La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, visitó ayer, junto al alcalde de Granadilla de Abona, José Domingo Regalado, y la consejera de Medio Natural, Blanca Pérez, las obras de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Los Letrados, cuya conclusión está prevista para noviembre de este año.
La actuación, con un presupuesto cercano a los 40 millones de euros, está considerada como una de las principales infraestructuras de la historia del municipio, tanto por su coste como por su impacto en el servicio de saneamiento público.
Durante la visita, Dávila subrayó que la EDAR permitirá tratar hasta 10.000 metros cúbicos de aguas residuales al día, asegurando el suministro de líquido regenerado para la agricultura y zonas verdes de la comarca de Abona, en un contexto de emergencia hídrica declarada en la Isla en mayo de 2024. “Esta obra resulta esencial para garantizar el suministro hidráulico en la Isla, mejorar la calidad del agua de riego y reducir la presión sobre acuíferos, pozos y galerías”, dijo Regalado.
“HITO AMBIENTAL DE GRANADILLA”
El proyecto contempla la conexión de la depuradora a la conducción Santa Cruz-Valle San Lorenzo, además del impulso de agua regenerada a la balsa de San Isidro. José Domingo Regalado calificó la EDAR como “el hito medioambiental de Granadilla de Abona” y llegó a aventurar que su puesta en funcionamiento permitirá recuperar las banderas azules en el litoral municipal, además de impulsar la agricultura local. Resaltó también que esta actuación fue iniciada en el mandato anterior y cuenta con el apoyo estatal.
La actuación ha debido adaptarse a futuros proyectos de gran relevancia, como el tercer carril de la autopista del sur y la posible implantación del tren en la comarca. Para aumentar la durabilidad del sistema, las tuberías de impulsión se han revestido en plástico especial, evitando daños químicos y prolongando su vida útil.
También se detalló que la infraestructura contará con una estación de bombeo de aguas regeneradas, impulsiones de gran diámetro y equipos de control como cloradores y caudalímetros. “No sólo aumentamos la capacidad de tratamiento, sino que damos un paso esencial hacia un modelo de sostenibilidad hídrica”, afirmó Dávila.