Los tostadores que se dedican a la venta de castañas, y que cada invierno se ubican en diferentes puntos de la capital tinerfeña, han alzado la voz contra las medidas que este año pretendía imponer el Ayuntamiento de Santa Cruz para la concesión de 18 licencias de apertura de estos puestos, destinados a la venta ambulante no sedentaria de productos de naturaleza estacional en espacios de dominio público. Unos requisitos que, según comentaron los vendedores a DIARIO DE AVISOS, pasaban, entre otros, “por la compra de los quioscos, ya que en esta edición se quería unificar la imagen de los puestos, además de la contratación del punto de luz, la obligación de disponer de un TPV (datáfono) o estar dados de alta como autónomos”.
Los afectados, que mantuvieron recientemente una reunión con el concejal de Patrimonio, Javier Rivero, mostraron su oposición a las medidas inicialmente propuestas, lo que desembocó en un escrito en el que solicitaron una modificación de las bases. Según indicaron fuentes consultadas del colectivo, ayer fueron convocados a otro encuentro en el Ayuntamiento, donde “han cambiado muchas cosas”. No obstante, el edil municipal afirmó no “tener constancia” de esta reunión. “Me reuní con los vendedores antes de sacar la convocatoria de este año, que es la misma que en 2023. Por tanto, no sé nada del motivo del enfado ni de esa reunión que dicen”, subrayó Rivero.
Pese a ello, tras la reunión misteriosa, que una parte afirma se produjo mientras que otra lo niega, los tostadores explicaron que “el Ayuntamiento ahora ha modificado varios puntos y ya no se nos exige darnos de alta como autónomos, sino que otorgará permisos específicos para ejercer la actividad como otros años”. Además, en cuanto a las casetas de venta, “tampoco se obligará a su compra, sino que estén bien pintadas y con una imagen presentable”.
Los únicos requisitos obligatorios “son poseer el carnet de manipulador de alimentos de alto riesgo y la contratación de un seguro a terceros”, añadieron los tostadores. Recordaron, asimismo, que “en municipios como Candelaria o La Laguna no se exigen tantas normas a los vendedores de castañas, pues entienden que es una actividad temporal, que apenas llega a tres meses, y que fomenta una tradición que han seguido muchas generaciones. No estamos en contra de que se regule, pero no con medidas que, al final, sacando cuentas de lo que tendríamos que pagar, solo dejaría apenas mil euros de beneficio”.
Los 18 puestos de castañas que ha ofertado el ayuntamiento este año estarán ubicados en la plaza Alameda Duque Santa Elena, plaza de España, plaza Santo Domingo; plaza Weyler; la calle San Sebastián, esquina calle José Hernández Alfonso; calle Álvaro Rodríguez López; avenida Asuncionistas (frente al parque Viera y Clavijo, y en la plaza de La Paz.
Además, se instalarán en la Rambla; avenida Príncipes de España (frente al ambulatorio y parada del tranvía); plaza Los Sabandeños; plaza Miguel Velázquez; avenida Los Majuelos; plaza del Chicharro; y calle Bentagay.