULL el poder contar con esa perspectiva y la experiencia que aportarían nuestros rectores y rectoras. En ese sentido, los voy a tener muy en cuenta, porque hay un capital de conocimiento del que no podemos prescindir, tienen mucha experiencia acumulada y quiero tenerles muy en cuenta. Todos han mostrado su predisposición, están abiertos a colaborar como siempre con la ULL y lo agradezco enormemente”.

-¿Habrá más sedes además de en La Palma o Adeje?
“Hay que poner en valor la colaboración del Ayuntamiento de Adeje y el Cabildo de La Palma, que apostaron por estos grados. Ambos nos han expresado su interés en aumentar las titulaciones partiendo de su idiosincrasia y naturaleza, y otros municipios también nos han comentado la posibilidad de acoger algunos estudios. Todas las administraciones debemos arrimar el hombro para ser mutuamente útiles”.

“Haremos un análisis sobre el impacto de la ULL en el entorno”

Francisco García señala que, “a corto plazo”, tiene previsto presentar un análisis riguroso “sobre el impacto económico que genera la Universidad de La Laguna en el entorno local, insular y regional, de cara a dimensionar su importancia”. Recuerda el valor que ofrece a la sociedad; por un lado, “aumentando la riqueza y el bienestar social, en tanto que inyectamos capital humano (con más de 3.600 titulados cada año) disponible para que crezca una productividad en la que Canarias está muy mal, al mismo nivel que hace dos décadas”. Así como “la investigación y la transferencia de ese conocimiento a la economía y la sociedad”. Además, en el día a día de la actividad académica se genera un multiplicador económico altísimo. Si hiciéramos el ejercicio de extirpar la ULL a La Laguna, veríamos que tendría una economía con muchísimo menos fuelle, no solo por el consumo que produce toda la comunidad universitaria (más de 22.000 personas), de manera directa o indirecta, los proveedores de productos y servicios, la restauración, el ocio… Es importante hacer este ejercicio planteando un análisis riguroso”.

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