Natalia Hernández Martínez, una mujer madrileña de 34 años, desapareció en la isla de La Palma el 24 de octubre de 2022. Tres años después, su paradero continúa siendo un misterio.
Aquel día, la joven viajó desde Tenerife a la Isla Bonita para comenzar un nuevo empleo en un hotel de Fuencaliente, pero nunca llegó a recoger su equipaje en el aeropuerto ni a presentarse en su lugar de trabajo.
Su desaparición ha sido objeto de numerosas investigaciones y sigue activa en los canales de SOS Desaparecidos Canarias.
La desaparición: el 24 de octubre de 2022
El 24 de octubre de 2022, Natalia Hernández se trasladó desde Tenerife Norte hasta el Aeropuerto de La Palma (SPC). Según los registros oficiales, aterrizó sin incidencias, pero su equipaje quedó sin reclamar en la cinta transportadora.
Su plan era desplazarse en guagua hasta Santa Cruz de La Palma y, posteriormente, tomar otras líneas hasta Fuencaliente, donde comenzaría a trabajar para una empresa de animación en un hotel.
Según las investigaciones, Natalia se subió al avión y fue captada por las cámaras de seguridad dentro del aeropuerto palmero. Sin embargo, las cámaras exteriores no funcionaban ese día, lo que impidió verificar si llegó a salir de las instalaciones.
Desde ese momento, no se volvió a tener rastro de ella.
Su teléfono móvil había dejado de emitir señal antes de despegar, cuando, según el testimonio del taxista que la llevó al aeropuerto de Tenerife, reinició el dispositivo y no pudo desbloquearlo al olvidar el PIN.
Las primeras búsquedas y la alerta de SOS Desaparecidos
El 21 de noviembre de 2022, la asociación SOS Desaparecidos emitió la primera alerta para localizar a Natalia Hernández. En el cartel difundido se describía a la mujer con una estatura de 1,68 metros, complexión delgada (50 kilos), pelo rubio liso, ojos azules, un tatuaje desde el hombro derecho hasta la mitad de la espalda y un piercing en la nariz. Además, se precisaba que el día de su desaparición vestía pantalón y abrigo oscuro y zapatillas deportivas rosas.
Su entorno comenzó a organizar batidas en Villa de Mazo y alrededores del aeropuerto, con la colaboración de la asociación de voluntarios Alfa Tango.
Ninguna de las búsquedas dio resultado. Algunos testigos creyeron haberla visto practicando deporte cerca del aeropuerto, pero se trataba de una confusión.
Los amigos de Natalia, coordinados desde Tenerife, mantuvieron la difusión de su caso en redes sociales y contacto constante con el entonces portavoz de SOS Desaparecidos en Canarias, Santiago Martín.
La familia, residente en Madrid, también participó en la búsqueda, aunque con menor exposición pública.
El avance de la investigación y la confusión sobre el secreto de sumari
En diciembre de 2022, el entorno de Natalia informó de que el caso se encontraba bajo secreto de sumario, tras la intervención de un abogado tinerfeño que se ofreció a colaborar de manera altruista.
Sin embargo, semanas después, la Guardia Civil aclaró que nunca se decretó secreto de sumario, y que la confusión se debió a la falta de experiencia de los allegados en estos procedimientos.
El abogado, Alexander Galván, renunció al caso poco después por desavenencias con la familia, aunque afirmó haber mantenido comunicación con Joaquín Amills, presidente nacional de SOS Desaparecidos. Aseguró haber obtenido información relevante, pero prefirió no divulgarla para no interferir en la investigación.
Pese a ello, el entorno de Natalia expresó su frustración por la falta de comunicación con las autoridades y por desconocer si se estaban verificando las pruebas que ellos mismos habían aportado.
La hipótesis de desaparición voluntaria
En enero de 2023, fuentes de la Guardia Civil confirmaron a DIARIO DE AVISOS que la desaparición se investigaba como “voluntaria”, aunque se activaron los protocolos de búsqueda pertinentes.
La Benemérita explicó que, en estos casos, si la persona decide ausentarse por voluntad propia, su paradero solo se comunica a los denunciantes si así lo desea.
La familia y los amigos de Natalia rechazaron esta hipótesis, señalando que la joven “nunca se habría marchado sin avisar” y que se encontraba ilusionada con su nuevo trabajo.
Además, destacaron que la última señal de su teléfono móvil se registró el mismo 24 de octubre en Tenerife, sin nuevas localizaciones desde entonces.
Un año después: el caso sobreseído y la búsqueda paralela
El 24 de octubre de 2023, un año después de la desaparición, el caso seguía sin resolverse. Los familiares reclamaron al Juzgado de Instrucción número 1 de Santa Cruz de La Palma acceder a toda la información recopilada durante la investigación.
A la vez, colaboraban con asociaciones de criminología para analizar los datos disponibles.
Pocos meses antes, habían recibido la noticia de que el caso estaba sobreseído, es decir, archivado por falta de causas que justificaran continuar la búsqueda.
La Guardia Civil mantenía la calificación de “desaparición voluntaria”, algo que el entorno de Natalia consideraba incompatible con los hechos conocidos. Según sus allegados, la joven “no se encontraba en su mejor momento”, pero eso no explicaba su desaparición sin dejar rastro.
Tanto la abogada Yaiza Pérez como la criminóloga Tania Rodríguez, que comenzaron a cooperar con la familia en 2023, coincidieron en que el procedimiento policial había sido “insuficiente”.
Nuevas líneas de investigación: la hipótesis del aparcamiento subterráneo
El 24 de octubre de 2024, coincidiendo con el segundo aniversario de la desaparición, un reportaje publicado por Telecinco reveló nuevos datos sobre el caso.
La abogada Yaiza Pérez y la criminóloga Tania Rodríguez, tras entrevistar a personas del entorno de Natalia y analizar las pruebas, sostuvieron que la desaparición no fue voluntaria, ya que la joven “no se encontraba en un estado mental que le permitiera tomar decisiones libres”.
Ambas profesionales solicitaron autorización judicial para registrar las tres plantas del aparcamiento subterráneo situado bajo las pistas del aeropuerto de La Palma, una zona de acceso restringido al personal autorizado y no revisada hasta la fecha. Consideran que podría tratarse de un “territorio inexplorado” que requiere inspección.
También recordaron que la denuncia por desaparición se presentó 17 días después, lo que complicó la investigación inicial.
El reportaje aportó más detalles sobre el contexto de Natalia. Había vivido en Tenerife tras pasar por países como Nepal e Inglaterra, y atravesaba dificultades económicas. Tras trabajar en un camping en La Laguna a cambio de alojamiento y comida, encontró la oferta laboral en La Palma a través de una empresa de animación que incluso le compró el billete.
La mujer fue vista por última vez en las cámaras del aeropuerto de La Palma, mirando hacia atrás antes de dirigirse a la salida sin recoger su maleta.
Las investigadoras plantearon varias hipótesis: que Natalia pudiera haber sufrido un accidente en el aeropuerto, que hubiera tenido contacto con una tercera persona o que se refugiara en el aparcamiento subterráneo tras perder el enlace hacia Fuencaliente.
Ninguna línea se ha confirmado hasta el momento.
Situación actual y contactos para colaborar
Este viernes, 24 de octubre, se cumplen tres años de la desaparición de Natalia y el caso continúa sin resolver. La alerta de SOS Desaparecidos sigue activa.
La familia, junto con la abogada y la criminóloga que colaboran con ellos, solicita la reapertura judicial para investigar nuevas vías.
Cualquier persona que pueda aportar información sobre su paradero puede contactar con SOS Desaparecidos a través de los teléfonos 642 650 775 y 649 952 957, o escribir al correo sosdesaparecidos@sosdesaparecidos.es.
Tres años después, la desaparición de Natalia Hernández en La Palma sigue siendo un enigma abierto para su familia, sus amigos y las autoridades.







