“Sin los trabajadores, estos hoteles son sólo edificios vacíos”

Pitidos, consignas de lucha sindical, turistas perplejos en las terrazas y avenidas semicortadas marcaron la jornada de protesta que ayer desplegaron cientos de trabajadores del subsector hotelero en las principales zonas turísticas de Tenerife.

En pleno núcleo turístico adejero, entre Fañabé y El Duque, camareros, jefes de sección, recepcionistas, camareras de piso, plateros, técnicos de mantenimiento y gobernantas, entre otros muchos puestos, participaron en la concentración en una de las tantas zonas que vive casi exclusivamente del turismo en la Isla, donde los trabajadores alzaron la voz contra unas condiciones laborales que califican de “insostenibles”.

Los manifestantes, que desde primera hora de la mañana se concentraron frente a sus centros de trabajo, confluyeron a las diez en un solo bloque. Fue entonces cuando una marea de personas ocupó la avenida Bruselas, originando que, parcialmente, se cortara el tráfico. En ese punto, los huelguistas tomaron la rotonda, convirtiéndola en el epicentro de la protesta.

Poco después, descendieron hacia la playa de Fañabé. Durante el recorrido, los sonidos de los silbatos, los gritos de Se va a acabar, la dictadura patronal, los tambores y el ondeo constante de banderas de UGT, Sindicalistas de Base y CC.OO., entre otras centrales, dibujaron una escena inusual para una zona turística en la que, normalmente, reina la tranquilidad vacacional.

Los turistas, sorprendidos, no tardaron en salir a las terrazas de sus habitaciones, algunos con móviles en mano. Otros, desde las tumbonas o paseando por la playa, observaban con curiosidad el despliegue de la protesta.

Según datos recabados por DIARIO DE AVISOS, la incidencia de la concentración en la zona Sur fue “alta”, aunque sin alcanzar, “en absoluto”, la mayoría. La huelga, impulsada por la Mesa Sindical de Hostelería, que agrupa a seis sindicatos, tuvo especial seguimiento en esta comarca, donde algunos hoteles alcanzaron un 80% de huelguistas, según los sindicatos, lo que contrasta con el 10% esgrimido por la tarde por Ashotel.

En el norte y en La Gomera, el seguimiento fue menor, aunque relevante, según las centrales.
Los piquetes, firmes pero sin recurrir a la violencia, increparon en las primeras horas a quienes accedían a sus puestos de trabajo. Durante el paso de la concentración por las distintas zonas, algunos residentes mostraban su apoyo con aplausos desde las terrazas de restaurantes, en sus camiones o guaguas. Entre los gestos que reflejaban el carácter no beligerante de la jornada, una camarera de pisos abandonó su puesto para unirse a la huelga. Al salir, fue recibida con aplausos y gritos de ¡la recuperamos! por parte de los manifestantes.

Una de las voces destacadas fue la de Olga Lidia Hernández, camarera de pisos y delegada sindical de CC.OO. Canarias. En declaraciones a este periódico, se mostró muy clara: “Se esperaba más participación”.

“Estamos pidiendo una leve subida salarial, la eliminación de turnos partidos, estudios ergonómicos para incorporar camas elevables… Queremos poder pagar nuestros alquileres, queremos simplemente vivir dignamente”. Su frase, contundente, resume el espíritu de la jornada: “Sin los trabajadores, estos hoteles son sólo edificios vacíos”.
El delegado sindical de dos hoteles de la zona, Damián González, de Sindicalistas de Base, evaluó la respuesta: “Han entrado pocas personas a los hoteles”, indicó. Y dedicó luego un alegato a los manifestantes: “Este viernes (hoy), esperamos más de 1.500 personas en la concentración en Pueblo Canario”.

EN EL NORTE, MENOS INCIDENCIA

En el Puerto de la Cruz, también se hizo notar el seguimiento de la huelga. En la mayoría de los hoteles de la zona, se concentraron grupos reducidos de entre 4 y 10 personas, en su mayoría afiliados a Intersindical Canaria, central mayoritaria en este ámbito geográfico. En las inmediaciones de la playa Martiánez, cerca del Lago, se formó un grupo más numeroso, de unas 30 personas, ondeando banderas independentistas (una de las grandes diferencias con el sur por el peso de IC) y haciendo sonar silbatos y tambores.
A las 11 de la mañana, todos los grupos se reunieron frente a uno de los hoteles del área. Allí hicieron la protesta mucho más visible y contundente, que derivó en un momento de tensión cuando uno de los directores salió a increpar a los manifestantes, reclamándoles que siguiesen el trayecto.

Una periodista de la cadena británica BBC, presente en la protesta del sur, reflejó el impacto internacional del conflicto. Emma, sorprendida por el alcance de la protesta, entrevistaba a trabajadores para entender los motivos de estas críticas. La mayoría de ellos, recepcionistas, dado su manejo del idioma. La pregunta estrella era “¿cuánto cobras en libras?”. La mayoría no sabía hacer el cálculo exacto, pues hay muchos condicionantes que varían esa cifra, pero respondían con la misma certeza: “Menos de lo que merecemos”.

La jornada también dejó espacio para testimonios personales, como el de Macarena Gómez, camarera de pisos, quien expuso las principales demandas del subsector, denunciando los turnos partidos, las largas distancias hasta su lugar de trabajo y la carga laboral. “Tengo que dejar a mis hijos con mi madre. Menos mal que la tengo a ella. Además, paso horas en la carretera. Es imposible, con estas condiciones, llevar una vida normal con tu familia, tu pareja, tus amigos. Sólo queremos eso: una vida normal. En especial, las camareras de piso pedimos no morirnos trabajando”, afirmó.

LAS KELLYS, INSATISFECHAS

Una de las voces con mayor peso en el conflicto laboral y con amplio conocimiento de la realidad del subsector fue la de Mónica García, presidenta de Kellys Unión, presente en el sur. Referente en la lucha por la puesta en marcha de camas elevables en los hoteles canarios, García reconoció que la asistencia fue “más baja de lo esperado”.