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En las tripas del ‘museo’ sumergido más visitado de la II Guerra Mundial

El fotógrafo Sergio Hanquet recorre las bodegas del SS Thistlegorm, hundido en 1941 en el Mar Rojo por bombarderos alemanes cuando transportaba material de guerra
SS Thistlegorm - fotos Sergio Hanquet
El barco se encuentra a 32 metros de profundidad. Sergio Hanquet

La noche del 6 de octubre de 1941, en plena II Guerra Mundial, el carguero SS Thistlegorm, construido un año antes y utilizado por la Armada Británica en la contienda internacional, navegaba por el Mar Rojo egipcio hacia el Canal de Suez cuando fue bombardeado por dos aviones de combate alemanes, en un ataque por sorpresa que partió al barco en dos y lo hundió tras estallar a bordo el polvorín de municiones que transportaba. Murieron nueve de los 48 tripulantes. Los pilotos alemanes llevaban varios días rastreando esta zona en busca una presa mayor: el Queen Mary, el crucero más grande de la flota británica que transportaba tropas al norte de África.

Después de 14 años de reposo en el fondo del mar, el explorador francés Jacques Cousteau localizó, en 1955, al SS Thistlegorm gracias a la información aportada por un grupo de pescadores locales, pero no reveló el lugar del naufragio, hasta que, en la década de los 90, varios buceadores se encontraron de manera casual con el pecio, considerado uno de los mejor conservados y actualmente entre los más visitados del planeta por los amantes del submarinismo, dada su posición, a 32 metros de profundidad sobre un fondo arenoso y cerca de un arrecife, aunque al quedar de pie, la parte más elevada se encuentra a unos 18 metros de la superficie. El periódico de Reino Unido The Times lo catalogó como uno de los diez mejores pecios del mundo para bucear.

Locomotoras, camiones, jeeps y armas

Pero también resulta especialmente atractivo por el fácil acceso a sus bodegas y, sobre todo, por lo que quedó en las tripas de la célebre embarcación británica y que impresiona a cualquier submarinista: cañones de dotación, dos locomotoras de 73 toneladas, camiones, jeeps, motocicletas, un almacén de armas y hasta piezas de aviones, lo que convierte a este pecio en un auténtico museo sumergido sobre la II Guerra Mundial.

Sergio Hanquet, fotógrafo internacional especializado en naturaleza submarina, residente en el sur de Tenerife, ha descendido recientemente hasta los restos del SS Thistlegorm para realizar un reportaje gráfico, obteniendo espectaculares imágenes, algunas de las cuales pueden ver hoy los lectores de DIARIO DE AVISOS.

“Bucear en un pecio siempre es conmovedor, porque te viene a la mente esa parte dramática del naufragio e intentas imaginarte lo sucedido mientras recorres sus bodegas, y aún más en un barco tan emblemático como este que lleva 81 años en el fondo del mar”, manifestó Hanquet a este periódico.

El submarinista belga, que reside en el municipio de Arona desde hace tres décadas, explicó que en el Mar Rojo los barcos equipados para el buceo suelen medir entre 30 y 35 metros de eslora y cuentan con una capacidad media para 15 submarinistas. Realizan rutas por toda la Península del Sinaí e incluyen inmersiones en el Parque Nacional Ras Muhammad (Raas Mohammed) y el Estrecho de Tirán.

Hasta 22 inmersiones

“Desde el barco Blue Force 2 realizamos un total de 22 inmersiones durante seis días de buceo, a razón, prácticamente, de tres descensos diurnos y uno nocturno por día. Tres de ellas fueron al SS Thistlegorm y, aun así, resulta casi imposible acceder a todas sus bodegas y recorrer minuciosamente sus 128 metros de eslora”, explicó Sergio Hanquet.

El SS Thistlegorm, de 4.898 toneladas, había zarpado del puerto de Glasgow (Escocia) el 2 de junio de 1941 en dirección a Alejandría. Era su cuarto viaje desde que comenzó a navegar. Entonces, el despliegue del eje alemán en puntos estratégicos del Mediterráneo -los aviones patrullaban desde las islas del sur de Italia y los submarinos acechaban en el Estrecho de Gibraltar– obligaba a los aliados a dar la vuelta al continente africano, entrando por el Mar Rojo, para abastecer a sus tropas en el norte de África. Sus restos reposan en las coordenadas 27º 48’ 51’’ N y 33º 55’ 12’’ E, a un día de navegación desde Sharm el Sheij o Hurghada.

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