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La DGT y la medida radical que afectará a todas las matrículas

Las matrículas de coches, motos y otros vehículos son mucho más que una simple obligación; encierran un mundo lleno de curiosidades
La DGT y la medida radical que afectará a todas las matrículas

El funcionamiento de la Dirección General de Tráfico (DGT) siempre ha sido un enigma para muchos. A pesar de ello, una de las herramientas más efectivas y esenciales bajo su control es el sistema de matriculación para todos los vehículos que circulan en territorio nacional. Esta práctica se remonta a 1900, pero fue en el año 2000 cuando se adoptó el actual formato alfanumérico.

Las matrículas de coches, motos y otros vehículos son mucho más que una simple obligación; encierran un mundo lleno de curiosidades. Algunas personas disfrutan descifrando las más recientes, memorizándolas o incluso buscando aquellas que coincidan con sus iniciales o fechas de nacimiento.

En España, se pueden encontrar aproximadamente 20 variedades de matrículas. Estas han evolucionado de ser de metal a metacrilato en 2012. Existen placas distintivas para vehículos públicos, taxis, registros temporales e incluso para delegaciones diplomáticas. El primer vehículo registrado en España fue un Panherd Levassor en Palma de Mallorca, y su propietario, José Sureda, quedó inmortalizado en los anales de la historia. Ahora, tras más de un siglo, la DGT está contemplando la posibilidad de introducir una innovación en el proceso de matriculación de vehículos, la cual analizaremos a continuación.

El método de matriculación en España ha estado en vigor durante más de un siglo y ha experimentado tres transformaciones significativas a lo largo de los años. Desde 1900 hasta 1907, se utilizó un formato numérico provincial. Este modelo se mantuvo hasta 1971, cuando se adoptó una versión alfanumérica, pero aún basada en provincias. Sin embargo, en el año 2000, este sistema se unificó a nivel nacional, eliminando las distinciones provinciales.

Las matrículas modernas cumplen con el formato establecido por la Unión Europea, que consta de tres letras y cuatro números, lo que proporciona más de 92 millones de combinaciones posibles, con ciertas restricciones. Hasta hace poco, este sistema aseguraba que podía mantenerse sin cambios durante al menos unas dos décadas.

Sin embargo, debido a las limitaciones del sistema actual, la DGT ya está considerando adaptaciones para aumentar la cantidad de combinaciones disponibles. En este formato, se excluyeron ciertas letras, como A, CH, E, I, LL, N, O, Q y U, para evitar secuencias inapropiadas, lo que limitó considerablemente las variantes al combinar letras y números.

En la actualidad, todas estas combinaciones comienzan con la letra M, siendo la primera de ellas la repetición de la letra B (BBB). Lo que preocupa a la DGT es la velocidad con la que se podría llegar a la ZZZ a medida que se avanza rápidamente en la segunda mitad del alfabeto, lo que marcaría el agotamiento de estas secuencias.

Según los datos de la Dirección General de Tráfico, se consume alrededor de una vocal por semana, a pesar de que estas no aparezcan en las matrículas. Por ello, el organismo ya ha contemplado varias alternativas para obtener un mayor margen de maniobra a la hora de crear nuevas posibilidades de matrículas.

Una de las ideas que ha surgido es utilizar algunas de las letras que antes estaban restringidas. Sin embargo, otra opción que tiene más peso es la adición de un quinto número en las matrículas en lugar de los cuatro actuales. La última posibilidad sería incluir también una letra adicional, es decir, pasar de tres a cuatro letras en las matrículas. Estas propuestas podrían ser la clave para mantener fresco el sistema de matriculación de vehículos en España y resolver el enigma que plantea el agotamiento de combinaciones.

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