Rocío Bienert y su hermano Álvaro no saben nada de su gata Naia desde el pasado domingo. Poco antes de despegar su vuelo en el Aeropuerto de Tenerife Norte-Ciudad de La Laguna con destino Madrid, un joven trabajador de la aerolínea se aproximó a sus asientos y les comentó que el transportín en el que iba a viajar uno de sus dos felinos no estaba homologado. “Nos dijo que teníamos que bajar del avión”, asegura Rocío a DIARIO DE AVISOS. Y tras varias conversaciones con el personal de la compañía, “un superior nos confirmó que la gata se había escapado“, apunta.
Los hermanos vinieron a la Isla para disfrutar de unos días de vacaciones y recoger a sus mascotas. Álvaro había ejercido como médico en el HUC durante los últimos cinco años, pero hace unos meses le concedieron una plaza en un centro hospitalario de la capital. Prefería instalarse en su nueva vivienda antes de llevarse a Naia y Gofio, que se habían quedado con un familiar que reside en Tenerife.
El joven madrileño contactó con la compañía para saber cómo podía viajar con las mascotas. “Le dijeron que el día del vuelo fuera a facturación”, sostiene Rocío. No obstante, al estar completas las plazas de animales que pueden ir en la cabina del avión junto con sus dueños, les indicaron que solo podían estar en la bodega dentro de sus transportines. “A mí hermano le cobraron 145 euros por cada uno”, precisa.
Poco antes de que se iniciara la maniobra de despegue, la madrileña cuenta que “vino un trabajador muy nervioso a decirnos que el transportín no estaba homologado y que teníamos que bajar del avión porque el gato no podía volar”. A pesar de la lógica sorpresa, pues habían pasado todos los controles pertinentes, buscaron soluciones y propusieron que Naia fuera con Gofio en el mismo habitáculo. “El piloto nos dijo muy educadamente que al ser un vuelo de más de dos horas la normativa decía que no podían ir en un espacio tan pequeño los dos juntos”, detalla.
“No nos habían dicho que la gata se había escapado. Luego, nos lo confirmó un superior”, afirma Rocío, quien se bajó del avión para colaborar en las labores de búsqueda. “Fui directamente al transportín y tenía un golpe por el que se podría haber abierto la puerta”, añade. Sin embargo, “era imposible buscarla en la pista de despegue y aterrizaje”.
De nuevo en la zona de maletas, la madrileña encontró el transportín en el que iba a viajar Gofio. “Tampoco lo habían subido a la bodega del avión”, asevera. “Al final, subí a hablar con la jefa de atención al cliente y le dije que me metiera en un vuelo y que me llevaba a mi gato en la mano hasta mi casa. Y así fue”, sentencia.
🔴Para @Iberia : el vuelo IB3759 perdió a Naia por la pista del aeropuerto #TFN después de pagar 150€. Bajamos del avión a por ella, +72h y sigue desaparecida Qué van hacer al respecto? @aena pedimos ayuda 🙏@asociacion_anaa @Huellas_Cs @canarias7 @ConectaCanRTVC #MaltratoAnimal pic.twitter.com/w9NHH2gWOn
— Rocio Bienert (@Rrbienert) April 3, 2024
¿Dónde está Naia?
Fuentes de Iberia Express indican a El Mundo que “la desaparición de Naia se detectó cuando iba a ser trasladado al avión y por eso, antes de despegar, se pidió a uno de los clientes que permaneciera en Tenerife para colaborar en las tareas de la búsqueda”.
Asimismo, las mismas fuentes añaden al citado medio que han solicitado la colaboración de la protectora SOS FELINA y que “todos los trabajadores del aeropuerto están avisados para que estén atentos por si apareciera”.
Del mismo modo, aseguran que “se han desplegado varios dispositivos en el patio de equipajes para intentar recuperar al animal durante la noche, cuando el aeropuerto está cerrado y la ausencia de ruido hace más probable que Naia pueda aparecer”.