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La noche en el Teide dentro de una flor

Carmelo Felipe Acosta refleja paisajes, vivencias y sensaciones en un ramo de rosas que quiere llevar por todo el mundo
La noche en el Teide dentro de una flor
El empresario realejero está convencido de que con creatividad y el apoyo adecuado, tanto económico como humano, se pueden conseguir los objetivos propuestos, como le ocurrió a con su empresa FRAN PALLERO

Hace 30 años que Carmelo Felipe Acosta trabaja con flores para el mercado de Tenerife. Siempre ideó proyectos de futuro para Vimass, una empresa comercializadora de flor cortada de la que él forma parte. Proyectos que la hicieran crecer, pero, sobre todo, que la hicieran diferente, la convirtieran en un referente, y le permitieran potenciar los encantos de Tenerife.


Le dio muchas vueltas pero la idea surgió hace apenas un mes, en el momento más inesperado, cuando una amiga de su hija Hannah le regaló por su cumpleaños un disco de Harry Styles y dentro de la portada, había diferentes obsequios, cada uno con el nombre de una canción.


Al final del día Carmelo se quedó pensando en el trabajo que se había tomado la joven y se desafió a sí mismo: “¿Por qué no crear algo así?”, se dijo.


De esta manera se planteó plasmar en las flores una serie de paisajes, vivencias y sensaciones, también gastronómicas, que un enamorado de su tierra quiere llevar y transmitir a través de un paquete por todo el mundo.


La primera creación de esta colección se llama Teide by night (noche en el Teide). Fue este verano cuando se le hizo de noche en Las Cañadas y pensó lo increíble que era ese paisaje. Un día apareció la foto en la que basó su creación y no dudó en desarrollar la idea con Ceres Farm, la empresa de Ecuador que pinta flores y trabaja con Vimass.


Un par de semanas atrás viajó al país latinoamericano y le explicó su idea a la jefa de tinturados, le hizo un dibujo y ésta la captó de inmediato. Al día siguiente ya lo había puesto en su página.


“La primera rosa inicial, la que determina el resto del cuadro, recién se está comercializando, porque es un cuadro y el cuadro hay que formarlo”, explica este empresario de Los Realejos.
“Tengo el apoyo de la empresa y los recursos desde el principio, pero necesité a la persona que entendió el concepto que quería transmitir”, insiste.


Lo primero es deshidratar la flor, una tarea que lleva entre 8 y 9 horas para que pueda absorber el tinte, que es natural. Al tener el fondo oscuro nuevamente, se pinta y después hay que dejarla secar. “La pintura es lo más fácil, el proceso es lo más difícil y dura unos diez días”, certifica.


Estos diseños especiales se ofrecerán bajo la marca Vibra, mediante la cual Vimass comercializa sus productos de excelencia y se venderá como un paquete que se llamará Tenerife. De este modo, cualquier persona que entre en la web de la empresa podrá elegir, armar y comprar el paquete de sensaciones de Tenerife que quiera.


La idea recién comienza pero a Teide by night le siguen otras sensaciones que se concretarán en breve y que perfecciona día a día. Cada una de ellas está unida a un amigo o un ser querido. La próxima será atardecer con Campocha, porque siempre recuerda lo que sintió con su amigo Jonás ese día en el Mirador de San Pedro.


Y lo mismo pasará con Jordi caminando por El Pijaral, en Anaga, conocido como el sendero del Bosque Encantado, o cuando su amigo Juan saboreó el pulpo de Casa África, en Taganana, “el mejor que jamás haya probado”.


“Siendo una persona creativa y apoyado por la gente correcta se pueden hacer maravillas”, sostiene. Y es que Carmelo, igual que sus hermanos, el fotógrafo Isidro Felipe Acosta y el director de documentales Pedro Felipe Acosta, si de algo puede presumir es de creatividad.


El 90% de la flor que se utiliza en Canarias es de importación, se trae de Latinoamérica, mayormente de Colombia y Ecuador, dado que el cultivo local ha ido desapareciendo por diferentes razones.


Después de la pandemia todo cambió, porque fue uno de los sectores más damnificados y pese a ello, había una demanda exagerada.


En ese momento, Carmelo decidió darle un vuelco a su negocio al ver que había agricultores que no tenían posibilidad de vender y él tampoco podía salir. Estuvo dos días hablando con todos sus clientes en Canarias para ver la manera de activar el negocio. Su esposa se dio de alta como empresaria y empezaron a vender en un momento que nadie lo hacía llegando a acuerdos con los agricultores.


Empezaron a moverse, sin subvenciones ni ayudas. Tampoco había vuelos que trajeran flores a Tenerife así que se arriesgaron a hacerlo por barco desde Algeciras. “Los primeros meses fue una locura porque venían junto con la fruta y ésta suelta etileno, que es un veneno para la flor”, recuerda.


“Contábamos con una estructura muy ligera, pero poco a poco empezamos a posicionarnos en el mercado y eso ayudó a que los clientes empezaran a confiar en nosotros, en nuestros criterios y nos permitieron crecer”, cuenta. Sobre todo importaban clavel y después grisófila (Gypsophila Grandtastic), una especie muy demandada y que los floristas utilizan mucho para los ramos de novia y arreglos florales.


De forma paralela, en Ecuador las fincas volvieron a pintar flores pero sin criterio y por eso, aprovechando una coyuntura en la que “todos nos necesitábamos” empezamos a ayudarnos y a cambiar formato, cajas, junto con las empresas de Latinoamérica, y a buscar fórmulas para adaptarnos a cada cliente final, ya sean buqueteros, floristas o funebreros, que necesitan un tamaño de tallo diferente por eso hay que crear dentro de esas combinatorias, nuevas opciones para buscar otros nichos de mercado.


Carmelo Felipe quería ser un referente en el sector, no alguien que solamente comprara y vendiera flores. Y lo ha conseguido.

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