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Laura Coviella, la tinerfeña que ha domado a los demonios de Nazaré

La deportista tinerfeña se convierte en la primera surfista española en subirse a las legendarias olas de la localidad portuguesa
Laura Coviella, la tinerfeña que ha domado a los demonios de Nazaré

Su nombre ha sonado durante toda la semana en todo el territorio nacional… y con todo el mértito. Laura Coviella ha sido la primera surfista española en desafiar a los demonios de Nazaré, la legendaria localidad portuguesa donde caen las olas más grandes y peligrosas del planeta.


Tinerfeña de 24 años, miembro del equipo Red Bull y protagonista deportiva en los últimos días por haber tenido el arrojo de subirse a su tabla para ser perseguida por monstruos de agua de muchos metros de altura justo cuando e mpieza la temporada de olas de un desmesurado tamaño en un lugar místico. Allí en Nazaré, donde el alemán Sebastian Steudner batió el récord de la ola más grande jamás cabalgada (26’21 metros) Laura hizo historia aunque avisa de que sus límites son desconocidos y están muy lejos.


“Tenía muchas ganas de que llegara el día de poder surfear en Nazaré”, reconocía Laura aún desde tierras portuguesas donde señalaba que verse encima de esas olas tan respetadas a nivel mundial fue “una mezcla entre adrenalina, deseo y miedo” pero que todo respondía a “un reto personal”.


“Es el sitio con las olas más grandes del mundo así que considero que es el lugar donde puedes llegar a encontrar tus límites”, admitía Laura, una deportista que arrancó relativamente tarde dentro del mundo del surf pero que desde que inició su trayectoria sólo ha seguido un camino, hacia arriba.


“Quiero seguir surfeando otras olas en el resto del mundo”, adelantaba la tinerfeña que fija en su horizonte más retos en templos del surf mundial como Waimea (Hawaii) donde espera poder tener la oportunidad, más temprano que tarde, de participar en el evento de Eddie Akau. “Es otro de mis sueños”.


No hace mucho tiempo que probaba por primera vez esa experiencia de verse perseguida por una inmensa ola, algo que la enganchó para siempre y que le dio la posibilidad de ingresar en el equipo Red Bull. Cambió su residencia a Lanzarote en busca de armarse de la experiencia necesaria para pelear con los bichos a los que se enganchó después de surfear una ola “de siete u ocho veces más grande que yo”.

JAWS


Desde entonces las olas gigantes han sido su obsesión y hay algunas que tiene bien en mente. “Tengo muchas ganas de Jaws”, señalaba Laura sobre la ola hawaiana que puede alcanzar los 18 metros de altura y es considerada como de las más peligrosas.
En unos días estará de vuelta casa tras la experiencia portuguesa pero en su cabeza hay muchos lugares presentes. Mavericks (California) o Pipeline (Hawaii) no se van a librar de ella.

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