Se llama Cristi Coello y es vecina de la calle Serrano, en Santa Cruz. Ella es la culpable de que los vecinos de esta céntrica vía de Santa Cruz retomen las protestas por lo que consideran no solo un abuso, sino una gran imprudencia para la seguridad: el paso de guaguas de gran volumen. “Con las obras de asfaltado han tenido que desviar las guaguas por otras calles y vimos que era el momento para retomar una reivindicación con la que llevamos ya 15 años”, explica.
Y es que las guaguas comenzaron a pasar por Serrano cuando se construyó el tranvía por Rambla Pulido. “Nos dijeron que sería algo temporal y mira todo lo que llevamos”. Desde entonces, atropellos, daños en las aceras y coches aparcados, vibraciones en las casas, y algún que otro negocio que ha cerrado tras comprobar cómo el morro de las guaguas se metía prácticamente dentro de su local en el giro de las guaguas desde Álvarez de Lugo.
Las pancartas exigiendo que las guaguas salgan de la calle han vuelto a colgarse de ventanas y balcones. Cristi explica que, “aunque yo he empezado a mover las cosas, somos muchos vecinos los que estamos en la lucha por algo que consideramos es una cuestión de seguridad”. Han recogido un millar de firmas que ya han entregado al Ayuntamiento, al Cabildo y también al Gobierno de Canarias, y siguen recogiéndolas.
Asegura que han presentado hasta cinco alternativas, como que suban por Ramón y Cajal o que se usen guaguas más pequeñas con las que subir por la Rambla. Ahora están a la espera de una reunión con la nueva Corporación para saber si, por fin, harán caso a su reivindicación.