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“Si los canarios no somos felices en las Islas, el modelo de desarrollo falla”

La manifestación del 20A, con réplicas en seis islas, surge en una reunión de la plataforma de grupos ecologistas de Tenerife, pero sus promotores subrayan que su auténtico germen se da por reacciones ciudadanas en redes sociales tras décadas de contrastes y la reciente reactivación de proyectos como el hotel La Tejita y Cuna del Alma

Desde el gran boom del turismo de masas, Canarias ha vivido en un claro contraste: creciente expansión y éxito de este subsector, hasta convertirse en referente mundial y copar el 35% del PIB y un 40% del empleo, al tiempo que se sufre un paro estructural que deja a las Islas a la cola de Europa, y lo mismo en pobreza, convergencia, sueldos, renta. . . Para muchos sectores, los grandes beneficios turísticos no han revertido en una proporción justa en los canarios y esto, junto a un modelo depredador de la costa y que pone en peligro los parajes protegidos, choca con la superpoblación, la falta de vivienda a precios razonables, la carestía de la vida y la sensación de que la gran tarta turística y del desarrollo (pese al innegable empleo) se la quedan muy pocos, mientras la mayoría se ha de conformar con migajas y múltiples inconvenientes.


Así las cosas, una manifestación que cuestione el modelo podía darse en cualquier momento. De hecho, las ha habido (y no pocas), con más o menos éxito. Eso sí, a veces confluyen factores que convierten a una en especial. Ocurrió con la del 23 de noviembre de 2002 contra las torres de Unelco (Endesa) en Vilaflor, cuando, entre 100.000 y 150.000 personas (según quien contara), no solo rechazaron un tendido que algunos que aún gobiernan siguen anhelando, sino el modelo por el futuro que se le dejaba a hijos y
nietos. Es más, hasta acudieron dirigentes de CC –había elecciones en meses-, reacción, para muchos, de puro cinismo porque habían sido los impulsores del proyecto y, al principio, despreciaron la protesta bajo el tópico tan manido como triunfante (en ciertos sectores sociales y mediáticos) de “los del no a todo”: de hecho, se les recriminó su presencia y algunos tuvieron que irse de la marcha, como Ricardo Melchior, no precisamente con buena cara.

Aunque hay diferencias, como que faltan más de 3 años para las elecciones locales (aunque sí hay europeas el 9 de junio), también se dan muchas similitudes entre aquella histórica protesta y la del próximo sábado (20A). Por supuesto, al PP y VOX ni se les espera y algunos de sus dirigentes (Domínguez, Afonso…) han criticado su convocatoria y advertido de sus
efectos por la imagen de las Islas y del turismo (de masas, claro). Una línea, sobre todo, marcada hace semanas, cuando el 20ª aún parecía una causa perdida más de grupos radicales, a la izquierda del centroizquierda, continuadores, en definitiva, de ese “no a todo”.

Sin embargo, y como le ha pasado a CC, la percepción de que ha cuajado, de que hay un pálpito social potente de acuerdo con los convocantes, que no se reduce a turismofobia sino que obedece a un cuestionamiento extendido del modelo, ha minimizado la contramarcha de los conservadores y ha hecho recular, incluso, al presidente regional, Fernando Clavijo, que pasó de un “tengamos sentido común” para no poner en peligro la principal industria, muy en línea con las patronales, a exigir a estas que repartan mejor la riqueza. Incluso hay voces que censuran la nueva norma para las viviendas vacacionales porque, aunque se coincide en una necesaria regulación, las VV han repartido un poco esa tarta, si bien con perjuicios para los alquileres en zonas tensionadas y otras. De hecho, en el 20A habrá mucha gente con VV y casas rurales.

La gran clave es la calidad de vida desde hace mucho. No obstante, Clavijo tampoco debe olvidar que, si bien esto es estructural y lleva asentado desde hace más de 50 años, la protesta del 20A, que pronto fue emulada por otros colectivos de hasta 6 islas (todas menos La Graciosa, aunque esta última se da por amortizada con Lanzarote), surge ahora porque dos de las luchas ecologistas más encarnizadas han sufrido considerables reveses con la reactivación, vía justicia (pero con gran alegría en buena parte del Gobierno regional), del hotel La Tejita y Cuna del Alma, esas villas de lujo impulsadas por el PSOE de Adeje que, sin embargo, no son vistas igual por buena parte de ese partido lejos de las coordenadas del alcalde.

Pero, ¿cómo surge el 20A? ¿Cuál fue su germen, qué día y quién habló de manifestarse? Pues esos dos proyectos, ya simbólicos del contraste entre modelos, fueron determinantes. DIARIO DE AVISOS ha conversado con algunos promotores de la marcha y todos coinciden en que, aunque la idea se expone en una de las reuniones mensuales (la del 22 de febrero) de la plataforma de grupos ecologistas de Tenerife, en realidad se debe a las reacciones en redes sociales de muchos ciudadanos por las reactivaciones de Cuna del Alma y el hotel La Tejita y la sensación de que, en este mandato y por la mayoría de gobernantes clave (CC y PP), se apostaría más por un modelo que creen agotado y destructivo (con paradojas como el puerto de Fonsalía, que, ahora, sí rechaza CC y no parte del PSOE sureño).

Bajo el lema de “Canarias tiene un límite”, desde mediados de marzo se difundió el cartel y los motivos del 20A. El casi instantáneo éxito les hizo presagiar otro sábado para la historia y un punto de inflexión porque notan un flujo social muy profundo. De ahí que, a diferencia de 2002, esta vez el pálpito reivindicativo se comparta en calles de Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote, La Palma, El Hierro y La Gomera. Hasta ayer, ningún colectivo de la Isla Colombina se había adherido y Casimiro Curbelo culpaba del resto de marchas a la gestión de cabildos y ayuntamientos, convencido de que su isla sí estaba satisfecha. Sin embargo, también habrá voces críticas en su terruño.

Aunque los argumentos son variados, todos están convencidos del éxito de las protestas, no temen que haya mensajes contradictorios que les debiliten ante las voces que los incluyen en el “no a todo” y les culpan del “apocalipsis” a la imagen, niegan que les mueva la turismofobia, saben de la importancia clave de este subsector si obedeciera a otras máximas y creen que el 20A obligará a cambios a los gobiernos, aunque sí difieren más sobre la profundidad o cosmética de ese giro.

Bibiana Pérez (El Rincón), Eustaquio Villalba (ATAN) y Jaime Coello (Telesforo Bravo)

“ES POR HARTAZGO”


Bibiana Pérez Carrillo, de la Coordinadora El Rincón, vivió a fondo el germen y resume el sentir clave que mueve este “hasta aquí”. “Si los canarios no son felices en sus propias Islas, no hay Canarias, el modelo de desarrollo falla”. Y, en su opinión, falla desde hace mucho y no se vislumbran intenciones de retejer las costuras socioeconómicas. “Esta manifestación se gesta por escuchar a la ciudadanía, su hartazgo en redes y su petición de una protesta. Todo ha venido rodado porque lo que nos jugamos es nuestra calidad de vida. Es por nuestra tierra, por orgullo, porque es nuestra casa. No es solo el mundo medioambiental: habrá colectivos de la sanidad, las kellys, la agricultura, la movilidad… Es un efecto mariposa contra un turismo depredador, que ha debilitado muchos sectores. Hay que priorizar la vida del canario y no podemos perder un metro más en camas alojativas ni hacer restricciones de agua a la población y no al turismo o el golf. No se puede consentir que el 1% de los empresarios y políticos vivan bien y el resto sigamos con el yugo a la espalda, con un sector primario abandonado que hace que la gente dependa más de los servicios y que los incendios sean más peligrosos. Ya es histórico porque se levantan 7 Islas. No sé si el señor Marichal (Ashotel), que habla de inversión en sanidad, tiene seguro privado, pero me da que no está en listas de espera para una radiografía, aparte de la situación laboral en este ámbito y el turístico. Lo de la turismofobia es ridículo porque las camas seguirán, pero deberíanreformar, apostar por la calidad y pagar lo que se debe. Venir aquí es como ir a Hawai por la biodiversidad, pero las generaciones actuales nos pensamos bien tener hijos porque parece contraproducente. Y esto no es, como dice CC, del mandato anterior, pues gobernaron más de 30 años y siguen. Es por todos: deben contar con los colectivos, científicos, profesionales…”.

Otro grupo clave ha sido ATAN. Su portavoz, Eustaquio Villalba, sostiene que el origen es el “cabreode muchos, desde hace mucho tiempo, por un modelo que nos ha llevado al colapso. Una manifestación en casi todas las Islas es ya una enorme victoria y, si atendemos a Vilaflor, el éxito fue total, pues las torres no se hicieron y se salvaron los montes. Es verdad que la de Granadilla tuvo un éxito parcial porque, aunque no se construyó el macropuerto, se hizo uno inútil, cuyos efectos los sabemos y sin crearse aún ni un empleo”. A su juicio, los políticos “ya han sentido los efectos del 20A y basta ver el cambio de Clavijo, diciendo que no se reparte bien la riqueza. Incluso, se abren a cobrar tasas turísticas, a las que se negaban, lo que es otro éxito. Es probable que sean cambios cosméticos por sus antecedentes, pero la repercusión internacional del 20A ya no lo pueden evitar y se debe a que los canarios casi no podemos pagar un alquiler ni desplazarnos a Anaga por el tormento de las colas… el Parque del Teide ha muerto de éxito… Hasta aquí hemos llegado y los políticos no tendrán más remedio que tomar medidas porque, si no, se notará en las elecciones, si es que quieren seguir en la poltrona”.

También convocó la Fundación Canaria Telesforo Bravo. Su referente, Jaime Coello, tiene claro que todo se debe al “hartazgo ante el modelo turístico de masas, que no para de dañar los ecosistemas, al tiempo que es una fábrica de pobreza y exclusión social. Es un modelo de masificación caduco, agotado y hay que reorientarlo para reducir el número de visitantes, porque hay un exceso en todas las Islas. La presión al territorio no es acorde a la capacidad de carga. Queremos una tasa turística, que se cobre en los espacios protegidos, que se limite la compra de viviendas por foráneos y otras medidas para frenar el deterioro, redistribuir la riqueza y evitar el desplome de la calidad de vida. No es una protesta contra el turista, sino contra un modelo que nos lleva al colapso, en el que juegan un papel clave los operadores turísticos, de los que casi nadie habla, pero marcan las reglas, se quedan con gran parte del dinero en sus países y condicionan a los gobiernos. Ya César Manrique comenzó una protesta importante en Lanzarote cuando supo que llegaban para quedarse y hacerse con el negocio turístico, pues se perdía el control”.

David Padilla (Abeque), Daniel Duque (Salvar la Tejita), Javier Chávez (Red Asirem) y Beneharo Rodríguez (Gohnic)

David Padilla (Abeque) tiene claro que se vivirá una de las “manifestaciones más grandes porque se ha llegado a una situación límite y porque, a pesar de batir año tras año las cifras de turistas, la calidad de vida disminuye. Cuando vemos que el 35% está en riesgo de pobreza, está claro que la riqueza no se distribuye correctamente. Además, cada día el acceso a la vivienda es más complicado, tanto para comprar o alquilar, y muchos barrios de trabajadores se dedican al turismo vacacional, con lo que hay desarraigo. Lejos de mejorar los espacios naturales, cada vez están más masificados, tienen una escasa vigilancia y sin políticas claras de protección. Es un desarrollo incontrolado que hace que muchos protesten y la clase política, si es inteligente, debe girar este rumbo. Necesitamos un modelo menos depredador y que apueste por la calidad. El 20A es el comienzo de una gran lucha y cambio”.

Para Daniel Duque, de Salvar La Tejita, el 20A “debe ser un antes y un después. Se espera una de las manifestaciones más grandes y se nota en el ambiente, en la reacción de los políticos… No estamos exagerando y a la vista está, con Clavijo hablando de democratizar las ganancias, algo que jamás se había escuchado. No se mezclarán los mensajes porque todo el mundo irá por la masificación, las condiciones de vida, la saturación turística y el deterioro tan brutal de los espacios naturales. No podemos seguir así, con cinco guardas forestales para 20.000 hectáreas en el Teide ni diciendo que vivimos del turismo mientas un tercio está en riesgo de pobreza y con los salarios más bajos de Europa. Es el momento de salir y cambiar el modelo. No ocurrirá de un día para otro, pero sí cambiará lo que ya está cambiando: la opinión de los políticos, que deberán sentarse con todos para una moratoria turística, que no significa no dejar entrar turistas, sino no crear más hoteles. Eso sí, se habla de democratizar beneficios, pero aplauden que haya más vuelos; aprueban la emergencia hídrica y más campos de golf… Estamos muriendo de éxito”.

Desde la Red Asirem (prevención de incendios), Javier Chávez insiste en el hartazgo y recalca que casi todo está orientado al turismo. “Es una inercia que fuerza a un crecimiento constante: se necesita más turistas por las dinámicas creadas para sobrevivir y se nota en los alquileres o en la masificación de espacios naturales. Se intenta dividir el mensaje con lo de la turismofobia, pero no tiene nada que ver. El 20A tendrá efectos muy positivos, aunque no podemos adivinar si la respuesta política será cortoplacista, quizás ahora más difícil por la vigilancia social que habrá. De hecho, estamos viendo cambios en el discurso
político muy extraños respecto a otras acciones. Esperemos que sean sinceros”.

Beneharo Rodríguez (GOHNIC) advierte de los efectos del aumento poblacional en la biodiversidad. “Es necesario un cambio. Esperamos que esto sirva de punto de inflexión y que se cree un movimiento social potente que obligue a los políticos a plantearse sus acciones, aunque ya han empezado a hacer maniobras de despiste y lavado de cara. Necesitamos el turismo, pero debemos controlar sus efectos nocivos”.

El sábado se sabrá la hondura del hartazgo.

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