Pacto de gobierno, denuncias, renuncias, proyectos inacabados, son muchos los asuntos que hay sobre la mesa para abordar con el alcalde portuense. Pero él insiste en que lo más importante es hablar del Puerto de la Cruz, una y otra vez porque es la “ciudad más bonita del mundo”. Un “mantra” que tiene y que no se cansa de repetir porque además, está convencido de ello. Se suma a que el municipio está en un momento histórico en cuanto a inversión pública y privada, “devolviéndole lo que que tantos años se le negó o permitimos que se le negara”, asegura.
-¿Tanto cuesta implementar medidas para mejorar la calidad del agua y recuperar las dos banderas azules que la ciudad perdió en 2022?
“Hemos intentando hacer algunas mejoras para la obtención de esa certificación pero no resultan suficientes porque hay medidas que no son a corto plazo. No paramos de hacer obras, pero no alcanzan para evitar el cierre que han tenido en el ejercicio anterior algunas zonas de baño, como puede ser Playa Jardín, y que influyen en la obtención de dicha certificación. Por lo tanto, vamos a seguir invirtiendo, mejorando y cumpliendo. En su momento se hizo un trabajo con la Fundación de Educación Ambiental (FEE), entidad que otorga este reconocimiento, para salvar otras deficiencias que había, como la cartelería y la señalización de ambulancias y en ese sentido seguimos trabajando”.
-¿Un municipio turístico se puede dar el lujo de no contar con banderas azules?
“Al final son certificaciones y hay muchas, aunque no le quito mérito. La calidad de agua del baño está garantizada porque se hace una analítica de forma periódica en el municipio. La certificación de la FEE es de excelencia, e igual que la perdimos y se volvió a recuperar, trabajamos de cara al año que viene para intentar evitar lo que ahora mismo no es una cuestión de voluntad sino de realidad”.
-¿Para cuándo la playa de Martiánez?
“La playa de Martiánez es uno de esos proyectos anhelados, cuyo déficit temporal es imposible de recuperar. No puedo rebobinar décadas de procedimientos administrativos que no concluyeron en absolutamente en nada y que veíamos a nivel presupuestario cada vez que gobernaba un partido distinto en el ámbito nacional, aunque después eran partidas económicas que no iban a nada porque faltaba lo fundamental: tener un proyecto con las garantías medioambientales. En 2020 se desarrolló la redacción del pliego para obtener la redacción del nuevo estudio de impacto medioambiental y recarga de arena, se consiguió licitar, hubo una exposición pública para presentar las alegaciones y ahora está en manos del Ministerio resolverlas. Si tiene el visto bueno, solo queda volver a aunar ese esfuerzo y compromiso económico que tenían el Ministerio, el Cabildo y el Ayuntamiento para ponerlo en práctica”.
-¿Cuál sería entonces el próximo paso administrativo que habría que realizar?
“Resolver las alegaciones por parte del Ministerio, porque entendemos que después del proyecto y el estudio de impacto tiene que tener una aprobación definitiva. Sabemos que hay muchas preocupaciones, no solo de los bañistas que disfrutan de la playa, también de colectivos, entidades, y personas a título personal que han presentado alegaciones porque no están de acuerdo con un proyecto que data de hace más de una década. Por eso vamos a intentar que estas resuelvan si el proyecto tiene cabida o no y si no la tiene, habrá que encargar algo menos ambicioso. No podemos seguir con una playa sin servicios mínimos, como baños públicos o unas duchas en condiciones”.
-Se ha retomado también el muelle deportivo, para el que el Cabildo de Tenerife ha destinado una partida presupuestaria. ¿Usted apuesta por este proyecto?
“No me gusta hablar de muelle sino de infraestructura portuaria, del conjunto de las inversiones en tierra y mar. En 2016 estando en la oposición firmé una hoja de ruta con un Gobierno insular que preveía unas partidas económicas para un proyecto que apoyé sin fisuras y sin la responsabilidad de saber y conocer qué procedimiento administrativo quedaba y cuándo iba a ser una realidad. Ahora, desde el gobierno, considero que lo importante es que esta infraestructura portuaria está en el anexo de un plan de modernización, por lo tanto, lo primero que hay que resolver es la herramienta urbanística. El siguiente paso es el estudio medioambiental y no me corresponde a mí ni siquiera comunicar el trabajo que se ha hecho. Pero sí es cierto que he tenido conocimiento de esos primeros avistamientos en la costa que tienen que limitar o no el posible proyecto. Y eso lo decidirá quien le corresponda con los informes correctos. Cualquier compromiso con la infraestructura portuaria es una oportunidad para actualizar proyectos y encargar estudios previos a la Universidad de La Laguna como se hizo en su momento, pero no se hace el muelle con un millón de euros”.
-¿Qué hay de cierto en que la renuncia de la exconcejal de Hacienda, Natalia Afonso, se deba a discrepancias con usted al no querer firmar un Reconocimiento Extrajudicial de Crédito (REC) por casi un millón de euros para el área de Fiestas?
“Natalia es una profesional que yo invité a formar parte de la política y la política encanta o desencanta, y llegó un momento que por cuestiones puramente personales decidió irse del Ayuntamiento aunque sigue en el PSOE y en la Ejecutiva. Hay que respetar una decisión personal de alguien que ha asumido ser parte de la Ejecutiva municipal, por lo tanto no se fue del Puerto de la Cruz, ni del partido y las muestras están ahí: sigue conmigo y formando parte de la Mesa del Pacto, de la salud de dos formaciones políticas que tomaron la decisión de formar gobierno”.
-¿No le asusta que el PP denuncie este REC a Fiscalía como advirtió en el penúltimo pleno?
“Aquí se tomó una decisión técnica por los REC, que son procedimientos que antes veíamos cuando se finalizaba el año, no son los primeros ni los últimos. Yo no soy partidario de judicializar la vida política, creo que los juzgados están para otra cosa, porque lo que hay en esos REC puede ser una falta de trámite, o una interpretación de que deberíamos licitarlo. Heredé un ayuntamiento con falta de personal y a veces, cuando uno gestiona una unidad de contratación, tiene que pensar si los esfuerzos y el personal que se tienen, se dedican a asfaltar una calle o a hacer una licitación de fiestas. Asumo ésto último con los reparos que tengan los contratos menores para no colapsar una unidad de contratación que tiene unos requerimientos, o la visión política de intentar invertir todo lo que en su momento se nos permitía con el uso del remanente. Y eso es una decisión política”.
-¿Pero 37 en cinco meses no le parece un número excesivo comparado con otros ayuntamientos?
“Pero es que ninguno está utilizando los REC. Eso es una recomendación del Tribunal de Cuentas y no me meto con los técnicos. Habrá otros que no lo asuman y sigan utilizando los procedimientos ordinarios que son los levantamientos de reparos, aquí y en cualquier ayuntamiento. La Unidad de Contratación hace un esfuerzo enorme y hay que priorizar la ayuda a la ciudadanía dentro de las posibilidades que tenemos, que no son todas las que quisiéramos. Por eso anhelo a no judicializar, porque tenemos todo el procedimiento de ocio Costa Martiánez que ha generado un déficit a este ayuntamiento, y por el que se hubiera podido pedir responsabilidades políticas. No lo he hecho porque entiendo que no hay ningún vicio interpretativo que se hacía para generar un rédito económico o favorecer a otros, que es de lo mismo que se me puede acusar”.
-¿A eso se refería cuando en el pleno anterior le advirtió al PP que usted también tenía motivos para ir a los juzgados?
“Le decía eso como le podría haber dicho otra. No se quiso judicializar en contra de la política porque los políticos estamos en el cargo para intentar hacerlo lo mejor que podemos y eso no siempre es voluntad política y los procedimientos administrativos son muy tediosos. Hay facturas que están judicializadas del gobierno anterior y no quiero buscar responsabilidades políticas cuando condenen al Gobierno a pagar una factura. Nunca judicialicé la vida política sino que intenté hacer una oposición constructiva. Por eso le pido al PP y a CC que hagan lo mismo, que todos estamos aquí para arrimar. Si fuera de la oposición también estaría alegre porque creo que el Puerto de la Cruz vive un momento histórico de verdad. Ya no es esa ciudad del pretérito sino del presente, con datos de desempleo más bajos que nunca, la capacidad de invertir recursos, y la recuperación de políticas de subvenciones. Todo eso debería hacer feliz a quien aspiraba a la Alcaldía”.
-¿Cree que la oposición tiene la misma visión positiva de la ciudad que tiene usted?
“Si no la tiene, entonces no ve ni oye y tampoco sale a la calle. Uno puede pretender vender lo que sea y tener una estrategia política para atacar contra la gestión de mi gobierno, pero sí deben hacer una valoración porque la confianza al PSOE ha ido creciendo. No me pueden pedir más horas y más entregas a la ciudad, haré cosas mejores o peores, pero le he dado al Puerto un momento como el que está viviendo ahora, fruto de un trabajo común, colectivo, no solo del Ayuntamiento y del Gobierno, sino de la ciudadanía en general. Asumí el riesgo de hacer cosas durante la pandemia y no quiero por eso aplausos ni alfombras rojas pero que no digan que el Puerto está peor”.
-¿Está a favor de implantar una ecotasa?
“El debate de la ecotasa lo hemos evitado durante años por no ser valientes y tomar decisiones pese a que en política la valentía es una necesidad. Mi postura personal es que la ecotasa puede y debe existir, sobre todo si tiene carácter finalista, y en ese caso, debe decidirlo el Ayuntamiento. Los municipios turísticos recibimos cero financiación por el hecho de ser turísticos y creo que todo el debate que está ocurriendo en Canarias, se ha hecho mal. Lo primero es definir qué es un municipio turístico, porque de ello se deriva hablar de lo que viene después, que es la financiación, por eso es necesario afrontar este debate cuanto antes”.