san miguel de abona

Un retraso de tres años en la reforma del Polígono Industrial de Las Chafiras: análisis y sus consecuencias económicas

La falta de coordinación y dificultades técnicas han convertido al proyecto clave en una agónica espera
Plano general del proyecto inicial. | DA

La reforma del Polígono Industrial de Las Chafiras se ha convertido en un proyecto que, pese a sus intenciones iniciales, ha suscitado un profundo descontento entre empresarios, trabajadores y residentes de la zona sur de la Isla. Este proyecto, que originalmente debía aliviar los graves problemas de congestión en la autopista TF-1, ha visto su ejecución prolongada mucho más allá de los plazos establecidos, generando consecuencias económicas y sociales significativas.

En 2017, la Consejería de Obras Públicas y Transportes del Gobierno de Canarias aprobó un proyecto técnico que prometía una solución rápida y eficiente a los problemas de tráfico en el enlace de Las Chafiras, que afectaban también a la TF-1, la principal arteria de la Isla. Con un presupuesto que superaba los 32 millones de euros, el proyecto contemplaba la remodelación del enlace existente, la creación de un nuevo enlace en Oroteanda y la adición de un tercer carril, una de las mayores demandas populares del Sur de Tenerife. Se proyectó que la obra tendría una duración de 30 meses a partir del inicio de los trabajos.

El nuevo enlace de Las Chafiras estaba previsto inicialmente como una glorieta elevada sobre el tronco de la TF-1, conectada a través de dos pasos superiores circulares. A esta glorieta se enlazaría la TF-65 como eje viario transversal (Los Abrigos-San Miguel), además de los dos ramales hacia Santa Cruz de Tenerife y las dos vías colectoras-distribuidoras en sentido sur. Por otro lado, el nuevo enlace de Oroteanda se situaría en el barranco de Archile, apuntalando, junto con el enlace de Las Chafiras, el nuevo sistema viario.

El alcalde de San Miguel de Abona, Arturo González, subrayó desde el principio la importancia de esta obra, destacando que “esta infraestructura es clave para la Isla en general y para el municipio en particular”. González señalaba que la obra no solo resolverá los problemas de circulación, sino que también impulsará la economía local al mejorar la accesibilidad a una de las zonas industriales más importantes de Tenerife.

Ejecución de la obra y prolongación de los plazos

A pesar de las expectativas, la ejecución del proyecto no ha estado exenta de dificultades. Lo que inicialmente se preveía como una actuación de 30 meses se ha transformado en una obra que, a día de hoy, acumula más de tres años de retraso, unas 62 semanas desde el inicio de las obras. Según los datos más recientes, se ha completado, hasta el momento, el 85% del trabajo planificado, y la finalización total no se espera hasta finales de 2024 o incluso el primer cuatrimestre de 2025, siendo esta última fecha la más cercana a la realidad.

Arturo González reconoció las dificultades que han afectado el proyecto: “Hemos sufrido una gran demora. Hubo varias complicaciones desde el inicio. El proyecto presentaba carencias desde el principio”. González destacó la complejidad de la actuación: “Nuestros datos indican que más de 70.000 personas transitan por este punto cada día. Es muy difícil coordinar y llevar a cabo una obra con tanta afluencia”. Además, admitió que, aunque se pudo haber avanzado más rápido, “la legislación impone numerosos condicionantes técnicos que han retrasado el proceso”.

Javier Cabrera, presidente del Círculo de Empresarios y Profesionales del Sur de Tenerife (CEST), quien ha seguido de cerca el progreso del proyecto, también señaló la complejidad del proceso: “No creo que haya una sola razón que explique por qué la obra se ha alargado tanto. Han surgido varios problemas legales… Coordinar todo esto, sumado a la burocracia y la parálisis administrativa, ha hecho que esta actuación sea extremadamente compleja”.

Una retención en la entrada al Polígono de Las Chafiras. | DA

Impacto económico en la zona

Los retrasos no solo han frustrado a los ciudadanos, sino que también han tenido un impacto económico significativo en el Polígono Industrial de Las Chafiras y sus alrededores. La congestión de tráfico, que debía haberse aliviado con la finalización de las obras, se ha trasladado a las zonas internas del polígono, afectando gravemente a las empresas que operan en la región. Este polígono reúne cuatro zonas de acción: Las Andoriñas, Llano del Camello, Las Chafiras 1 y 2. Además, tiene en su haber varios acceso a núcleos poblacionales de gran importancia, como son Los Abrigos, los campos de golf, Llano del Camello, San Miguel… Debido a las obras, uno de los polígonos más importantes ubicados en su interior, Las Andoriñas, ha sufrido varias alteraciones que han supuesto grandes perjuicios en las empresas de la zona.

Arturo González destacó la importancia del polígono para la economía local: “En el Polígono de Las Chafiras se encuentran ubicadas más de 300 empresas. Los problemas de desvíos repercuten en la clientela”. Asimismo, el alcalde señaló que áreas específicas, como el Polígono de Las Andoriñas, han sido particularmente afectadas: “Ha sufrido muchísimo por esta obra. No puedo valorar las pérdidas con precisión porque no tengo los números. Sin embargo, una vez que la obra esté terminada, gracias a esta coyuntura, podrían revalorizarse y lo harán”.

El caso de Pedro Brito, un empresario que se vio obligado a cerrar su taller en Las Andoriñas, ilustra el impacto devastador de los retrasos. Brito expresó su frustración: “Nos cortaron las entradas de la noche a la mañana, quedando solo una y solo en un lado de la carretera… Es decir, estábamos casi incomunicados. He perdido muchísimo dinero. Me retiro porque, si no, acabas hundido”. Su testimonio refleja la realidad de muchos otros negocios en la zona, que han visto cómo las complicaciones en el acceso y el tráfico han erosionado su clientela y sus ingresos. Aunque muchas otras empresas no han tenido que cerrar, estas han sufrido grandes pérdidas económicas, con una caída en las ventas que se sitúan entre el 20 y el 23%, según datos manejados por este periódico, lo que supone un golpe significativo en sus planes.

Ante los prolongados retrasos y el impacto negativo en la economía local, tanto las autoridades como los empresarios, entre ellos, el Círculo de Empresarios y Profesionales del Sur de Tenerife (CEST), han propuesto medidas para mitigar los efectos de las obras. Entre las sugerencias se incluyen: el aumento de recursos humanos y materiales (una medida que, tras años, fue acometida, incrementando hasta 60-70 trabajadores), la implementación de turnos nocturnos para acelerar los trabajos y la mejora de la señalización para guiar mejor a los conductores durante la ejecución de la obra.

Arturo González criticó la rigidez del sistema administrativo, uno de los principales temas de discusión entre los entrevistados que han seguido de cerca la obra: “La administración es muy legalista, pero muy poco práctica”.

Por su parte, Javier Cabrera, aunque reconoce los esfuerzos realizados, enfatizó la necesidad de una mejor coordinación interadministrativa en futuros proyectos: “La colaboración interadministrativa no ha estado a la altura de las necesidades de un proyecto en un punto estratégico, tanto para Tenerife como para Canarias”.

Pedro Martín, expresidente del Cabildo de Tenerife, en una de las visitas a la obra. | DA

“Trabajamos incansablemente, es una obra faraónica”

Uno de los testimonios más relevantes obtenidos por este periódico es el de un trabajador que lleva desde principios de año involucrado en la obra del Polígono de Las Chafiras. Aunque prefiere mantener su anonimato, accedió a hablar con nosotros mientras descansaba a un lado de la carretera, con el objetivo de clarificar algunos aspectos que, según él, no se están abordando correctamente: “No es todo como lo cuentan. Aquí hay un retraso, eso es evidente, pero nosotros trabajamos incansablemente; también hay que pensar que esta es una obra faraónica”.

Desde el 22 de enero, como él relata, ha estado inmerso en la obra. Confirma que esta avanza a pasos agigantados día a día y que, aunque no se perciba, “está cumpliendo con los ritmos establecidos durante este año”. Añade que la gran cantidad de vehículos que transitan por la zona dificulta enormemente la ejecución de la obra: “¿Cuántos coches pasan al mes por aquí? Es muy difícil llevar a cabo una obra en este punto. El otro día se realizó la demolición del puente, esa actuación no se puede hacer en cualquier momento. Este es un punto sumamente importante. Quizás los plazos iniciales que se dieron eran demasiado optimistas”, concluye.

En líneas generales, el proyecto de reforma del Polígono Industrial de Las Chafiras es un caso emblemático de cómo los retrasos en la ejecución de obras públicas pueden tener un impacto devastador en la economía local y en la vida de los ciudadanos. A pesar de las buenas intenciones y la urgencia inicial, la falta de coordinación ha supuesto un rompecabezas para los vecinos de la zona, tanto como para los trabajadores.

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