Llegó el momento esperado. El Lenovo Tenerife se ve las caras hoy con el Hapoel Jerusalén en el Martín Carpena de Málaga (16.30 horas) en busca de un sitio en la gran final del domingo. Los aurinegros quieren mantener su trono de campeón, aunque para ello deberán deshacerse de un equipo que, lejos del modelo de los clubes israelíes, muy físicos apoyados siempre en el poderío de sus americanos, trata siempre de hacer un baloncesto a la europea.
La mejor noticia para los tinerfeños, como reconocía ayer Joan Sastre, es que llegan todos “sanos” después de una serie de lesiones que hace solo unas pocas semanas metía el miedo en el cuerpo al club y la afición aurinegra. Sobre el papel, el Lenovo Tenerife es superior, pero en cancha neutral las cosas se complican.
Un israelí atípico
El Hapoel Jerusalén se presenta en Málaga tras haber perdido solo dos partidos en los últimos cuatro meses. Lejos del estilo de juego de los conjuntos hebreos, siempre muy basados en el talento físico de sus estadounidenses, los de la ciudad santa apuestan, gracias a su entrenador, Aleksandar Dzikic, que les ha proporcionado un estilo más europeo.
Arie Livnat, periodista del diario Haarezt, recalca el “juego exterior” de los israelíes, que se basan, como el Lenovo Tenerife, en un baloncesto solidario: “Es un equipo muy atípico para lo que conocemos en Israel. No es un conjunto de estilo estadounidense, de correr y tirar, sino que sus exteriores manejan mucho el balón, con calma, buscando siempre la mejor opción”.
A eso hay que sumar que se trata de un conjunto “muy defensivo, al que le gusta la defensa y disfruta con ella” por lo que el Canarias puede llegar a verse “reflejado en un espejo”.
La sombra de Zach Hankins
A los 26 años, tras haber jugado en ligas menores, Zach Hankins vive su momento más dulce en el Hapoel Jerusalén. El pívot estadounidense, de 2,11 metros, ha promediado 19 créditos por partido, el tercer jugador más valorado del torneo, siendo determinante. Es verdad que los bases, Carrington o Smith, manejan mucho y bien el balón y que Randolph es un alero muy anotador, pero el peligro de Hankins, más para un equipo de las características del Lenovo Tenerife, es muy evidente.
Txus Vidorreta destacaba ayer las virtudes de su rival, mientras intentaba no dar pistas de por dónde podían hacerle daño, pero establecía una comparación que demuestra bien qué se puede encontrar hoy su equipo. El año pasado, en Bilbao, el Lenovo Tenerife se impuso en semifinales a otro Hapoel, el Holon, en un encuentro duro: “El Jerusalén es, seguro, aún mejor que ese equipo”. En aquella ocasión no fue sencillo imponerse. Hoy tampoco lo será.
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