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Así se convirtió un barco hundido en uno de los pecios más visitados de Canarias

El curioso barco hundido en la costa de Tenerife no es fruto de ninguna tragedia aunque se fue a pique en una ocasión
El curioso barco hundido en la costa de Tenerife: no es fruto de ninguna tragedia aunque se fue a pique en una ocasión

Explorar un barco hundido en Tenerife es una experiencia que atrae a buceadores y curiosos por igual. En este caso, hablamos de un pecio muy especial, ya que su historia no está marcada por la tragedia, sino por un proyecto pensado para enriquecer la vida marina y fomentar el turismo de buceo en la Isla.

Se trata de El Peñón, un remolcador de 35 metros de eslora que descansa a unos 30 metros de profundidad, escorado 30 grados a estribor frente a la costa de Tenerife. El hundimiento no fue casualidad: en el verano de 2006 se llevó a cabo una operación planificada para transformarlo en arrecife artificial, después de retirar cualquier elemento contaminante, incluida la pintura. De esta forma, la embarcación se convirtió en refugio de especies marinas y en un atractivo de inmersión de dificultad moderada.

El barco hundido… por segunda vez

Lo curioso es que El Peñón ya había tenido un naufragio previo. En julio de 1971, mientras asistía en una maniobra al trasatlántico británico Canberra, el remolcador —entonces llamado CEPSA Segundo— se fue a pique tras una falsa maniobra, ante la mirada de decenas de turistas en Santa Cruz de Tenerife. Posteriormente fue reflotado y volvió al servicio, operando en la bahía de Algeciras y en Tenerife, hasta que se decidió su hundimiento definitivo como parte del plan de regeneración de los fondos marinos.

Hoy en día, El Peñón es uno de los pecios más singulares de Canarias, donde naturaleza, historia y buceo se combinan en una experiencia única, algo que pocos esperaban que pudiera salir de un barco hundido.

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