Canarias cuenta con unas 500.000 personas mayores de 65 años -sobre el 22% de la población- y las proyecciones prevén que superará el 30% en 2040. Este aumento se produce en un territorio en el que la insularidad, la dispersión geográfica, el envejecimiento en zonas rurales y la medianía genera un desigual acceso a los recursos. La Plataforma Residencias Dignas y el Colegio Oficial de Trabajo Social de la provincia tinerfeña organizaron ayer una jornada para visibilizar, denunciar y contribuir a concienciar acerca del abuso y maltrato hacia las personas mayores en general y, especialmente, en el ámbito sociosanitario. Se calcula que el 10% de las personas mayores ha sufrido malos tratos, tasa que se eleva al 33% entre residentes.
La fundadora de la Plataforma de Familiares y Usuarios por unas Residencias Dignas, Ofelia Aguiar Martín, alertó a DIARIO DE AVISOS del maltrato que sufren las personas mayores “del que no se habla, en sus diferentes tipos”, y animó a “denunciar estas situaciones para acabar con esta lacra”.
Desde el colectivo se insta a todas las administraciones que tengan competencia en esta materia a que “se aumenten las inspecciones sin previo aviso y el número de inspectores, que se creen protocolos para prevenir el maltrato en las residencias y, sobre todo, habilitar canales o protocolos para garantizar que los familiares y los usuarios de las residencias, así como los trabajadores y trabajadoras, puedan presentar denuncias y quejas, de forma que se sientan protegidas y no tengan miedo a las represalias que sabemos que se producen”.
Aguiar recordó que “la OMS alertó de que el 33% de los usuarios de residencias había sufrido maltrato, y los teléfonos de denuncia han superado los 3.000 casos atendidos. Seguramente, se producen más de lo que creemos: tenemos que frenarlo”, insistió.
Entre otros abusos y maltratos que sufren los usuarios en los centros residenciales, la responsable enumeró, “además de los de tipo físico y psicológico, imponerles unos horarios para levantarse y acostarse, de comida o de visita inflexibles que coartan su libertad e independencia”, así como “tenerlos muchas horas sin cambiarle el pañal, decirles que hagan sus necesidades en el pañal porque no hay personal suficiente; que les sirvan la comida fría o que el menú sea insuficiente y pensado en el ahorro de las empresas; no dar correctamente la medicación que tienen pautada; que estén inmovilizados en camas o en sillas de ruedas, que pasen sentados horas y horas delante de un televisor sin hacer otras actividades; coartar su derecho a la participación, que les castiguen y no se les permita estar en contacto con otros residentes porque ha hecho o dicho algo que no les ha gustado, etc”. También alertó de que, tras la pandemia, “se ha notado un empeoramiento en las condiciones y restricciones que han continuado”.
Por tanto, Ofelia Aguiar Martín exigió a la consejería de Bienestar Social “más inspectores e inspecciones sin previo aviso, así como transparencia en los resultados y conocer las irregularidades que se han detectado”, lamentando que “apenas nos hacen caso y, del total de quejas presentadas, pocas se resuelven de una manera adecuada”. También pidió control de la ratio de profesionales que atienden a los residentes y una mayor formación, ya que en algunas acciones “realizan maltrato al usuario por desconocimiento”.
La responsable de Residencias Dignas recordó que los mayores de Canarias llevan años sufriendo el maltrato de sus administraciones. “Tenemos un déficit de más de 9.000 plazas residenciales, que se suma a la falta de recursos en centros de día o servicios necesarios para la persona dependiente y que no se están prestando”. Abogó por la creación de “miniresidencias y unidades de convivencia de no más de 15 personas”, ya que “el actual modelo institucionalizado tenemos que abandonarlo y dirigirnos urgentemente a otro más centrado en la persona”, con hogares cercanos al entorno de los usuarios para “facilitar las visitas de los familiares y allegados, y también para que sigan participando en la vida de su comunidad”. “Una persona de Santa Cruz no puede ser trasladado a Garachico”, denunció.
Asimismo, Ofelia Aguiar Martín, propuso ampliar las actividades que se realizan en las residencias. “Deben ser significativas, motivadoras y que dependan de los gustos, las aficiones y de las preferencias de los usuarios, así como de su nivel de autonomía”.