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Tenerife, ejemplo de gestión sostenible de los residuos de obras

La planta de tratamiento de Residuos de Construcción y Demolición (RCD) del Complejo Ambiental, de Arico, cumple los más altos estándares ambientales y técnicos
Tenerife, ejemplo de gestión sostenible de los residuos de obras
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La planta de tratamiento de Residuos de Construcción y Demolición (RCD) del Complejo Ambiental de Tenerife es una infraestructura clave para la gestión sostenible de los residuos generados en pequeñas obras, tanto públicas como privadas. Ubicada en el municipio de Arico, esta instalación se ha diseñado para cumplir con los más altos estándares ambientales y técnicos, enfocándose en la recuperación de materiales valorizables, como hormigón, ladrillos, metales, plásticos y madera.

Su principal propósito es minimizar el impacto ambiental asociado a los RCD, evitando su acumulación en vertederos y fomentando prácticas responsables como la reutilización y el reciclaje. Este enfoque se enmarca en un modelo de economía circular, en el que los residuos se convierten en recursos útiles, contribuyendo a la sostenibilidad y al desarrollo de una construcción más respetuosa con el medio ambiente en la Isla.

El proceso en la planta se organiza en tres etapas principales. Primero, los residuos llegan a una zona de recepción donde son clasificados manualmente para separar materiales no aptos para el proceso y que serán separados y valorizados, como plásticos, madera o vidrio. Los materiales inertes, como hormigón, ladrillos o piedras, son seleccionados para avanzar al siguiente paso.

En la segunda etapa, los materiales seleccionados se trituran con maquinaria móvil, reduciéndolos a partículas de entre 0 y 200 milímetros. Este material se utiliza como tierras de cubrición en el vertedero. Finalmente, los materiales tratados se almacenan temporalmente en zonas habilitadas antes de ser destinados a su uso final.

La planta tiene una capacidad para procesar hasta 50.000 toneladas anuales de residuos, organizándose en áreas específicas para cada etapa del proceso. Estas incluyen una zona de recepción y clasificación, donde los residuos son descargados y revisados para separar materiales valorizables como vidrio, madera, plásticos, metales y papel/cartón, almacenados en contenedores específicos. Los residuos peligrosos, por su parte, se ubican en un área cubierta diseñada para evitar riesgos ambientales. El tratamiento de los residuos seleccionados se realiza mediante un equipo portátil de machaqueo, que reduce el tamaño de los materiales inertes para facilitar su reutilización. Los materiales procesados se almacenan temporalmente en un espacio de acopio final, desde donde se destinan a tareas de cubrición y sellado de celdas de vertido.

La planta cuenta con una serie de medios mecánicos y equipos móviles diseñados para optimizar el tratamiento de los Residuos de Construcción y Demolición (RCD). Entre ellos se destacan las palas cargadoras, esenciales para el movimiento y distribución de los residuos en las zonas de descarga y clasificación. Además, se utilizan camiones y volquetes para transportar los materiales desde la recepción hasta las áreas de almacenamiento o tratamiento. El proceso de reducción de tamaño de los residuos inertes, como hormigón y ladrillos, se realiza mediante un equipo portátil de machaqueo, capaz de triturar estos materiales para su posterior reutilización. Estos equipos trabajan en conjunto para garantizar la eficiencia en cada etapa del proceso, desde la recepción hasta la disposición de los residuos valorizados.

La zona también está equipada con instalaciones para gestionar aspectos operativos y ambientales. Incluye oficinas, un comedor y vestuarios para el personal, además de una fosa séptica para el tratamiento de aguas fecales.

Sostenibilidad

En cuanto a la sostenibilidad, cuenta con una arqueta de recepción de aguas de proceso o aguas sucias y escorrentías, dirigiéndolas a sistemas de tratamiento específicos. Asimismo, el sistema de riego antipolvo reduce la dispersión de partículas durante las operaciones, asegurando el cumplimiento de la normativa ambiental. Estas características, junto con el diseño del pavimento en distintas secciones, que incluyen superficies impermeabilizadas con bentonita para prevenir filtraciones, pavimentos de zahorra que aseguran una base estable y resistente, y explanadas naturales desbrozadas para facilitar el acceso y la movilidad, garantizan un funcionamiento eficiente y seguro en todas las operaciones de la planta.

Este enfoque integral no solo optimiza los procesos internos, sino que también minimiza el impacto ambiental, asegurando una gestión adecuada de los residuos y reutilizando los recursos.

En conjunto, estas medidas refuerzan el compromiso de la planta con la sostenibilidad, la innovación en la gestión de RCD y el cumplimiento estricto de las normativas ambientales.