medio ambiente

“Si seguimos con este ritmo de calentamiento, en la próxima década podríamos llegar a 50ºC”

Abel López, de la Cátedra Reducción del Riesgo de Desastres, insiste en el peligro de las máximas y las mínimas tan elevadas "ya que tienen una relación con la salud y mortalidad"
Calor en Canarias
Calor en Canarias | Fran Pallero

La extraordinaria ola de calor que afectó a toda Canarias desde el pasado jueves 10 de agosto y que comenzó a remitir a partir del pasado martes, aunque de forma ligera, ha confirmado las predicciones de los expertos que avanzaban que comenzaríamos a perder el confort climático en el Archipiélago y esa eterna primavera que vendíamos al turismo, con muchisimos lugares con máximas que superaron los 40 grados. Además, este calentamiento sostenido en el tiempo, con aire cálido, ha sido el caldo de cultivo del voraz incendio que afecta a Tenerife.

Cada vez serán más habituales estos episodios de calor tanto en su número como en su duración con más días, y los expertos no descartan que esos 45,8 grados registrados en Tasarte (Gran Canaria) se repitan e incluso se lleguen a los 50 grados. Precisamente, ese pueblo de La Aldea fue el pasado 12 de agosto uno de los once lugares más cálidos del mundo, con una media de 41,9ºC.

Abel López Díez, miembro de la Cátedra Reducción del Riesgo de Desastres y Ciudades Resilientes de la ULL, ya adelantó en noviembre pasado a DIARIO DE AVISOS que era “la década de la toma de decisiones” ya que Canarias “perderá su eterna primavera” y “debemos abordar urgentemente el cambio climático”. Recordar que “somos el territorio más vulnerable frente al cambio climático” y mostró su “sensibilidad con las desigualdades sociales”, que se ven acentuadas por este cambio.

Cuestionado sobre la pasada ola de calor, López reconoció que estos episodios que antes eran excepcionales, dejarán de serlo para “convertirse en habituales, de cara al futuro, mucho más frecuentes, más intensos y de más larga duración. Es lo que ya se venía apuntando en los informes científicos para Canarias en los próximos años”. Abel López insistió en no solo fijarse en las temperaturas máximas de récord, sino consideró “mucho más alarmante las temperaturas mínimas tan elevadas, ya que tienen una relación importante en la salud de la población y, especialmente en la mortalidad”. Este pasado episodio se cobró, al menos, cuatro fallecidos forma directa.

Para el investigador en Climatología, hay quien compara esta ola de calor con la sufrida en 1952 y, aunque hubo lugares con registros similares de máximas, “no tuvo la extensión superficial de ésta, afectando a todas las islas y muchas con valores superiores a 40 grados, donde seis islas estuvieron en aviso rojo, algo histórico desde el punto de vista de las alertas que emite la Aemet y el Gobierno de Canarias”. Realmente los valores máximos tan elevados “demuestra que Canarias está al borde de uno de los sectores planetarios que más se está calentando, que es el Desierto del Sáhara, donde hemos tenido también un registro histórico para Marruecos, con 50,4 grados en Agadir el viernes 11 de agosto, marcado por el viento cálido y seco procedente del Sáhara. Esto está al lado del Archipiélago, por lo tanto, si seguimos con este ritmo de calentamiento global en la próxima década no es descabellado pensar que se podrían llegar a esos registros en Canarias”.

El investigador de la Cátedra Reducción del Riesgo de Desastres y Ciudades Resilientes de la ULL, señaló que “desde 2015 estoy alertando de lo que se nos venía. Si vemos los eventos de manera individual podríamos pensar que son aislados, pero cuando analizamos la tendencia, nos damos cuenta de que el clima de Canarias está cambiando y se están cumpliendo los pronósticos hacia esa tropicalización, que es muy preocupante. El aumento de las temperaturas mínimas y las noches tropicales imposibilitará el descanso, afectará a nuestra salud física y mental y todavía nuestras ciudades no están preparadas para afrontar esas nuevas realidades térmicas, como los más de 42 grados en La Laguna, algo no habitual”.

Afortunadamente esta ola de calor ha sido relativamente corta en duración, pero “todo hace prever que las próximas también aumentarán en su duración y podían aparecer incluso fuera del verano”. A nivel habitacional “muchas viviendas no están adaptadas y la de capacidad de adaptación frente al cambio climático tiene un componente de desigualdad social muy importante, porque no todas las familias podrán adaptarlas y aclimatarlas a esa nueva realidad”, por lo que las instituciones deberán establecer acciones para “evitar esta desigualdad”. “Queda un largo camino para reducir la vulnerabilidad de las ciudades y ser un territorio más resiliente y sostenible ante el cambio climático”.

López: “Existen tradiciones que deben estar erradicadas cerca del monte”

Cuestionado por el incendio forestal que afecta a Tenerife, Abel López manifestó la gran dificultad de su extinción ,pues “es un incendio de sexta generación”, muy voraz “ante los que los servicios de extinción apenas pueden actuar” y es capaz de modificar el clima y originar tormentas de fuego. Las olas de calor están alimentando los monstruos de fuego.

López denunció que “hay determinados usos, costumbres y tradiciones que deben estar ya erradicadas en temporada estival y cerca de la superficie forestal”. Entiendo que todos los pueblos tengan sus fiestas pero “las condiciones climáticas han cambiado” y el monte ha sufrido una sequía constante brutal y unas condiciones de calor durante meses, “hasta no recupera la humedad de esos espacios debería ser incompatible poder desarrollar una serie de actos” con un escenario de calentamiento global.

Ante la capacidad destructiva de los nuevos incendios, López insistió en la prevención. “Seguimos apostando por más medios para apagar incendios cuando deberíamos hacerlo por prevenirlos, es mucho más costoso lo que estamos viendo y es tal la cantidad de recursos que hay que poner para extinguirlo”, lamentó. Además recordó que el “daño es mucho mayor, así como el tiempo para la regeneración de estos espacios naturales” por lo que apostó por una “prevención real de los incendios forestales que incorpore una variabilidad climática acorde con los escenarios presentes y que serán más complicados en el futuro” ante la tendencia global de aumento de las temperaturas.

González: “Hay que repensar las ciudades, espacios públicos y casas”

El presidente del Comité de expertos para el Estudio de Cambio Climático y el Fomento de la Economía Circular y Azul del Gobierno de Canarias, Aridane González González, reiteró a DIARIO DE AVISOS que la última ola de calor que afectó al Archipielago, y que desencadenó el incendio de Tenerife, demuestran que nos encontramos en una “emergencia climática”.

El profesor de Ciencias del Mar de la ULPGC recordó que el cambio climático es el mayor reto al que nos enfrentamos como sociedad en los próximos años en Canarias”.
Por tanto, esta última ola de calor que afectó al Archipiélago “entra dentro de lo que esperamos. Llevamos mucho tiempo hablando de fenómenos extremos y, dentro de ellos, evidentemente también entran las olas de calor. No podemos olvidarnos de donde venimos, del mes de diciembre más cálido desde que hay registros, también del mes de julio más cálido, o donde se ha conseguido el récord de temperatura no solo atmosférica, sino también del agua de los océanos”.

Por tanto, ahora, como consecuencia esta ola de calor bastante intensa y las que van a llegar, debido al cambio climático, “es importante no solo hablar de realizar acciones para mitigar sus efectos sino también hay que trabajar en adaptarnos a estos cambios, porque nos afectan en todos los sentidos, el aumento de la temperatura no solo afectará a los ecosistemas naturales, también afectará a la salud de las personas, y afectará al desarrollo de la región y su principal sector económico y de empleo, el turismo”.

Aunque González no quiere afirmar que ha desaparecido definitivamente esa eterna primavera, “si la estamos perdiendo y estos eventos extremos cada vez se van repitiendo en el tiempo. Ya no hablamos solo de temperatura o de calima, sino de todos estos tipos de fenómenos extremos que vimos en el invierno pasado con alguna tormenta tropical cerca de Canarias, la falta de precipitaciones o las fluctuaciones de los fenómenos extremos que tendrán una repercusión en nuestra identidad turística”.

Adaptación

Ante este aumento de temperaturas, González abordó la necesidad de la “adaptación de las viviendas” que serán cada vez “más recurrentes” y también de espacios públicos con mayor presencia de árboles que ofrezcan sombra y palíen el calor. “Tenemos que repensar nuestros centros urbanos, desde los domicilios hasta los espacios públicos. Tenemos que considerar la presencia de más zonas verdes y arboladas urbanas, como quiere Europa, un factor no solo de acción climática sino también de salud pública, por el efecto térmico muy alto de las temperaturas extremas en el centro de las ciudades en comparación con zonas cercanas al mar. Habrá que empezar a poner, de forma obligatoria, más zonas verdes urbanas que permitan bajar la temperatura, pasar nuestras ciudades de un color gris-negro del hormigón y el alquitrán a un color verde y más adaptado, a que tengamos zonas de sombra como medio de salud pública”.

Otras medidas a abordar en Canarias es la “adaptación al cambio climático” y esas superficies arboladas pueden ser regadas con aguas residuales depuradas, la reutilización de estas aguas es fundamental”, y sería activar el circuito circular del agua residual urbana. “Tenemos que preparar los entornos urbanos porque los efectos hay que paliarnos utilizando más zonas verdes”.

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