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Paula Quintana, coreógrafa canaria de Blanca Paloma en Eurovisión: “Los movimientos están hechos para la cámara”

"Hay que llegar al punto de equilibrio entre que lo que sucede en directo valga, pero que también funcione para las cámaras", ha explicado
Paula Quintana

La coreógrafa Paula Quintana lleva casi una década encadenando proyectos de danza sobre las tablas de los teatros. En 2023, se enfrenta a un medio nuevo, la televisión, ya que es la encargada de la puesta en escena de Blanca Paloma, la representante española en Eurovisión, para quien ha creado una coreografía con “movimientos ad hoc para los planos de las cámaras”.

“Hay que llegar al punto de equilibrio entre que lo que sucede en directo valga, pero que también funcione para las cámaras”, ha explicado la coreógrafa en una entrevista con Europa Press, donde ha remarcado también que ha tenido que “jugar con los códigos” de los dos medios, algo para lo que se ha visto con “total libertad”.

Sin embargo, las limitaciones del escenario de Liverpool: “Los movimientos están hechos ad hoc para los planos de la cámara”, ha detallado, ya que el festival tiene “unas normas muy estrictas”, a las que todavía no se había enfrentado.

“Soy una persona muy curiosa y vengo de una formación multidisciplinar, porque realmente me interesa mucho encontrar diferentes maneras de llegar a la gene. Esto es una manera nueva para mí de la que estoy aprendiendo mucho también, y es genial porque ay cosas que se pueden hacer con una cámara que no se pueden hacer en directo. Por ejemplo, un primer plano de unos ojos no se puede hacer en un escenario”.

Pese a ello, Quintana explica que en los escenarios cada vez más se mezcla el directo con el audiovisual: “Estamos viendo propuestas que meten la cámara más en los directos”, como el show del tour Motomami de Rosalía. “Yo creo que es el futuro. Abre un campo y una dimensión que es fantástica, y todos estamos ya digitalizados”, ha señalado.

De hecho, ha desarrollado: “Podemos estar hablando con alguien en vivo, pero tener el móvil en la mano. No nos cuesta ver diferentes planos y diferentes medios. Es más, yo creo que es algo imprescindible para que la cultura sea igual de acogida y más con las nuevas generaciones, que han crecido con en lo digital y en su código es impensable que lo digital no exista. Yo no soy nada reacia, al contrario, lo abrazo muy bien”.

“Al final, por mucha máquina que tengas delane, un ser humano es un ser humano, o por lo menos quiero confiar en ello. Entoces al final es encontrar nuevos lenguajes, y eso siempre es enriquecedor”, ha explicado.

LAS “FUENTES” DE EAEA

Desde que Blanca Paloma ganara el Benidorm Fest con Eaea a principios de febrero, todo el equipo se ha embarcado en una gira de promoción para la que han generado diferentes variaciones para cada actuación. Entre marzo y abril, ha actuado en Lisboa, Barcelona, Tel Aviv, Madrid, Ámsterdam, Londres, París y Tenerife, y en cada una de sus actuaciones se ha presentado una versión ligeramente diferente.

“La idea es la esencia de la misma, pero hemos ido mostrando diferentes matices que, de alguna manera, también dejan ver las fuentes de las que bebe ‘Eaea’, que tiene una base flamenca pero también tiene electrónica”, ha explicado. Sin embargo, en Liverpool, “la esencia no se puede perder”.

Esta esencia está basada en “el universo de Blanca Paloma”. Quintana explica que la escenografía nació “después de mucho tiempo hablando” con la cantante, a quien “había que buscarle algo que fuera genuino”. “Blanca no era una persona a la que le podías poner un ballet al uso detrás. Viendo un poco las propuestas que han tenido éxito en años anteriores, había que buscar algo que fuera particular”, ha agregado.

“Blanca siempre habló de que quería participar en un baile, en algo tradicional que a ella la vinculaba con los cuidados y con la nana, con esta cosa de las mujeres que cuidan de generación en generación, para a partir de ahí, empoderarse y compartirlo”, ha detallado y ha apuntado que ha sido este paso generacional el que impulsó la idea del “rito” que se presenta en escena.

Por eso, las bailarinas se mueven en este “movimiento medio circular y medio ritualístico, y acaban lanzándolo al aire y compartiéndolo”. “Hay muchos lenguajes y muchos códigos metidos, y al final, había que encontrar una esencia que reúna todo”.

De ahí el contraste entre los movimientos de acunar y el de lanzar la mano al aire. El primero “tiene que ver con el rito y con un movimiento más ondulante”. “Parece una especie de mantra”, ha señalado, y ha agregado que “es un baile compartido, ínitmo, no es algo que harías en una discoteca, sino que se hace en comunidad”.

Luego está “la mano que se lanza hacia adelante” que es “un gesto universal que los humanos utilizamos para todo”. “Lo utilizamos en un partido de fútbol para animar, lo utilizamos en un concierto, para alentar a alguien en una arenga. Es un movimiento que parte de algo como muy interior, muy cíclico y también muy explicativo”, ha concretado.

“A LIVERPOOL CON OJERAS”

En todo este camino, con más de 10 actuaciones diferentes en dos meses, a todo el equipo le ha tocado “dormir poco y trabajar mucho”. Quintana se muestra particularmente orgullosa de la actuación en la PrePartyES de Eurovision-Spain en la sala la Riviera de Madrid, donde no se vio condicionada por las cámaras al ser un concierto en directo.

“Yo fui muy feliz en esa función porque me dijeron, Paula, eres libre de hacer lo que te dé la gana, y fue como vamos a meter a 10 mujeres más, vamos a hacer un ‘trance break’ al final. Fue maravilloso ver la acogida que tuvo y como de repente, todo el mundo se puso, sin saber muy bien por qué ni cómo se puso a hacer el rito”, ha explicado.

Para Quintana, el trabajo en los últimos meses está suponiendo horas sin dormir: “Está siendo muy intenso, pero nosotras somos intensas, todo el equipo. Nos venimos arriba a pesar de la cantidad de trabajo y que cada uno tiene sus propios proyectos”.

Es su caso, ya que esta semana acaba de estrenar ‘La Carne’ en el Teatro Español de Madrid, algo por lo que está “entusiasmada”. “Afortunadamente, cuando trabajas con un equipo que has elegido tú y en el que hay una admiración y un respeto profesional pero también personal, todo es mucho más fácil”, ha explicado.

“Al menos a Liverpool nos vamos con ojeras, pero con todo el orgullo del mundo, son bien merecidas estas ojeras, que no me las quiten que me las he ganado a pulso”, ha comentado. Sin embargo, ha valorado que “no siempre puedes elegir a todo un equipo” y ha destacado la “repercusión” del proyecto de Eaea.

Y es que: “Es algo que en la cultura no siempre sucede. De repente ves que puedes alcanzar a un número de gente que no es habitual, y ves a tantísima gente haciendo un movimiento de rito que es algo que hago yo en mis piezas, de alguna manera emociona. También hay mucho aprendizaje ahí”.

Ahora van a ser casi 200 millones de personas las que van a ver su “rito” sobre el escenario de Eurovisión. “No lo pensamos, yo no lo pienso para nada, y las chicas tampoco. Hay un trabajo muy fuerte antes de subirse a escena de la concentración que ellas tienen, de que ellas tienen que salir a hacer su cosa y no estar condicionadas por la cantidad de gente que puede estar viendo”.

La ilicitana Blanca Paloma representará a España en Eurovisión 2023 el próximo 13 de mayo. Se subirá al escenario de Liverpool ante una audiencia que se sitúa entre 150 y 200 millones de personas año a año para interpretar su “Eaea”, dedicada a su abuela paterna, la ‘yaya Carmen’.

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