La banda Ramones, fundada en 1974 en Nueva York y disuelta en 1996, fue pionera en el género Punk gracias a sus letras sencillas, repetitivas y enigmáticas con las que querían marcar una distancia con la música que triunfaba en aquel momento. Y lo consiguieron no sin polémica, ya que su fama internacional es mucho mayor que los premios que lograron durante su trayectoria, apenas dos discos de oro. Este lunes, en la sección Canarias EN VIVO de Good Morning, Canarias! (Atlántico Radio), recordamos el único concierto que dio la banda en el Archipiélago y del que se cumplen 30 años.
“¿Qué pasa tíos? It’s good to be here in Las Palmas tonight…”. De esa enérgica forma Ramones daba paso a su concierto en Las Palmas de Gran Canaria el 5 de marzo de 1993. Una cita con la música alternativa que fue posible gracias a Juan Salán, productor y propietario del pub La Calle: “Yo tenía la ilusión de hacer ese concierto y cuando lo anuncié, la gente no se lo creía. No se lo creía porque por las Islas en aquella época solían venir Loquillo, Mecano, algún artista internacional como Juan Luis Guerra o Miles Davis… pero un grupo con ese estilo alternativo, de underground, supuso todo un acontecimiento”.
Salán consiguió traer a la banda a Canarias, eso sí, con muchos inconvenientes, ya que varios intermediarios le hicieron la “novatada” de obligarle a pagar un precio mucho mayor al estimado para Ramones y, además, no pudo recuperar el dinero invertido ya que justo aquel año se endureció la Ley Corcuera que limitaba la venta de alcohol.
Toda esa “serie de vicisitudes” provocaron que Salán perdiera “mucho dinero” con el concierto de Ramones y que durante un tiempo no quisiera “ni oír hablar” de la banda estadounidense. Con algo de perspectiva, asegura ahora que aprendió mucho de aquello y que hoy en día tiene los mecanismos para evitar que algo así se repita en sus contrataciones.
Pero si hablamos de afluencia y de las ganas del público, el evento fue todo un éxito. Salán cuidó cada detalle para que los Ramones se sintieran cómodos, tanto es así que probaron un equipo de sonido nuevo en el solar donde se celebró, una cochera en Los Tarahales. Sin barras debido a la prohibición de alcohol y sirviendo como bebida apenas unos botellines de 7UP se logró una gran afluencia: “Yo esperaba que viniera mucho público y creo que así fue porque 2.500 personas en el año 93 era una buena entrada para una banda de ese estilo”.
Con especial ilusión vivieron aquel acontecimiento los componentes de Vicious Soul, un grupo grancanario que se convirtió por una vez en telonero de una de las bandas del momento a nivel internacional. El batería Javier Viera recuerda que no pudo “ni darle un apretón de manos” a los miembros de Ramones, a quienes sí vio muy de cerca mientras se bajaban de su autocaravana.
“Nos quedamos allí, con la boca abierta, viendo cómo hacían la prueba de sonido. Al terminar se bajaron y se marcharon. Y ya después, en el concierto, pasó exactamente lo mismo. Nosotros estábamos muy nerviosos, tendríamos 30 años más o menos y estábamos privados por poder ver a la banda tan cerca”.
Aquella fue la única vez que la banda estadounidense actuó en Canarias, en un concierto para la historia donde la bebida estrella fue un refresco y la música alternativa se convirtió en la única protagonista sobre el escenario. Todavía este año, cuando se cumplen 30 del acontecimiento, Javier Viera sigue contándole con detalle la historia a su hija, que le mira con incredulidad, mientras que Juan Salán continúa sorprendiéndose cuando se encuentra con fans de Ramones de todas las Islas que le cuentan sus anécdotas sobre el concierto.