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Un experto lanza una serie de recomendaciones para quienes no pueden dormir sin ventilador

Uno de los errores más comunes es dejar que el flujo de aire incida directamente sobre una parte del cuerpo durante toda la noche
Dormir toda la noche con el ventilador no es tan buena idea como parece: estas son las consecuencias

Cuando el calor aprieta por la noche, dormir se convierte en un auténtico desafío. Las altas temperaturas, tan habituales en verano, llevan a muchas personas a recurrir al ventilador como salvación frente al sofoco. Sin embargo, su uso prolongado o incorrecto puede generar molestias e incluso problemas de salud, especialmente si no se siguen ciertas recomendaciones.

A diferencia del aire acondicionado, el ventilador no enfría el ambiente, sino que mueve el aire para generar una sensación térmica más soportable. Esta diferencia es clave, según explica a cuidateplus el doctor Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), quien recuerda que lo ideal siempre es contar con una corriente natural de aire que no incida de forma directa sobre el cuerpo. Pero cuando esto no es posible, conviene prestar atención a cómo se usa el ventilador.

¿Dónde colocarlo y cómo usarlo con seguridad?

Uno de los errores más comunes es dejar que el flujo de aire incida directamente sobre una parte del cuerpo durante toda la noche. Esta práctica, advierte el doctor Armenteros, puede causar contracturas musculares o molestias similares a un enfriamiento. Para evitarlo, se recomienda que el ventilador mantenga cierta distancia y que la corriente no sea fija, sino oscilante, de modo que el aire se reparta de forma más homogénea.

Cuidado con el aire seco y las mucosas

El uso continuado de ventiladores en ambientes muy secos puede provocar irritación en ojos, garganta o fosas nasales, especialmente si se duerme con la boca abierta o se tienen problemas respiratorios previos. Para contrarrestar este efecto, el especialista sugiere el uso de un humidificador, que ayude a mantener el equilibrio de humedad en el dormitorio y evite la sequedad en piel y mucosas.

Además, el uso del ventilador puede afectar al sistema inmunológico si se prolonga en estas condiciones, haciendo que el cuerpo sea más vulnerable a posibles infecciones respiratorias leves.

Atentos al polvo y a las alergias

Otro aspecto importante es el estado del aire que se mueve. Al no disponer de filtros, el ventilador puede levantar partículas de polvo, polen, ácaros o pelos de animales, lo que supone un riesgo para las personas con alergias respiratorias. Por eso, mantener la habitación limpia y bien ventilada antes de dormir es fundamental.

El experto también señala que, si se dispone de varias opciones, los ventiladores de techo son los más recomendables, ya que ofrecen una ventilación más amplia y menos directa. Al estar alejados del cuerpo, reducen el riesgo de molestias físicas y mejoran el confort térmico sin generar un chorro de aire constante sobre quien duerme.

Seguridad y descanso: dos factores clave

El ruido del ventilador puede interferir en el sueño, sobre todo en personas sensibles al sonido. Por ello, es conveniente elegir modelos silenciosos, especialmente si se va a utilizar durante varias horas seguidas. Por último, si hay niños pequeños o mascotas en casa, es importante colocar el ventilador fuera de su alcance. Las aspas expuestas pueden causar accidentes si no están bien protegidas. En este sentido, los ventiladores de torre se presentan como una alternativa más segura y discreta.

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