puerto de la cruz

Agilizan el derribo de un edificio en ruinas en Puerto de la Cruz

El concejal de Ciudad Sostenible demanda una respuesta más rápida de todas las partes implicadas para poder encontrar una solución a los 31 años de abandono del edificio
La basura es la primera imagen que tienen muchas personas que viven en apartamentos cercanos cuando abren la ventana. Fran Pallero

El edificio Iders, situado en la avenida Familia de Betancourt y Molina, en pleno centro de Puerto de la Cruz, sigue dando que hablar. Tras iniciar a comienzos de año los trámites para que la Justicia autorice la demolición del inmueble, el Ayuntamiento ha decidido contratar a una asesoría jurídica externa para agilizar este proceso, que conlleva muchos pasos administrativos y en su mayoría, complejos.

En junio de 2022 el Consistorio declaró al edificio en ruina inminente, desalojó a las personas que vivían dentro y lo valló. Sin embargo, estos importantes adelantos no fueron precedidos por otros de igual magnitud. Tampoco por parte de los propietarios, que debían hacer efectivas una serie de medidas que no se consiguieron, entre ellas, presentar el proyecto de demolición.

Al no ejecutarse, el Ayuntamiento dictó un decreto de ejecución subsidiaria que le permite hacerse cargo de las diferentes partes del proceso. Y el derribo del Iders es una de ellas.
Los vecinos de los edificios colindantes demandan que se ponga fin a 31 años de abandono ya que además, tienen miedo que se desplome. En los últimos meses se han visto la caída de cascotes de los balcones y puntales y por eso están preocupados, ya que en las tres últimas décadas el inmueble no ha tenido ningún tipo de mantenimiento y su deterioro se ha agravado. A ello se suma la basura acumulada en todo este tiempo, que constituye un foco de insalubridad y de infecciones para los vecinos, que conviven desde hace años con ratas, cucarachas, palomas, mosquitos y todo tipo de insectos.

Quejas

“No podemos hacer caso omiso a estas quejas”, sostiene David Hernández, quien añade que el Consistorio ha iniciado un camino que es muy complicado, en el que se ha encontrado muchas trabas administrativas y burocráticas, y la respuesta de los propietarios, “que no ha sido tan rápida como se esperaba”.

Lo cierto es que este proceso no se puede seguir demorando y por eso, además de contratar una asesoría jurídica externa, el grupo de gobierno “valora abrir otros caminos de forma paralela al que ya se ha iniciado”, como por ejemplo, asumir directamente el derribo con otros procedimientos administrativos.

“Hemos adquirido una responsabilidad y la tenemos que cumplir”, insiste el edil. Para ello, también pide la colaboración de todas las partes implicadas “por el bien de todos” y para darle una solución a un problema que lleva estancado 31 años.

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