A sus 26 años, se antoja un líder emergente para la siempre dividida ‘izquierda real’ en Canarias. Viene de esa exitosa cantera de Sí se puede Tenerife en la isla Baja, pero Hugo Cejas Pérez (Buenavista del Norte, 1997) aúna a esa cuna rural algo tan atávicamente isleño como la inmigración (“tanto por parte materna como paterna tuvieron que trabajar en Alemania”) como la novedad de estos canarios con alas suficientes como para haber volado para estudiar en Barcelona o Argentina sin perder la referencia.
-¿Qué tiene Buenavista de Norte, que se ha convertido en plaza fuerte y referencia de Sí se puede?
[Sonríe]. “Es verdad, es nuestro principal bastión porque allí se apostó por la regeneración democrática mucho antes que en el resto del Estado, en 2006, gracias a una camada de pibes y pibas, una generación joven que se levantó contra una política desgastada, en muchos casos caciquil, y a la que había que dar respuesta”.
-¿Cuál fue la clave del éxito de su partido en este municipio, donde han tenido la Alcaldía entre 2011 y 2015 y desde 2019 hasta ahora?
“Fueron muy valientes en ese sentido. Plantearon una gestión totalmente distinta y trajeron unos debates sobre la gestión pública, pero también afrontaron problemas como el de la deuda, que era enorme, con una entereza y una franqueza encomiable”.
-Pero el mensaje existía, y la simpatía por lo ecológico tiene raíces mucho más antiguas aquí. ¿Por qué ganaron las elecciones allí y no en otros sitios?
“La alternativa. Convencer de que hay alternativa y que tiene que haber participación ciudadana. Hasta entonces la gestión había sido muy opaca, nada transparente y relegada a los despachos. Se dio un paso adelante y la gente les dio la mano para que gobernaran el municipio”.
-De cualquier modo, usted tiene 26 años. ¿Quién lo ‘fichó’ para nada menos que ser cabeza de lista para el Parlamento de Canarias por la lista autonómica?
[Sonríe abiertamente]. “En la labor de cuna, de hacer escuela que se ha llevado a cabo en Buenavista, desde Sí se puede se me planteó que esa misma labor de regeneración política se traslade al resto de las Islas y al Parlamento de Canarias en particular, con nuevas caras y nuevas formas de hacer política, de una sensibilidad y unos nuevos códigos. No fue un ‘fichaje’ como hacen en otros partidos, sino -insisto- una labor de escuela, de maduración a fuego lento, de aprendizaje y sobre todo que recoge el legado de muchos compañeros y compañeras”.
-Usted es de esos canarios con alas…
[Ríe] “¡O golondrina! Tuve la oportunidad, gracias al sacrificio de mis padres, de estudiar en Madrid, Barcelona y Argentina, pero también de los propios, y por eso tuve acceso a las becas”.
-Volvió pronto, pero ¿qué podemos hacer para frenar la constante fuga de talento de Canarias al extranjero?
“Pienso en mis compañeros, pero también en mi familia, porque tengo primos que se han ido a trabajar a Correos en Alemania y otras empresas así. No solo los entiendo, sino que comprendo a los que piensan que en Canarias no están debidamente cualificadas determinadas profesiones, no ven el respaldo adecuado en la oferta de empleo. Hay que identificar el proceso demográfico que estamos viviendo, de que tenemos que dar oportunidades al conjunto del Archipiélago. No puede ser que los que vivamos en zonas rurales suframos las consecuencias de vivir en una Canarias de segundo orden. Que no tengamos centros tan acaparadores de trabajo en las principales ciudades, sino que las zonas rurales puedan ser también lugares para el desarrollo propio”.
-¿Cómo hacemos para que la riqueza que genera Canarias se quede en Canarias?
“Lo principal es cambiar de modelo (…)”.
-Ni imagina cuánto tiempo llevo escuchando esa receta…
“Claro. Pero es un debate importantísimo. Cuando hablamos de reformar el turismo no olvidamos que esa labor no es precisamente pequeña. Todos hablan de eso, sobre todo en campaña, pero lo que nosotros proponemos es abordar a fondo la materia principal, y ahí se puede conseguir un efecto redistributivo que genere igualdad de oportunidades en otros sectores y en otras islas”.
-¿Medidas concretas?
“Rehabilitar la planta hotelera a la adaptación climática, lo que va a generar una economía verde, así como cualificar la tradición turística para diversificar y dotar de más y mejores puestos de trabajo, porque no podemos sostener un turismo basado en empleos precarios. Hay que negociar, negociar y negociar desde los distintos ámbitos y con la menor o mayor fuerza que se pueda tener para la mejora de las condiciones de trabajo… Ahí es donde está el principal debate para integrar en el mercado laboral canario a más personas, y sobre todo a más cualificadas”.
-¿En qué lo cambia a usted el 28-M?
“Salga elegido o no, el 29 de mayo voy a tener que trabajar igual que hago siempre para poder hacer las oposiciones: sacando un camión de mercancías y seguir haciendo política desde mi compromiso”.
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