Se llama Francisco y la Fiscalía ha denegado al Ayuntamiento de Santa Cruz que pueda retirarlo de las calles de la capital sin su consentimiento previo. Este chicharrero, de 65 años, es uno de los tantos casos de personas sin hogar y con problemas de salud mental que han pasado a formar parte del paisaje de la ciudad, más de 36 casos que, sin una orden de Fiscalía, imposibilitan a los servicios sociales municipales intervenir al respecto.
Francisco deambula por el asfalto apoyando sus manos en el suelo al no tener apenas movilidad, una situación a la que se suma que padece esquizofrenia paranoide, por lo que muchas veces se le encuentra desnudo en la vía pública, creando desorden con gritos o haciendo sus necesidades en las aceras de aquellas zonas que suele frecuentar, como la plaza de España, la avenida 3 de Mayo, las Ramblas o Benito Pérez Armas.
La Unidad Móvil de Acercamiento (UMA), dependiente del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS), lleva interviniendo con esta persona desde el año 2020, cuando empezaron a recibirse avisos ciudadanos. Aunque desde 2017, Francisco ha estado ingresado en centros y pisos para personas con patologías mentales, junto a su ingreso, solo un mes en 2024, en el Hospital Universitario de Canarias, al final termina en la calle.
Por ello, al no ser colaborador de la intervención de los servicios sociales, el pasado 31 de enero el IMAS envió un informe de comunicación a la Fiscalía, solicitando autorización para actuar en dicho caso y proporcionar recursos adecuados.
No obstante, la fiscal decretó el 15 de septiembre que se archivara el expediente, al señalar que “no ha quedado acreditada, tras la documentación recibida, una causa objetiva que permita fundamentar la promoción de jurisdicción voluntaria para la provisión de medidas judiciales de apoyo en el ejercicio de sus derechos respecto a Francisco”.
El auto, al que ha tenido acceso DIARIO DE AVISOS, añade que pese a que en la documentación inicial se exponía que padece esquizofrenia paranoide, “en el sistema procesal atlante consta un internamiento no voluntario en 2022, aunque tras solicitar informes médicos actualizados ha sido imposible al no haber acudido más a los servicios sanitarios”.
Impotencia por Francisco
Por su parte, el Ayuntamiento confirmó el archivo del caso, a pesar de que la Fiscalía no impide que se pueda acudir al 1-1-2 para el ingreso voluntario por discapacidad de Francisco, en caso de que la descompensación de la enfermedad así lo aconsejara. Al respecto, la concejala de Asuntos Sociales, Charín González, dijo que el cierre del expediente “es una muestra de la impotencia y la desesperación que tenemos al no poder actuar sin autorización del usuario o de la Justicia”. Explicó que “desde la UMA se deriva a Francisco al Centro de Acogida Municipal para que se duche y coma, pero ya ni las ambulancias vienen a recogerlo”.
La edil reclamó a Salud Mental del Gobierno de Canarias que “dé solución para estas personas con patologías mentales que producen graves problemas de convivencia en la ciudad, pues nosotros no podemos atajar una situación que excede las competencias municipales”.
La situación de Francisco también sacude las redes sociales, donde algunos ciudadanos piden ayuda para este hombre. “Sigue literalmente tirado en la calle, cubierto de miseria y olvido. Se hace sus necesidades encima, cerca de un comercio y algunos empleados echan cubos de agua y jabón y limpian el suelo, mientras quienes pueden ayudar miran hacia otro lado. Aún hay quien dice que está así porque quiere. No, no eligió esto. Está enfermo, necesita atención y ayuda, no indiferencia”, alegan.






