El jefe del segundo batallón de intervención en emergencias de la Unidad Militar de Emergencias (UME), el teniente coronel José Alberto Gallego, ha señalado este jueves que en el incendio de Tenerife “se juntó todo” en contra.
Gallego ha recordado, durante una visita de la ministra de Defensa, Margarita Robles, al destacamento militar de Izaña, que la orografía de la isla y el comportamiento del viento, que fue “muy violento”, fueron los principales enemigos de los servicios de extinción.
Pero es que además en las dos semanas previas al incendio soplaron en Canarias “unos vientos muy cálidos” que resecaron la masa forestal, que “estaba muy disponible” y “ardió muy rápido”.
Eso, unido a la escasa humedad de esos días, con porcentajes del 12% en las cumbres, “bajísimos para la zona”, debido a que no soplaban los alisios, conformó un cúmulo de circunstancias adversas que explican la violencia del fuego en sus primeros días.
“Se sumó todo”, ha insistido el teniente coronel Gallego, quien ha descrito que los vientos durante el incendio se comportaron de una manera “errante”, con carácter “local” en cada barranco y muy variantes: de noche eran descendentes y de día, ascendentes.
A esa dificultad para contener el fuego se sumó la llegada del incendio a la cumbre, pues cuando eso sucede, “se descontrola, porque se hacen dos incendios distintos”, uno a cada ladera.
El jefe del segundo batallón de intervención en emergencias de la UME ha hecho hincapié en que uno de los mayores “aprendizajes” tras este incendio ha sido la coordinación entre todos los efectivos.
“Todos los niveles, local, insular, autonómico y estatal han funcionado en perfecta sintonía”, ha aseverado, y ha valorado los trabajos de instrucción previos realizados en conjunto.
El responsable del grupo táctico que operó en la zona de Izaña, Rafael San José, ha recalcado que hasta el séptimo, octavo día del incendio la UME estuvo trabajando “a pleno rendimiento con un frente bastante activo y eso nos exigió el máximo”.
El jefe de la UME, el general de división Francisco Javier Marcos, ha contado que apenas llevaba tres horas en el cargo, para el que había sido designado quince días antes, cuando recibieron la orden de actuar en el incendio de Tenerife, y al analizar la situación se duplicó la presencia de efectivos de la unidad.
En vista de los resultados, ha dicho que resultó “una decisión acertada para evitar males mayores”.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha agradecido el trabajo realizado por la UME, en coordinación con el resto de los equipos de extinción de un incendio “muy difícil, muy complicado, en el que hemos sacado muchas experiencias para el futuro”.
Robles ha hecho hincapié en que cuando se produce un incendio, “además de la vida de las personas, de las poblaciones que están en riesgo y sus propiedades, también hay que tener en cuenta el riesgo que asumen las personas que trabajan en la extinción”.
También ha valorado que los miembros de la UME que han trabajado en el incendio de Tenerife “son canarios”, por el hecho de que “conocen la orografía”, y algunos de ellos o sus familiares “tenían sus viviendas en zonas muy próximas al fuego”, con lo que hay “un drama humano” que se suma a su profesionalidad.
La ministra ha ensalzado también “la gran labor” del Gobierno de Canarias y del Cabildo, lo que pone de manifiesto que “cuando hay una tragedia de este tipo estamos todos unidos, no hay colores políticos”.
Preguntada por la petición del Cabildo de Tenerife de una base permanente de hidroaviones en Canarias, la ministra de Defensa ha destacado “el orgullo y la satisfacción de que el Cabildo, como toda la población canaria, valore el papel de la UME y del 43 Grupo”.
“A partir de ahí estamos siempre mejorando, tratando de hacer las cosas mejor (…) Que Canarias se sienta muy orgullosa de este personal de la UME que tiene y del trabajo que se realiza”, ha cerrado.
Durante su visita a Tenerife, la ministra ha estado acompañada por el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Amador Enseñat; y por el teniente general jefe de mando de Canarias, Julio Salón Herrera.