Loro Parque Fundación lleva 17 años trabajando en Cuba junto con las autoridades científicas locales, para la conservación de especies endémicas de loros en peligro, ofreciendo apoyo técnico y financiero a proyectos de preservación. Los resultados comienzan a verse con el aumento en la población de loros, logrado gracias al esfuerzo y dedicación de los investigadores de campo.
El proyecto respalda directamente al loro catey (Psittacara euops), un lorito en situación vulnerable de extinción. Para esta especie se promueve su protección mediante programas educativos y de sensibilización en comunidades locales, lo cual ha resultado en un incremento anual de su población, que se ha beneficiado gracias a la audacia del líder de este proyecto apoyado por la fundación. Maikel Cañizares, es un tenaz biólogo que se desplaza con su equipo hasta impresionantes acantilados donde tiene localizada a la especie. Los huecos para criar no están siempre disponibles y para esto ideó unos nidos artificiales de barro, que son suspendidos a gran altura. El éxito a través de los años ha dado como resultado un aumento notable de las poblaciones de esta especie, cuyo hábitat está muy fragmentado y depende también de la participación de los habitantes de estas zonas.
Otro de los beneficiarios de estos esfuerzos es la cotorra cubana (Amazona leucocephala), una especie que, debido a su vibrante plumaje rojo y habilidad para imitar la voz humana, ha sido víctima de la captura ilegal. Los censos científicos y la identificación de hábitats adecuados han permitido su protección. Esta amazona también usa nidos de barro artificiales colocados a gran altura, en este caso en palmeras y árboles, que facilitan su reproducción.
Nuevas tecnologías para la conservación en Cuba
Las cámaras trampa se han convertido en una herramienta clave para estudiar la fauna en peligro. En el caso del catey en Cuba, la colocación de estas cámaras es un desafío, ya que los investigadores deben escalar los acantilados donde anidan estas aves para instalar los dispositivos correctamente.
En estos acantilados que albergan nidos naturales y de barro diseñados en el proyecto, aunque el acceso es complicado, las cámaras trampa para registro científico, también actúan como un elemento de disuasión eliminando la presencia de cazadores furtivos y protegiendo las áreas de anidación.
El proyecto cuenta con el apoyo de voluntarios de la comunidad, y los técnicos realizan revisiones periódicas durante la temporada de cría.