Los herreños han cumplido ayer, tras 2.926 días de espera (8 años), con el voto realizado en 1741 por unos pastores de trasladar la imagen de la Virgen de Los Reyes desde su santuario en La Dehesa hasta la iglesia de la Concepción en Valverde, en una tradicional Bajada que ha congregado a más de 33.000 personas.
Ni el frío de madrugada y mañanero ni el intenso calor posterior, superando los 30 grados en la Cruz de los Reyes, y nuevamente el fresco de la tarde y noche en Valverde, han detenido a los herreños y a los numerosos visitantes que estos días llenan la Isla en el homenaje a la Patrona de El Hierro en este peregrinaje de 28,8 kilómetros hacia Valverde.
La jornada comenzó a las 5.00 horas, cuando se ofreció una misa en el santuario de La Dehesa ante cientos de fieles asistentes. Tras la venia a cargo del pueblo de Sabinosa, una hora después la imagen era portada por los pastores que la custodian y en silencio, la entregaron a la autoridades insulares: el presidente del Cabildo y los alcaldes de los tres municipios herreños la trasladaron hasta la piedra del Regidor.
Tras las primeras loas a la Virgen, se entregó la Madre Amada al pueblo de Sabinosa y en ese momento dio inicio una emotiva bajada. A esa hora, acompañada de pitos, tambores, chácaras y bailarines, la comitiva afrontaba los siete kilómetros iniciales del recorrido, con paradas en el Mirador de La Gorona y en la Cruz de los Humilladeros, para ser entregada al pueblo de El Pinar en la Raya de Binto.
Venia General
La comitiva prosiguió hasta la Cruz de los Reyes, donde miles de fieles la esperaban, y donde llegó en torno a las 11.30 horas, cubriendo así los primeros 12 kilómetros de recorrido. A sus pies cada pueblo le rindió homenaje al son de los pitos, las chácaras y los tambores. Tras la gran venia general y la emoción indescriptible de ver a todos los pueblos saludando a la Virgen y al unísono, la tradición marcaba la tendida de manteles, un merecido descanso para reponer fuerzas. El cansancio y el calor pasaban factura, tanto a los peregrinos como a los bailadores y tocadores.
Con la venia de despedida de los pueblos de El Golfo, Isora, San Andrés y El Norte, se reanudó la peregrinación sobre las 14.00 horas, hasta producirse la entrega de la Virgen por parte de El Pinar a El Golfo en la Raya del Cepón. Una hora más tarde, en la Raya de La Llanía, El Golfo entregará la imagen de nuevo al pueblo de El Pinar.
Tras continuar la peregrinación, en la Raya de La Mareta, el pueblo de Isora cogía el testigo y una hora más tarde, en la Raya de Cruz del Niño, sería el turno de la entrega por parte de Isora al de San Andrés. El Camino de la Virgen continuaba hasta la Raya de las Cuatro Esquinas, donde el pueblo de San Andrés entregaba la imagen al de El Norte.
Recta final
Quedaba la recta final, el cansancio se acumulaba en las piernas, pero la cercanía de la capital era el aliento necesario para continuar. Pasadas las 20.00 horas, el pueblo de El Norte entregó la Virgen Amada a la Villa de Valverde en la Raya de Tejegüete.
El recorrido continuó hasta Tiñor, el único pueblo en el recorrido, donde se realizó una leve parada, y siguió la peregrinación hasta el Cementerio de la Villa, donde la imagen fue recibida por la corporación de Valverde, que le entregó el bastón de mando.
Pasadas las 22.15 horas, la comitiva recorría las principales calles de la capital donde el sonido de las chácaras, los pitos y los tambores retumbaban con más fuerza y se podía oír a varios kiilómetros. La llegada a una abarrotada plaza de La Concepción fue otro momento emotivo, entre vítores y aplausos.
La imagen de la Madre Amada entraba en la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción a las 22.35 horas. En su interior abarrotado, continuaron sonando los pitos, las chacaras y los tambores en honor a la patrona de los herreños.
El sentimiento es único, tanto a nivel religioso, cultural y, sobre todo, a nivel sentimental en recuerdo de sus antepasados. La ilusión de poder participar en una Bajada une a los herreños de todo el mundo. Así finalizó tras casi 20 horas de la Bajada, nuevamente cargada de emoción, devoción y con la intensa alegría de una nueva Promesa cumplida por las generaciones actuales de ese voto realizado por sus antepasados. ¡Viva la Virgen, Viva!
Una vez cumplida una parte del voto, ahora comenzará el Novenario de oraciones y ofrendas en honor de la Virgen. A su término, se iniciará un mes festivo con el recorrido por todos los pueblos de la Isla, que culminará el 4 de agosto con la Subida al Santuario de La Dehesa.