La litiasis renal es una enfermedad caracterizada por el desarrollo de cálculos en el tracto urinario. Estos cálculos son acumulaciones de sales minerales que se pueden movilizar desde la unidad renal a cualquier parte del tracto urinario: riñones, uréteres, vejiga o uretra.
Los cálculos renales tienen un origen multifactorial y se asocian con anomalías genéticas y otras enfermedades urológicas que alteran la composición de la orina a favor del inicio de las etapas de formación de los cálculos: nucleación, agregación, crecimiento y fijación de cristales.
Según su composición química, los cálculos urinarios se clasifican en cálculos de calcio, cálculos de ácido úrico, cálculos de cistina, cálculos de estruvita, producidos por bacterias que colonizan el tracto urinario, y otros cálculos que resultan del uso de ciertos medicamentos.
Según el doctor Guillermo Conde, jefe de los Servicios de Urología de los Hospitales Quirónsalud Tenerife, Quirónsalud Costa Adeje y Quirónsalud Vida, la urolitiasis es una enfermedad renal crónica que provoca la formación de cálculos en el sistema urinario. Su tratamiento no se basa únicamente en la eliminación de los cálculos, sino que también requiere un seguimiento continuo para desarrollar medidas preventivas y reducir su recurrencia.
Muchos pacientes tienen alteraciones en la absorción, el metabolismo o la excreción de los componentes de los cálculos, sustancias que inhiben la formación de cálculos o el pH urinario.
Algunos estudios indican que el 60% de los pacientes con cálculos volverán a desarrollar cálculos dentro de los próximos 10 años si no se tratan con las medidas adecuadas.
Síntomas
Los síntomas de una litiasis urinaria varían desde pacientes asintomáticos hasta otros que pueden suponer un riesgo grave para la vida del paciente. Desde infecciones de orina que pueden incluir la bacteriuria asintomática hasta sepsis muy graves.
La urolitiasis origina desde hallazgos de laboratorio como microhematuria y leucocituria en pacientes asintomáticos a síntomas con dolor lumbar agudo conocido como cólico renal, irritación con la micción, infección del tracto urinario, pionefrosis, sepsis urológica e insuficiencia renal crónica.
El cólico nefrítico suele ser el motivo más frecuente de consulta urgente dentro del ámbito urológico, ya que constituye un cuadro doloroso que se origina en la zona lumbar del lado afecto y que se irradia hacia delante hacia la región inguinal y genitales.
Este dolor se asocia a un gran componente gastrointestinal y vegetativo, con náuseas, vómitos, distensión abdominal, sudoración profusa e incluso hipotensión de origen vagal. Su origen está en la obstrucción del tracto urinario superior provocado por un cálculo en su camino desde el riñón a la vejiga para ser eliminado al exterior.
¿Qué tipo de personas son más propensas a sufrir litiasis?
Como explica el doctor Conde, los factores de riesgo generales para desarrollar cálculos en el tracto urinario incluyen varios elementos clave:
El género es un factor importante, ya que los hombres tienen más probabilidades de desarrollar cálculos y tienen de 2 a 3 veces más probabilidades de desarrollar el problema que las mujeres.
La edad también influye: la mayoría de los cálculos se producen entre los 40 y los 60 años. El estilo de vida puede influir y suele asociarse a países ricos e industrializados, así como a ocupaciones y actividades sedentarias. Se cree que el ejercicio regular puede reducir el riesgo al evitar que los cristales se conglomeren y precipiten. El clima juega un papel crucial, ya que existe una asociación entre zonas geográficas con temperaturas medias elevadas y urolitiasis. Esta relación parece deberse a un mayor riesgo de deshidratación, lo que resulta en disminución de la producción de orina y sobresaturación de sales minerales. Además, la dieta es otro factor importante, especialmente la dieta rica en proteínas de origen animal o con gran contenido en sal.
Diagnóstico
Para un correcto diagnóstico de la litiasis se utilizan las siguientes pruebas de imagen para determinar las características que influyen en el tratamiento:
Radiografía (h3)
Una radiografía común del tracto urinario puede identificar cálculos de calcio.
Ecografía
El ultrasonido o ecografía no conlleva riesgo de radiación y, además de mostrar si el tracto urinario superior está dilatado, también puede detectar cálculos en el interior del riñón y vejiga
Tomografía computarizada
La tomografía computarizada se ha convertido en el estándar para diagnosticar el dolor lumbar agudo y ha reemplazado a la urografía intravenosa. La TC o tambien conocido con¡m scanner puede determinar la ubicación, el diámetro y la densidad de los cálculos con alta sensibilidad y especificidad.
¿Cuáles son los tratamientos para frenar la litiasis?
El doctor Conde destaca que el tratamiento de los cálculos del tracto urinario depende de su ubicación, tamaño y composición química. La mayoría de los cálculos pequeños se expulsan por sí solos, por lo que las personas con cálculos pequeños deben tomar medicamentos para ayudarlos a eliminarse.
Es importante que tras un cólico nefrítico el paciente acuda al urólogo para poder hacer un diagnóstico preciso de las causas que han dado lugar a la formación de los cálculos y poder realizar un tratamiento personalizado. Muchos pacientes tienen factores que les predisponen a la formación de cálculos en el aparato urinario. La mayor parte derivan de algún trastorno en la forma de la vía urinaria o de factores metabólicos que necesitarán ser corregidos mediante la suplementación dietética o con una dieta específica. Los enfermos con litiasis, en general, tienden a tomar menos líquido de lo habitual. Existen falsos mitos como el consumo de determinada agua o la reducción de la ingesta de lácteos o dieta pobres en calcio que han demostrado que no aportan ningún beneficio. La mejor recomendación es tener una hidratación alta para aumentar la producción del volumen de orina diario
La litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC), comúnmente conocida como “bañera”, es un método avanzado que utiliza un dispositivo llamado litotricia. Consiste en una mesa de tratamiento, un generador de ondas de choque colocado en la espalda del paciente y un sistema fluoroscópico para detectar y rastrear cálculos.
Esta técnica mínimamente invasiva funciona en la mayoría de los cálculos no complejos, incluidos los cálculos renales y ureterales, para romper el cálculo y permitir que pase de forma natural. Se realiza de forma ambulatoria y utiliza sedación analgésica y es una alternativa eficaz y con menor tasa de complicaciones que la cirugía abierta.
Las técnicas endourológicas como la ureteroscopia (URS), la cirugía intrarrenal retrógrada (RIRS) y la nefrolitotomía percutánea (PNL) han adquirido cada vez más importancia en los últimos años debido a los avances en las técnicas de imagen y fragmentación con láser. Estas técnicas mínimamente invasivas, permiten acceder a la uretra a través de conductos naturales o con pequeñas incisiones, localizando el cálculo, fragmentándolo y extrayéndolo. Con una alta tasa de éxito, una rápida recuperación y el alta en 24 horas, estas tecnologías se han convertido en la primera opción para el tratamiento de la urolitiasis.