Una serie de nueve terremotos ha tenido lugar en las últimas horas, en la zona del volcán de Enmedio, entre Tenerife y Gran Canaria, según ha informado el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
Estos sismos, registrados entre las 11.14 y las 15.42 horas del miércoles, tuvieron magnitudes que oscilaron entre 1,6 y 2,6 mbLg y profundidades que variaron entre 26 y 38 kilómetros.
Aunque los expertos indican que los últimos eventos sísmos no entrañan peligro para la población, la actividad reciente ha traído a la memoria de los isleños otros grandes temblores ocurridos en el Archipiélago.
Cristaleras, lámparas y ladridos
Uno de los más recordados se produjo el 9 de mayo de 1989, cuando un terremoto de magnitud 5,3 en la escala de Richter sacó de sus casas a miles de tinerfeños.
A las 03.34 horas, los habitantes de la Isla se despertaron con el sonido de cristaleras y lámparas tintineando, los ladridos de los perros y las alarmas de edificios y vehículos, tal y como señalan las crónicas de la época.
“Muchos vecinos abandonaron sus hogares y se reunieron en plazas y esquinas, buscando refugio en espacios abiertos y siguiendo las noticias a través de sus transistores”
Durante poco más de 30 segundos, el movimiento sísmico sembró el pánico en la población. Y aunque no se registraron daños personales, muchos vecinos abandonaron sus hogares y se reunieron en plazas y esquinas, buscando refugio en espacios abiertos y siguiendo las noticias a través de sus transistores.
El epicentro del terremoto de 1989 se localizó en el mar, frente a la costa de Güímar, a una profundidad de 15 kilómetros. El temblor se sintió en toda Tenerife y, en menor medida, en otras islas como Gran Canaria, La Palma, La Gomera y El Hierro.
NO CAUSÓ GRANDES DAÑOS
Según los expertos, el sismo podría haber estado relacionado con la falla entre Tenerife y Gran Canaria, donde se sitúa el volcán submarino de Enmedio, a 2.100 metros de profundidad.
Este volcán, de 500 metros de altura, sigue siendo objeto de estudio por parte del IGN, especialmente en el marco del Proyecto Guanche, que trata de entender la naturaleza de su actividad sísmica.
A pesar de que el terremoto de 1989 no causó grandes daños materiales, en el municipio de Güímar se derrumbó una pared exterior de una vivienda y se produjeron desprendimientos en carreteras cercanas.
“La Policía Local se vio desbordada por las llamadas de ciudadanos preocupados”
Numerosos vecinos en otras localidades, como el Puerto de la Cruz, también abandonaron sus hogares, mientras que la Policía Local se vio desbordada por las llamadas de ciudadanos preocupados.
En el contexto de las sacudidas recientes, el director del IGN en Canarias, Itahiza Domínguez, ha asegurado a Efe que “aún es pronto para saber lo que puede pasar”, pero subraya que la actividad sísmica no debería suponer “un riesgo” significativo para la población.