Un paso más hacia el filo del abismo. El CD Tenerife sigue empeñado en complicarse la vida y en Oviedo dio otro paso en falso. 20 minutos regalados y un partido tirado por la borda por un equipo que solo ha sido capaz de sumar dos puntos lejos del Rodríguez López en lo que va de temporada. Sibo y Hassan marcaron para los carbayones cuando apenas se había disputado un cuarto de hora ante un Tenerife incapaz en ambas áreas. Tanto falla en defensa como en ataque. La evidencia la aportó Luismi, quien falló un penalti que podría haber metido al equipo en el partido. Ni 5-3-2, ni 4-4-2. Este equipo es un desastre, especialmente lejos de la Isla, y la amenaza de descenso es muy real.
El Real Oviedo resolvió la primera parte en un cuarto de hora, tiempo que emplearon los asturianos para batir a Salvi en dos ocasiones y en dos errores garrafales de la zaga tinerfeña. Y eso que el planteamiento inicial, con el ya estandarizado 5-4-1, debiera servir para ganar en solidez defensiva. Todo lo contrario. El Oviedo llegó dos veces y marcó dos goles. Mel, entonces, cambió de esquema a un 4-2-3-1, buscando soluciones de urgencias.
El primer aviso vino a través de los carbayones, donde Hassan se marchó de la marca de Medrano y su centro al área lo remató Alemao cerca del poste. Diarra puso la réplica con un cabezazo que se marchó alto.
Una jugada de Cazorla y Lucas la finalizó Sibo, libre de marca, con un disparo desde la frontal del área para inaugurar el marcador. Apenas se habían consumido nueve minutos de encuentro y ya perdía un Tenerife sumamente endeble en el aspecto defensivo. A eso hay que unir que el disparo le dobló las manos a un Salvi que tuvo mucho que ver en la jugada del 1-0.
En el minuto 15, un preciso centro de Alemao al segundo palo de la portería de Carrasco le bastó a Hassan para adelantarse a Medrano y marcar el 2-0. La incapacidad hecha equipo.
Para colmo de desgracias, Luismi Cruz tuvo en sus botas, desde el punto de penalti, la posibilidad de acortar distancias en el marcador. Una pena máxima que precisamente originó el propio dorsal 11 blanquiazul. Un disparo suyo desde la frontal la despejo con la mano Sibo.
Hizo falta que el VAR entrara en acción para avisar al colegiado de la infracción. Tras revisar la jugada en el monitor, Cid Camacho decretó el penalti. Enric, castigado, cedió el testigo de los lanzamientos de penalti a Luismi, quien tiró a las manos de un Escandell que se mantuvo en el centro de la meta. El rechace de nuevo fue a parar a los pies de Luismi, quien lanzó muy alto, negando así en dos ocasiones la posibilidad de que su equipo se metiese en el partido.
El castigo pudo ser superior cuando Hassan disparó con la zurda, obligando a Salvi a intervenir para evitar el tercero.
La sentencia y el maquillaje
El segundo tiempo comenzó con dos cambios realizados en el descanso. David Rodríguez y Aarón Martín relevaron a Medrano y Adrián Pérez. También hubo cambio de sistema, regresando al 4-4-2 para ganar un mediocentro con Aarón, y quitando a Medrano, que tenía amarilla, para meter a David a pierna cambiada.
Los dos equipos se repartieron las acciones ofensivas en el inicio del segundo acto. El Tenerife percutió a base de centros laterales. En uno de ellos Diarra rozó el gol con un cabezazo que se fue cerca del palo tras un centro de Luismi. La respuesta local fue inmediata Hassan gana la línea de fondo y pone un balón al corazón del área, en el que aparece, libre de marca, Cazorla, quien dispara por encima de la meta local. Minutos 54 y 56.
Parecía que el choque se animaba, pero no fue así. Pasó poco o nada en los siguientes minutos. Los de Mel no mejoraban, seguían sin pisar el área contraria.
Mel pretendió mejorar a los suyos con un cambio, por lo menos, extraño. Retiró a Gallego del campo y metió a Alassan como delantero centro. Inexplicable.
También entró en acción el míster rival, dando entrada a Jaime Seoane y a Sebas Moyano. Justamente el primero sería el autor del tercer tanto carbayón.
Seoane robó, Sebas Moyano se la devolvió y Seoane condujo hasta definir ajustada el palo y marcar el 3-0 ante la salida de Salvi Carrasco. Tenía pinta que la debacle podía ser incluso peor.
Sin embargo el Tenerife reaccionó en la recta final. José León logró el gol de la honra en una acción a balón parado. Falta que bota con maestría Luismi y el defensa central, peina hacia el segundo palo, haciendo inútil la estirada de Escandell. 3-1.
Alassan fue el motor ofensivo del equipo en los minutos finales, incordiando de manera efectiva a la zaga local.
De hecho tuvo una clara ocasión de gol. Un remate suyo lo despejó Escandell evitando el 3-2.
No pasaron muchas más cosas en los minutos finales. El Tenerife se hunde un poco más y se queda a cinco puntos de la salvación.
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