Calima rosa, el documental del joven cineasta Ismael Cabrera que da visibilidad a siete historias canarias de marginación por orientación sexual o identidad de género, se exhibe a partir de esta semana en Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura. Sus protagonistas, uno por cada isla, sufrieron por este motivo en sus propias carnes diferentes formas de represión durante los años de la dictadura franquista, y ahora pueden contarlo. Son personas que “tenían muchas ganas de ser escuchadas”, asegura el director.
La película, ópera prima de Cabrera, ha sido programada dentro del ciclo Diversidad, Igualdad y Cultura, que se está celebrando actualmente por iniciativa del Instituto Canario de Desarrollo Cultural (ICDC), con la colaboración de Filmoteca Canaria y la Dirección General de Diversidad del Gobierno de Canarias, que ha apoyado la producción del documental. La primera proyección tendrá lugar hoy martes en el Teatro Guiniguada, en Gran Canaria, una sesión que será presentada por el propio Ismael Cabrera y por el director general de Diversidad en funciones, Víctor Ramírez.
El film se podrá ver el jueves en el Espacio La Granja de Santa Cruz de Tenerife. Dos semanas más tarde, el 6 de julio, el pase será en la sede de Raíz del Pueblo, en el municipio majorero de La Oliva, espacio que se usa temporalmente por las obras de la Casa de los Coroneles. En todos los casos será desde las 19.00 horas.
Calima rosa son siete historias de personas que fueron silenciadas constantemente, vivencias personales de pérdida, autodescubrimiento, capacidad de superación, incomprensión social, familia o trabajos marginales. Entre todas se va tejiendo un documental de memoria colectiva a través de recuerdos propios y ajenos. Sus protagonistas forman parte de un colectivo sistemáticamente marginalizado. Sufrieron las secuelas y la represión que marcaron al colectivo LGTBI durante la época del franquismo. Casos reales que, aunque diferentes, comparten algunas vivencias.
Ismael Cabrera explica que recoge un testimonio por cada isla y que concluye con un apartado más artístico a modo de “homenaje a todas aquellas víctimas y personas que conjugan nuestra memoria y que, gracias a que lucharon tanto, ahora tenemos unos mínimos de seguridad y unos derechos garantizados, que no obstante tenemos que seguir defendiendo”. Añade que Calima rosa “puja completamente por la libertad, la diversidad y por la continuación de estos derechos”.