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Noemí González: “Siempre se aprende más de los posibles fallos, por pequeños que sean, que de los grandes aciertos”

La directora general del SUC repasa, con motivo del 30 aniversario, tanto el pasado como el presente y futuro de un servicio que ha cambiado Canarias para bien
La directora general del SUC, Noemí González, en plena faena. / Cedida

El Servicio de Urgencias Canario (SUC) cumple 30 años en los que sin duda la emergencia sanitaria en el Archipiélago ha dado un salto de calidad tan notable que merece la pena celebrar tal efeméride conversando con su actual responsable, no en balde Noemí González Quintana (Las Palmas de Gran Canaria, 1979) ha llegado a ser la directora general de dicho servicio tras una amplia trayectoria en el mismo y que, en la imagen que acompaña a estas líneas, trabaja en el dispositivo de emergencias coordinado por el Gobierno de Canarias en zonas de Valencia afectada por la DANA. El titular de esta entrevista es toda una oda al espíritu de servicio que se requiere para trabajar en las emergencias.

-Si le parece bien, empecemos la entrevista hablando primero del pasado, dado que usted llevará poco como directora general (un año) pero no es precisamente una novata en el mismo…

“Es verdad. Llevo en el Servicio de Urgencias Canario desde 2007”.

-Mucho antes, en Canarias para trasladar a un enfermo de urgencia el conductor del coche particular donde lo trasladaban tenía que pedir preferencia sacando un pañuelo blanco por la ventanilla. ¿Cómo se gestó esa revolución que supuso el SUC?

“[Ríe brevemente] Obviamente yo no estaba entonces, pero me han contado que en 1994 se sacaron médicos de distintas instancias para conformar la plantilla, y precisamente uno de esos doctores fundadores es nuestro actual gerente, Luis Cabrera. Lo que se les asignó fue montar el 061 Urgencias Canarias y empezar a trabajar esas emergencias añadiendo ambulancias y esos recursos para las personas que necesitasen traslado. Fue pionero, porque eso de poder llamar por teléfono y que te dieran una solución porque había médicos al otro lado del teléfono. Pero también que, si ellos entendían que para ese traslado era necesario, te asignaban una ambulancia para agilizar la llegada a un centro sanitario”.

-Por mucho que se pudieran inspirar en servicios similares de fuera, el territorio fragmentado de Canarias multiplica la dificultad para ser eficiente en tal sentido…

“¡Claro! No bastaba con que esa línea de teléfono respondiera en una ciudad, municipio o provincia, no. Ese número tenía que cubrir las ocho islas con la idiosincracia de cada una. Dimensionar ese servicio de tal forma que cubriera todas esas necesidades fue totalmente novedoso, porque era algo de lo que se carecía, y ello implicó incorporar el transporte aéreo, tanto en helicóptero como el avión medicalizado”.

-El balance tras 30 años de existencia del SUC es impresionante, con esos 9,2 millones de asistencia a demandas con el plus de que en una tercera parte de ellas había riesgo para la vida del demandante…

“Exacto. Esas 3.108.435 intervenciones han sido situaciones de emergencia en las que se ha visto en peligro la vida de las personas que nos han solicitado ayuda”.

-Desde luego, el SUC ha salvado la vida a muchos canarios en estos 30 años…

“Así es, y es de eso sobre lo que se está muy orgulloso el personal del Servicio de Urgencias Canario, de haber participado en salvar esas vidas y en ayudar a tantísimas personas”.

-En esas estadísticas de los 30 años de historia del SUC destaca ampliamente cómo la pandemia elevó considerablemente su volumen de servicios…

“Porque a los servicios ocasionales que pueden darse cada año hay que sumar que nos vemos afectados por una pandemia con lo que ello conlleva. El miedo de la población, el confinamiento, el que aparecía un síntoma y tenías que consultar, hacer las pruebas a domicilio… Todo eso supuso que se multiplicara de manera estratosférica el número de demandas. La situación nos desbordó a todos, y tuvimos que hacerle frente de manera inmediata.”.

-Con el lógico estrés para el personal… ¿Cómo se las ingeniaron?

“Fue un momento en que necesitábamos dar muchas respuestas en muy poco tiempo a una población que se encontraba confinada, la gente estaba encerrada en su casa. Nos redimensionamos con más personal, contratando a más enfermeros y enfermeras para dar respuesta a esas cuestiones con el respaldo de médicos que supervisaban y así atender a esas demandas de la población. Nos veíamos con 12 enfermeros y dos médicos simultáneamente por provincia recogiendo llamadas con colas de hasta 800 demandas en los picos más altos. Imagínese lo intenso del trabajo porque siempre se dedicó el tiempo necesario a cada llamada, nunca eso de ‘te cojo el teléfono y te cuelgo tras asignar una ambulancia’. Había que preguntar de dónde venían, con quien habían tenido contacto. los antecedentes, el cuestionario minucioso para saber la gravedad que podía tener cada caso…”.

-Un triaje con la dificultad de ser telefónico…

“Eso es, un triaje muy detallado para poder derivar a esa persona para hacerle una prueba o si había signos de alarma y en ese caso tramitar lo necesario para llevarlo en una ambulancia al hospital o a Atención Primaria para que con sus asistencias domiciliarias pudieran monitorizar al paciente. Era un trabajo muy minucioso”.

La directora general del SUC, en plena faena de coordinación con motivo del apoyo a Valencia por la DANA. / Cedida

-¿Hasta qué punto la coordinación con otras emergencias es fundamental para un servicio como el del SUC?

“Hay términos sobre los que no le puedo contestar porque son consejerías diferentes pero sí le puedo poner el ejemplo de la reciente DANA en Valencia. Cuando nos llamaron desde el Gobierno de Canarias para que nos sumáramos a un equipo multidisciplinar formado por distintos equipos de emergencias, todos fuimos a una y no hubo nada de descoordinación o algo similar. Estoy convencida de que cualquier cuerpo de Canarias estamos todos a una porque es para lo que trabajamos”.

-¿Es esa voluntad de servicio un valor añadido que predomina entre el personal del SUC?

“Entiendo que todo el personal del SUC y todo el personal al que le gusta las emergencias tiene esa voluntad de servicio. Porque requiere mucho esfuerzo y mucha dedicación, jornadas intensas en las que muchas veces sabes cuándo empieza tu jornada pero no cuándo termina, o cuando hay un suceso catastrófico no sabes qué va a suceder y trabajas con esa incertidumbre… Lo que es trabajar en emergencias y por ende trabajar en el SUC requiere un alto grado de vocación”.

-No solo durante la pandemia tuvo que afrontar el SUC emergencias puntuales de enorme gravedad, como por ejemplo aquella evacuación exprés del HUC por un incendio…

“Hemos tenido varios sucesos importantes. Si le empiezo a contar desde 2002 está la riada en Santa Cruz de Tenerife, en el 2’005 la tormenta tropical Delta, en 2007 la intervención en Cueva Cochinos, en 2014 el accidente de la guagua turística en San Bartolomé de Tirajana, los grandes incendios forestales de 2019 y 2023, en 2016 la explosión en un hotel de Mogán y el derrumbe del edificio de Los Cristianos, en 2019 el derrumbe de viviendas en Paseo de Chill, en 2020 el confinamiento del hotel en Adeje por la Covid… Si sigo… El volcán de La Palma… Y el último el de la DANA, que acabamos de regresar”.

-Cabe suponer de todas estas situaciones se aprende algo…

“De todas se aprende. Y sobre todo se aprende de los fallos, porque las cosas que hacemos bien siempre las vamos a hacer bien, pero cuando nos ponemos a analizar cuando se termina y ves dónde fallaste o qué faltó y así poder evitar que sucedan en el futuro, porque nunca vamos a ser perfectos aunque tendemos cada vez más a una perfección que nunca se conseguirá, está claro, pero vamos mejorando en unas necesidades que siempre van cambiando. Siempre se aprende más de los pequeños fallos que de los grandes aciertos”.

-Presente y futuro del SUC. ¿Dónde están las fortalezas y en qué podemos mejorar?

“Si queremos mejorar y queremos seguir creciendo, nuestra ambición nos va a pedir contar con más medios personales con profesionales formados, más medios materiales… De hecho, ir a la DANA nos ha descubierto la necesidad de vehículos con capacidad 4×4 para ir por barro y atender aquí a emergencias como fueron la riada o el Delta, o si tenemos que subir a Las Cañadas del Teide o a algún lugar en La Gomera necesitamos vehículos que nos permitan llegar a esas zonas. Por eso ahora estamos trabajando en conseguir vehículos como tienen otros equipos de emergencias tipo pick up que podamos utilizar en servicios de emergencias rápidas de desplazamiento a zonas remotas, y estamos licitando ese tercer helicóptero para la Isla de Fuerteventura. También tenemos un proyecto que estamos licitando y a ver si sale en las próximas fechas para poder aplicar la teleasistencia en nuestros propios recursos, o sea, tener dispositivos de electromedicina que monitoricen al paciente y que sean visibles desde la zona de monitorización y que los propios médicos y coordinadores de las salas puedan tener una primera visión de lo que está sucediendo para poder hacer las indicaciones pertinentes hasta que llegue al lugar un recurso de asistencia avanzada, lo cual va a mejorar mucho el pronóstico de los pacientes que estamos atendiendo”.

-Entiendo que ese helicóptero en Fuerteventura complementa la capacidad de cubrir todo el Archipiélago…

“Es una necesidad por el traslado de pacientes a hospitales terciarios que están situados en las islas de Tenerife y Gran Canaria. Esa es la función de los recursos aéreos, tanto para hacer rescates en zonas donde no podemos llegar con medios terrestres, que de eso se encargan los helicópteros, e incluso el avión medicalizado -que es menos vistoso pero súper útil- y que no se le dará tanta publicidad aunque es clave tanto entre islas no capitalinas como capitalinas al igual que en terapias que no podemos dar en Canarias y que para eso hay hospitales de referencia en la Península como por ejemplo es el caso de grandes quemados…”.

-Un ejemplo de ello fue el caso de la candidata del Carnaval de Santa Cruz, de la que me consta mantuvieron con vida de forma admirable durante su traslado a Sevilla…

“Exactamente. Nuestros profesionales, tanto de recursos aéreos como de la sala de coordinación como de los hacen servicio desde las empresas prestatarias… Todos tienen vocación y trabajan de forma admirable. Son excelentes profesionales de los que no puedo más que sentirme orgullosa porque son ellos los que representan la filosofía SUC. A mí solo me toca darles voz, pero son ellos los que hacen el trabajo día a día”.

-No debe ser fácil encontrar profesionales cualificados para un servicio como el SUC, ¿verdad?

“Hay escasez de personal sanitario, no es que nosotros tengamos un problema específico sino que es un problema en toda Europa e incluso a nivel mundial. Está a la vista de todos, y tenemos que competir. Si ofrecemos un servicio competitivo y con buenas condiciones, que es lo que intentamos hacer, pues claro que nos gustaría que todos esos profesionales vocacionales bien preparados se sientan cómodos en nuestro servicio, pero de cualquier modo ya estamos muy orgullosos de todos y cada uno de los profesionales con los que ya contamos en la actualidad”.

-Hay profesionales que llevan 30 años…
“Me gustaría dar las gracias a todo el personal del SUC desde el primero al último, como también a la población que nos llama y escucha nuestras indicaciones. Y sobre lo que me pregunta, permita que recuerde a Luis Cabrera Peña, María Dolores González Laos, Juan Carlos Espinar Arencibia, Juan Francisco Pérez Marrero y Enrique Castaño Cancela. Llevan en el SUC desde el principio, y por eso tienen la categoría senior. Como también tenemos a Enrique Martín Sánchez y Blanca Santana Noda, también con 30 años en el servicio”.

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