Las dos grandes obras viarias claves para aliviar los graves problemas de movilidad que padece Tenerife desde hace décadas (los enlaces de Las Chafiras-Oroteanda y el túnel de Erjos) concluirán, si se cumplen las últimas previsiones del Gobierno de Canarias, con un retraso de cuatro años, en el caso de la infraestructura de San Miguel de Abona, y tres años y cuatros meses la vía que discurrirá bajo el macizo de Teno para conectar el norte con el sur de la Isla. Una realidad muy alejada de los plazos establecidos en las adjudicaciones de los trabajos a las constructoras que ganaron los concursos públicos.
Concretamente, para el doble túnel de Erjos, la obra de mayor presupuesto del convenio de carreteras (241 millones de euros, a los que hay que sumar 22,2 adicionales por revisiones de precios) se fijó un plazo de ejecución de 48 meses desde que las palas empezaron a remover tierra el 25 de noviembre de 2019 (dos semanas antes se firmó el acta de replanteo) y, si se cumple la última actualización del Gobierno de Canarias, la obra requerirá un tiempo de 88 meses, al ampliarse la fecha de apertura al tráfico hasta marzo de 2027. Es decir, una demora de tres años y cuatro meses.
Aún mayor es el retraso que sufrirá la finalización de la otra gran obra que se acomete en la comarca sur, los enlaces de Las Chafiras y Oroteanda (este último ya en funcionamiento), que forman parte del tercer carril de la autopista TF-1 entre San Isidro y Playa de Las Américas. La firma del acta de replanteo que daba luz verde al inicio de los trabajos se firmó el 26 de noviembre de 2018 y el plazo de ejecución previsto se estableció en 30 meses, por lo que debió finalizarse en mayo de 2021. De cumplirse el nuevo plazo marcado por la Consejería de Obras Públicas, la obra estará acabada en mayo de 2025. En ese caso, serían 78 meses el tiempo requerido para su terminación. O sea, cuatro años de retraso.
Varios factores han contribuido a ralentizar el avance de las dos vías. En el caso del doble túnel de Erjos, de más de 5 kilómetros de extensión, hay que citar, entre otros, la pandemia, una doble revisión de precios y, sobre todo, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias que anuló, en marzo de este año, la adjudicación de esta megaobra a la Unión Temporal de Empresas FCC Construcción, Syocsa-Inarsa y El Silbo y que, dado el avanzado estado de la misma, obligó al Gobierno de Canarias a negociar una compensación, fijada en 13,7 millones de euros, a la UTE de OHL, Excavaciones Bahíllo y Asfaltos Bahíllo, que, según la resolución del alto tribunal canario, no debió ser excluida del concurso público tras ser la primera adjudicataria.
En el caso de las rotondas de Las Chafiras y Oroteanda, adjudicadas por casi 22 millones de euros a la UTE Ferrovial Agroman-Ten Asfaltos-Excavaciones Óscar del Castillo, han influido diversos factores además de la pandemia, algunos tan sorprendentes como la aparición de un escarabajo autóctono, lo que obligó a retirar a mano los ejemplares, y las dificultades para desviar la línea eléctrica de media tensión que abastece a Llano del Camello.
El pasado 13 de noviembre abría al tráfico el ramal de salida hacia Oroteanda, con lo que este enlace ha quedado completamente operativo, permitiendo la circulación en ambos sentidos, tanto hacia Playa de Las Américas como a Santa Cruz.