“Hubiera preferido que la sentencia le hubiera dado suelo al Ayuntamiento antes que el dinero de los areneros”, comentó Carmen Luisa Castro, alcaldesa de Güímar, cuando se discute cómo y cuándo se regenerarán los barrancos.
Tras la condena a tres de los cuatro areneros -está pendiente conocer la sentencia Francisco del Rosario, el único que prosiguió en juicio- la administración tiene que velar por el cumplimiento de la misma -los condenados deben dejar el terreno en el estado natural que se encontraba antes de las extracciones de áridos– y para Castro esta debe ser “la Consejería de Industria, que tiene que decidir cómo se restaura el terreno”, aunque advierte que “es imposible rellenar todos esos cráteres”.
Quizás por eso, la alcaldesa prosigue con su particular cruzada por lograr suelo turístico. “Ya que están hechos esos desmontes descomunales y hay iniciativa privada interesada para crear atractivos turísticos, no entiendo que el Cabildo insista en pasar de suelo minero a rústico de protección ambiental. Tenemos clima, historia y estamos bien situados, ¿por qué no podemos tener hoteles? Hay una sentencia, que nos ayuda, que nos dice que hay que restaurar y somos las administraciones la que tenemos que decidir cómo”.
Reconoce, que si cupiera el suelo turístico, Antonio Plasencia y los otros areneros condenados pudieran cumplir su condena regenerando sus canteras con hoteles. “Que culpa tengo yo, ellos son los dueños del terreno y se beneficiarían con ello, por eso mejor hubiera sido lograr el suelo”, insistiendo que “hay espacio para todo, para esos proyectos y para canalizar, incluso dejando los dos grandes huecos de Los Zarzales hacer una hidroeólica similar a la que está en El Hierro”, remarcó Castro, que no tiene reparos en admitir que “esa sentencia se logró gracias a la querella de un concejal, Francisco Hernández, mientras las administraciones, entre ellas el propio Ayuntamiento de Güímar, miraba para otro lado”, indicó el lunes en Onda Tenerife.
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